Los que hemos convivido con la diabetes en la familia durante décadas sabemos lo importante que es esta noticia que ha pasado completamente desapercibida por el tsunami de la COVID.
Esperanza es lo que significa para muchos enfermos crónicos
Esperanza es lo que significa para muchos enfermos crónicos
Ella, Andrea, era una más. Una engañada más, que no quería
asimilar lo que había sucedido. Pero que no era transcendente ni singular. Tan
sólo le había tocado a ella, como a tantas otras. Quizá se había terminado el
amor. Quizá era consecuencia de la incomunicación. O tal vez tan solo se
trataba de un capricho. ¿Quién sabía? Ella no quería pensar en los porqués. Tan
solo quería olvidar y escapar de aquella desazón que sentía cuando recordaba
sus días de cotidianidad, su cercanía, su habitual quehacer diario.
Esos recuerdos le provocaban tristeza, pero a la vez le
generaban una tibia sonrisa, como cuando le preparó por primera vez sus famosos
guisantes con jamón, o como cuando le explicó dónde se encontraba Rigel y que
cada vez se alejaba más de su galaxia.
Así se sentía en aquel momento Andrea. Lejos. Lejos de su
vida de siempre, de sus años de convivencia y de sus amaneceres tranquilos.
Había llegado al último, a ese en el que había decidido terminar con todo, olvidarla,
olvidar a Olivia por siempre y liquidar el infinito sufrimiento que le producía
saber que ella había saciado la voracidad de otro cuerpo, de otra alma y que se
había vaciado con otra persona.
Imaginaba la escena y no quería creerlo. No podía aceptarlo.
Descubrir el engaño le rompió el alma y acabó con sus ganas de vivir. Y decidió
no continuar. Observó el amanecer desde la atalaya del acantilado rocoso, se
despojó de toda su ropa y se lanzó a las profundidades para fundirse con la
inmensidad del océano, del que no regresaría jamás.
https://www.youtube.com/watch?v=vFkCBscE1H0
El descubrimiento musical de noviembre me ha llevado a
reencontrarme con un estilo musical que me fascinó en los primeros dos mil y me
hizo creer en la creatividad y singularidad musical de comienzos de siglo.
Lo he hecho de la mano de Ambient Jazz Ensemble,
un proyecto del músico Colin Baldry, que acumula una larga carrera como
compositor y productor de compañías discográficas tan importantes como RCA, Geffen,
Motown, o Virgen & Capitol Records. También ha dirigido la BBC Concert Orchestra
o la Orquesta filarmónica de Praga, lo que nos sitúa ante un artista de primer
nivel.
El proyecto Ambient Jazz Ensemble fusiona lo
mejor de la música cinematográfica, con arreglos de clásica, tintes de jazz
contemporáneo y tamizado por los beats y el tempo de la música electrónica, conformando
temas evocadores y atmósferas envolventes que transportan a quien lo escucha a
otra dimensión.
No exagero si afirmo que Ambient Jazz Ensemble me ha producido una enorme emoción, me ha hecho volver a una época en la que disfruté muchísimo de la música instrumental y me alegro porque tengo cuatro discos por escuchar y disfrutar durante las tardes de otoño.
Definitivamente, la década que hemos comenzado de forma tan tremebunda con el COVID mantiene una esperanza, la de la creación musical y sus sorpresas, como sin duda lo ha sido para mí esta maravilla que os recomiendo a todos para acompañar en la lectura, para la relajación y por supuesto para el mero disfrute de su escucha.
Creo no faltar en exceso a la verdad, cuando digo que la
inmensa mayoría de los que critican esta ley (y las anteriores también) no se
han leído los 195 folios de farragoso texto legal en el que se incide en todos
los temas relacionados con una ley de la educación nacional. Yo lo he
intentado, y he desistido en torno al veinte y pico porque francamente, es
infumable para un lector ajeno al contubernio legalista de cualquier
ministerio.
No soy capaz de evaluar si esta ley es mucho mejor o mucho
peor que la del ministro Wert, ni si a su vez la suya, lo fue con respecto a la
anterior.
Lo que sí soy capaz es de darme cuenta de que cuando todos
los medios de comunicación, sin excepción, se limitan a exacerbar tres o cuatro
puntos de la misma, ninguneando todo el resto de la misma, hay una clara
intención política y desde luego ninguna intención informadora al ciudadano de
a pie. Como siempre, se busca el titular grueso, sin matices.
Así que visto lo visto, considero que lo mejor es plantear
el decálogo de la que yo considero debería ser la mejor ley educativa para
siempre, sin importar signo político del gobierno ni tiempo en que vivamos, y estaría
formada por estas diez ideas básicas:
1.- La ley ha de llevar a la figura del docente hasta la
posición de importancia estratégica que tiene para el alumnado. Hay que mejorar
muchísimo la valoración de los profesores, dotarles de mucha mayor
independencia y responsabilidad y por supuesto mejorar la valoración ciudadana
de una profesión tan importante para el futuro de nuestras generaciones.
2.- En consecuencia, la dotación presupuestaria para
educación ha de aumentar siempre, cada año, no disminuir, aunque haya crisis,
aunque el gobierno aumente su déficit. NO hay excusa ni explicación. Ha de
haber más dinero público y los profesores han de tener un sueldo más alto.
3.- La ley educativa ha de incidir y profundizar en fomentar
el espíritu crítico de los alumnos, la capacidad de razonar y fomentar el
espíritu creativo en todas sus áreas y etapas educativas, así como la cultura del esfuerzo y el sacrificio por la búsqueda de un objetivo.
4.- La ley educativa ha de asegurar el aprendizaje integral
de tres lenguas como mínimo: Castellano, Lengua cooficial en las comunidades
autónomas que la tengan e inglés. Lo ideal sería que las lenguas cooficiales
pudieran estudiarse también como asignatura complementaria en aquellas
comunidades que no lo son. Más en este caso sí es más.
5.- La ley ha de asegurar la máxima integración de la
discapacidad en los centros de educación pública, apoyando a las familias en
todos los niveles.
6.- La ley debe garantizar una educación pública, gratuita y
universal para todos los niños sin excepción y sin barreras de ningún tipo, ni
social, ni económica o de cualquier otra índole.
7.- Una educación pública en un país laico no puede impartir
la Religión como una asignatura obligatoria, pero debe ofertarla como optativa.
8.- La ley debe fomentar la educación de todos los niños y
niñas en la igualdad como personas, por lo que la segregación por sexo ha de ser
excluida de la financiación pública.
9.- Si conseguimos una ley de educación pública
verdaderamente universal y de calidad, el concepto de educación concertada
queda vacío y no será necesario que exista.
10.- La ley ha de alcanzarse por consenso de todas las fuerzas
políticas y el mismo ha de mantenerse a lo largo de las distintas legislaturas
sin que el cambio de signo político del gobierno les afecte.
Franc Murica es un ESCRITOR SINGULAR. Escritor catalán con varias novelas ya publicadas,
yo lo he descubierto gracias al fantástico blog #Librospordoquier, y a
través de la novela Orillas
Profundas, (de cuya lectura
publiqué mi crónica en este mismo blog)
https://loabsolutonoexiste.blogspot.com/2020/10/orillas-profundas-mi-cronica-de-lectura.html
de tremenda factura
, segunda entrega de casos del inspector Cantos. Franc reconoce estar
influenciado por escritores de novela negra tan importantes como Francisco
González Ledesma o Vázquez Montalbán, buen par de referentes.
Franc ha
incursionado en el terreno de la novela negra con maestría, creando un
investigador singular, con un perfil atípico pero muy humano y llevando a cabo
dos líneas de investigación superpuestas y fluctuando entre el presente y el
pasado.
Otro mérito de Franc
es que ha conseguido el éxito a través del boca-oreja, pues Orillas Profundas
es una novela utopublicada en Amazon que ha ascendido muchos peldaños para
colocarse en el Top 10 durante meses, síntoma incontrovertible de la calidad
que tiene y que nos ha atrapado a todos como lectores.
En esta ocasión y a partir de la frase que le planteé, Franc
ha construido un relato inquietante que nos lleva a una reflexión de difícil
consideración, relacionado con la muerte. Leedlo. Es muy sorprendente.
Y para que conozcáis un poquito más a su autor, una breve
entrevista a continuación.
El relato
Recordó lo que aquella anciana le
había susurrado al oído: que podría saber si su pareja decía la verdad cuando
aseguraba que no había vuelto a ver a su ex. O lo que hablaron de él en aquella
reunión de amigos a la que no asistió. O conocer la opinión que sus textos despertaban
en los editores que rechazaban su manuscrito. Y tan solo instalando la
aplicación BRUJA24/365. Solo debía tener los contactos en la agenda y la
herramienta se encargaba de generar un informe detallado con todo lo que la
gente habla de ti cuando no estás. Era increíble. El precio no suponía un
problema. Tenía claro que todo el mundo vendía su alma. Lo que no acababa de
convencerle fue lo que le propuso del día de su funeral. Que le conseguirían un
vídeo con los momentos estelares del evento y que incluiría: tanatorio,
reacciones ante la noticia y funeral. Los últimos avances neurológicos habían
conseguido que el cerebro recibiera información durante un breve espacio de
tiempo después de morir y, a través de una simple inyección, conseguirían que
visualizase el vídeo llegado el momento. Sería lo último que viese. Su
despedida de la vida. Lástima que le dieran tanto pavor las inyecciones. Era
algo que le daba repelús, por muy muerto que estuviese.
ENTREVISTA SINGULAR – FRANC
MURCIA
1.- ¿Cuál es el
principal motivo que te empuja a escribir? ¿Recuerdas cuál fue la primera vez
que comenzaste algún texto? ¿Lo guardas todavía? ¿Te atreverías a publicarlo a
modo de relato?
Una
necesidad imperiosa de intentar explicar las cosas que me zarandean y me
conmueven. De explicar ese sentimiento. Sí, estaba en EGB (Ya lo sé, soy muy
viejo). No, no lo recuerdo, era una historia que hoy sería encasillada como
distopía. Sin antes revisarlo, no ;)
2.- Imagina que
tuvieras la posibilidad de publicar un libro con una editorial de tirada
nacional y tuvieses libertad para elegir el género y la temática. ¿Cuáles
serían y por qué?
El género
sería seguramente el de literatura general. Elegiría una editorial
independiente que cuidara al autor y, sobre todo, sus textos.
3.- Te pido que
seas tu crítico/a más duro/a. Dinos qué se te da peor a la hora de escribir y
cómo intentas resolverlo.
Me cuesta
que las historias tengan la extensión adecuada y, muchas veces, explicarme con
claridad. Al saber en mi interior lo que quiero decir, en ocasiones se me pasa
por alto que el lector no es consciente de ello.
4.- ¿Cómo sería
tu presentación ideal de un libro? Quiero decir, qué elementos tendría que
tener para que resultase interesante, amena y entretenida.
Corta, con
humor, música y alguna sorpresa
5.- Hoy en día
el número de publicaciones es enorme. Tanto digital como en papel, resulta muy
difícil elegir qué leer ya que normalmente nuestro tiempo de lectura es
limitado. En tu caso, ¿cuál es el criterio que sigues para la elección de una
próxima lectura?
Recomendaciones
en blogs, tiendas o de personas cercanas. Otras veces, en la biblioteca o la
librería me dejo llevar por el instinto
6.- Vivimos en
el mundo de la hiper conexión. ¿Utilizas las redes sociales? Cuáles son las que
te parecen más interesantes y por qué.
Sí, las
utilizo, para promocionarte tienes que estar en RRSS. Las redes son complicadas
y peligrosas, pero lo que me parece más interesante es la gente que hay en
ellas. Ya sea en Facebook o twitter (son las que utilizo).
7.- ¿Cómo te
calificarías como lector/a? ¿Qué géneros te gustan? Y ¿en qué momentos
disfrutas de la lectura?
Me gusta la
metaliteratura y la novela negra, pero no le hago ascos a nada. El momento
depende, básicamente cuando puedo, preferiblemente por la tarde.
8.- ¿Cuál es tu
secuencia a la hora de estructurar una novela, o el género que escribas? Me
refiero a cuál es la cadencia de creación: ¿Primero los personajes, o el
conflicto principal, o el final, o cómo lo acometes?
El final es
lo último. Espero a que la historia me dirija hacia él. Primero necesito tener
un mapa del libro, la estructura y el conflicto personal y, de ahí, detecto qué
personajes ha de tener. Pero no sería la primera vez que en mitad de la trama
veo que tiene que haber algún que otro personaje más para ayudar a que se
desarrolle adecuadamente
9.- Me gustaría
que definieses ese momento en el que das por finalizado un libro. El momento
final, cuando recibes las galeradas y les das el último ok.
Poesía. Como
cuando esperas en el aeropuerto que llegue alguien al que echabas mucho de
menos y puedes abrazarlo. Redescubrir su sonrisa, sus gestos y sus pequeños
defectos que no te importan demasiado.
10.- Te pido
ahora unas respuestas rápidas
a) Recomiéndanos un libro y el motivo
por el que tendríamos que leerlo.
La
conjura de los necios. Lo tiene todo y es alucinante. Imperdible.
b) ¿Cuál es tu escritor/a favorito/a?
Va según la época. Ahora no tengo uno
predilecto. Pero han sido, por orden: ML Estefanía, Twain, Delibes, Marsé y
Irving y Auster
c) ¿Qué opinas de los blogs literarios?
Me parecen muy interesantes. Ayudan a
la difusión cultural y a los lectores a encontrar libros, tesoros ocultos que,
de otra manera, difícilmente sería posible.
d) Un libro que no hayas podido terminar
de leer.
Últimamente, muchos. Pero creo que es
más culpa mía que del libro. Es una cuestión de tiempo y de poca paciencia.
Antiguos, creo que El mal de Portnoy
de Philip Roth.
e) Un deseo literario para el próximo
año
Que las historias de Frida y el
inspector Cantos acaben de despegar
f) La última cosa que te haya
sorprendido tanto que todavía la recuerdes.
El nivel de manipulación al que
estamos sometidos.
g) Una canción o cantante que tenga para
ti un significado singular
Have you ever seen the rain?
h) Las 3 características que debe tener
para ti un buen editor/a.
Olfato, mano izquierda y altruismo
literario.
11.- Tu última
novela publicada se titula Orillas profundas, que me ha encantado. ¿Nos podrías
contar un poquito cómo se gestó tu idea de esta novela?
En
principio, y aunque parezca contradictorio con lo que he dicho antes, pensé que
era de obligado cumplimiento que fuese un personaje muy poco común, que no estuviese
localizado en EEUU, así que elegí que fuese local, del entorno que mejor
conozco y, por último, que tuviese crítica social. En literatura casi todas las
historias ya están contadas y, en el género negro y criminal, aún mucho más. No
hay demasiado margen para ser diferente, así que pensé que el efecto tenía que
venir principalmente por parte del protagonista. En origen, la historia no iba
a ser una novela, sino un relato. Pero causó tanto impacto que me dejé llevar
por los cantos de sirena y me aventuré a que se convirtiera en novela.
12.- Para
terminar, me gustaría que definieras una escena lo más cercana posible a tu felicidad.
Haces unas
preguntas muy difíciles. Creo que voy a suspender… Tengo tres hijos, la mayor
vive a 600 kilómetros y no nos vemos mucho. La escena sería esa que te he
explicado en la novena pregunta, pero cuando llega a casa y está esperando el
resto de la familia. Por fin estamos al completo.
¡Qué agradable sorpresa ha sido esta novela de Óscar
Hernández Campano y cómo la he disfrutado en audio, a través de Storytel!
Cuando a uno le parece que ya lo ha descubierto todo, como
lector, cuando crees que una novela ya no puede sorprenderte, llega el destino
o la casualidad, y te pone delante de las narices una sorpresa que te hace desdecirte
de tu creencia. Y eso ha pasado con El viaje de Marcos, una fantástica novela
romántica con mayúsculas.
Y aunque a mí no me gusta demasiado el género romántico, he
de confesar que esta novela me ha fascinado. Su historia de amor es perfecta: la
aparición de un amor eterno que duró un fin de semana, saltos en el tiempo al
presente y a 1970, cuando sucedió todo, un tren que recorre estaciones y
pueblos, hasta llegar a Molinos viejos, en pleno corazón de La Mancha, un
pequeño lugar en el que todos se conocen y donde la asfixia del régimen
franquista cumplirá como mala de la novela. Marcos realizará un viaje
iniciático, descubriendo su propia sexualidad, sufriendo la intolerancia y la
discriminación que marcará el devenir de su vida y de la de los que le rodean.
Y todo ello nos lo cuenta el autor entre vivencias de noches veraniegas, las
noches interminables y deliciosas de un verano entre trigales y estancos, con
la inquietud de la juventud, las pasiones, y la necesidad de querer vivir, de
nutrirse de vida y experiencias continuamente.
Esta novela ganó el Premio Odisea en 2002 y se ha convertido
en un referente de la literatura LGTB en castellano, etiqueta que a mí personalmente
no me gusta ya que para mí es una gran novela romántica, sin más.
Yo la he escuchado casi de un tirón, en Storytel, la
plataforma de audiolibros que tanto me acompaña en mis viajes y puedo decir que
ha sido como un serial radiofónico al que me he mantenido atrapado sin poder
dejarlo, siguiendo a Gus y Marcos y Alex y sus andanzas por Molinosviejos, siempre
tutelados por la abuela Palmira o la prima Elena.
Recomiendo a todo el mundo su lectura. Porque nos reconcilia
con las historias de amor, de amor verdadero, quizá un poco ingenuo pero
indudablemente auténtico, tanto que parece real.
Siempre he creído en la teoría matemática de las probabilidades. Esa que nos dice que, en todo en la vida, en el universo y en la naturaleza hay una compensación, un balance de signos que intenta mantener un equilibrio entre lo bueno y lo malo, con orden y regularidad, marchando entre lo estimado y lo aleatorio.
Los
fenómenos deterministas nos permitirían tener una vida parametrizada, sin
sobresaltos, con previsión y sin aleatoriedad. Sin embargo, el azar campa a sus
anchas por el mundo en que vivimos. Algunos le llaman suerte, otros tantos,
destino, y para mí no es más que el porcentaje complementario al contrario de
que suceda una determinada cosa.
Ello me
lleva a tener mi propia teoría de la felicidad: cuando estoy enfermo, en el
fondo, estoy feliz, porque sé que o bien otra persona, en otro lugar, estará
curándose, o bien yo mismo, en un futuro cercano recibiré una alegría vital.
¿Qué se me
rompe algo por accidente? No pasa nada, síntoma de que un acontecimiento
positivo me circundará más pronto que tarde.
¿Qué recibo
una mala noticia? Es para mí augurio de una buena noticia posterior que
compensará las consecuencias o agravios de la negativa sin ninguna duda.
Tampoco paso
pena cuando siento tristeza, ya que no es más que el sentimiento complementario
al de la alegría que me retornará en cualquier momento y, si no lo hace durante
una temporada, estoy convencido de que otra persona, quizá necesitándolo más
que yo, será feliz y podrá abandonar su propia tristeza.
Es una
filosofía muy “ad hoc” para alguien que milita en el relativismo como yo. Que
defiende siempre el punto de vista relativo de todo aquello que acontece o que
lleva a cabo, con espíritu crítico pero comprensivo y con argumentación
aceptable en uno u otro sentido.
Muchos me
llamarán tibio, sobre todo cuando aplico esta filosofía a la política. Otros,
me tildarán de ambiguo, dirán que tengo poco carácter, tal vez, aunque yo
prefiero decir que vivo una realidad líquida, a la que soy capaz de adaptarme
en cualquier circunstancia.
Y todo ello
me lleva al concepto de suerte, esa que todo el mundo anhela tener en todo
momento y situación. La que nos conduce en masa a los juegos de azar, a los
concursos, sorteos y por supuesto a la lotería de Navidad. Sí, la lotería de
toda la vida con la que alguno sueña siempre con hacerse millonario y
retirarse. Yo también acudo a ella, con fe. Compro un par o tres de decimitos,
en mi trabajo, en el fútbol de los niños o el colegio, pero mi objetivo y mi
anhelo son muy diferentes: Siempre que juego a la lotería mi deseo es que no me
toque, porque tanto o más, me será correspondido por otro lado en mi vida, así
que cada veintitrés de diciembre, cuando ya he revisado toda la pedrea y
certifico que no me ha tocado ni un euro, respiro con alivio y sé que, entonces
ya lo puedo decir, me ha tocado mi propia lotería un año más.
El Espai de la Música Mestre Vila de Benicàssim ha
programado siete actuaciones en noviembre ofertando espectáculos de música,
cuentos y teatro y ayer comenzó con la obra de teatro titulada Un mes tú,
un mes yo, escrita, dirigida y protagonizada por el incombustible
Antonio Arbeloa, a quien ya seguimos desde hace mucho tiempo como dramaturgo y
escritor en una cuantas otras obras de teatro y novelas.
Dejo por aquí, a modo de ejemplo, mi crónica de la obra No
le busques tres piernas al alcalde, representada en Enero en el Teatre
del Rabal
https://loabsolutonoexiste.blogspot.com/2020/01/no-le-busques-tres-piernas-al-alcalde.html
En esta ocasión, el personaje de Antonio se enfrenta a su
hermano, protagonizado por Vicent Rodrigo en un duelo actoral de alto nivel. Un
mes tú, un mes yo cuenta la llamada de un hermano, que lleva años cuidando
de sus padres, dependientes, en el pueblo, al otro hermano, dueño de una
inmobiliaria y triunfador en la capital, a que acuda para informarle de que a
partir de ese momento, tendrá que encargarse de cuidar a sus padres un mes sí,
uno no.
Se trata de una obra desternillante, con la que pudimos reírnos
a carcajada suelta, permitiéndonos olvidar toda la tensión y los problemas del
momento COVID que vivimos. Ya por ello es muy de agradecer que se escriban y representen
tan buenas comedias. Pero es que la temática de la obra va mucho más allá del
vodevil. Mantiene latente un tema transcendental y muy actual, el cuidado de
nuestros mayores, la materialización que algunos quieren hacer de ello, como si
de mercancía incómoda se tratase, la soledad o la hiperinflación del triunfo
empresarial, y lo vacío que puede llegar a estar. Todos temas muy serios que,
sin embargo, Antonio logra llevar al terreno de la comedia y conseguir que los aceptemos
desde esa perspectiva, con la sonrisa, la comprensión de esas situaciones que a
todos nos suceden o sucederán (en mi caso es presente de indicativo) y la
ligereza de la carcajada.
En resumen, una obra redonda, magníficamente protagonizada
por Antonio y Vicent, que destiló naturalidad y campechanismo por los cuatro
costados. Un tándem actoral perfecto y complementario que nos hicieron
disfrutar de una tarde teatral de noviembre estupenda, con todas las medidas de
seguridad y la tranquilidad de que la cultura es segura.
Pedro Tejada es un ESCRITOR SINGULAR. En esta ocasión tendría que decir que Pedro es mucho más que un escritor:
Es un investigador, divulgador, filólogo, coordinador, profesor, editor y
crítico literario. Y todo ello conforma un escritor rotundo, que apuesta
siempre por la buena literatura y por la calidad por encima de todo, tanto en
su labor literaria como en sus gustos como lector.
Especialista en la obra de Max Aub, acaba de
publicar su nuevo libro, titulado Crímenes
ejemplares – edición crítica, estudio y notas de Pedro Tejada, una edición crítica y comentada que le ha
supuesto un enorme trabajo pero que ha valido la pena hasta llegar a una
edición tan cuidada, realizada por la editorial Reino de Cordelia.
Pedro es fundador del festival más longevo de
la provincia, Castelló Negre, ya con diez ediciones a su espalda, en el
que se apuesta por la novela negra y al que siempre convocan a grandes nombres
de la literatura española sin olvidar a los escritores de aquí, de Castellón,
con multitud de subsedes, convirtiéndolo en un multifestival provincial.
Pertenece también a la Asociación de escritores de la provincia
de Castellón (AEPC), colectivo
literario que aglutina a escritores y poetas de la tierra.
En esta ocasión y a partir de la frase que le
planteé, Pedro ha construido un relato que nos provoca la sonrisa, por la
temática y por la resolución del mismo, algo que en estos tiempos que nos toca
vivir es muy de agradecer.
Cuando miró a través del cristal no
pudo creer lo que estaba sucediendo. Habían acampado durante la noche
centenares de personas y, en primera línea, frente a su ventana, se agolpaban
las portadoras de carteles: “¿Qué te han parecido nuestros relatos?”, “Hemos
venido a hablar de nuestros libros”, “Haznos una presentación”, “Recomiéndame a
tu editor”, “Publícame una reseña”, “¿Quieres ser mi negro?” ... Aturdido,
cerró los ojos, tomó aire, contó hasta diez y volvió a abrir los ojos. Nada
había cambiado. No era un sueño. Se dirigió a la cocina y abrió el armario de
los productos químicos, de donde sacó su antiguo pulverizador de flit.
De vuelta en el salón, abrió el ventanal y mientras fumigaba lanzó las palabras
mágicas que le había enseñado Roland Barthes (¿o había sido Harold Bloom?):
“¡Toma adverbios en -mente, escribidor demente! ¡Deja de ser un fingidor, pues
es tu negro el hacedor! ¡Vale ya de intrusos, que no conocéis de la lengua sus
usos! ¡Dejad de emborronar papel, bastardos de la Torre de Babel!” Calló,
volvió a cerrar los ojos unos segundos. De nuevo los abrió y sonrió satisfecho.
Enfrente el mismo parque de siempre, desierto y un camión que cargaba un
contenedor descomunal, hinchado y desbordado de papel y cartón. A lo lejos el
vuelo pausado y solemne de los vencejos.
ENTREVISTA SINGULAR
1.- ¿Cuál es el
principal motivo que te empuja a escribir? ¿Recuerdas cuál fue la primera vez
que comenzaste algún texto? ¿Lo guardas todavía? ¿Te atreverías a publicarlo a
modo de relato?
Es algo que nace como una necesidad para sentirme mejor y más
tranquilo. Todo el mundo precisa expresarse y desahogarse: cantando, bailando,
pintando, actuando, escribiendo... El primer texto lo empecé y lo acabé. Se
trataba de un cuentecillo que escribí con siete u ocho años, de un niño que se
pierde en la selva. Lo conservo, y guardo como oro en paño sentimental, porque
se publicó en la revista de mi colegio, incluso con mis propias ilustraciones.
2.- Imagina que
tuvieras la posibilidad de publicar un libro con una editorial de tirada
nacional y tuvieses libertad para elegir el género y la temática. ¿Cuáles
serían y por qué?
Ya que se trata de imaginar voy a ser pretencioso. No voy a decir
nombre de una gran editorial, pero desde luego que fuera de prestigio. Se trataría
de un ensayo sobre nuestra historia reciente (siglo XX hasta la actualidad) a
través de nuestra literatura y que sirviera de una vez por todas para restañar
nuestras heridas y no abrirlas y cubrirlas con sal. (He avisado de que iba a
ser pretencioso).
3.- Te pido que seas tu crítico/a más duro/a. Dinos qué se te da peor a la hora de escribir y cómo intentas resolverlo.
Por mi carácter y mi formación soy muy dado a la ironía y al
conceptismo (los dobles sentidos, los juegos de palabras) y tengo que realizar
un gran esfuerzo para no sobrecargar los textos. El humor es una virtud que mal
administrada se puede convertir en un terrible defecto.
4.- ¿Cómo sería
tu presentación ideal de un libro? Quiero decir, qué elementos tendría que
tener para que resultase interesante, amena y entretenida.
Depende del público a la que fuera dirigida. Es fundamental siempre
la voz cercana del escritor, pues el lector quiere conocer su faceta humana y
por ello va a la presentación. Siempre hay que dar pie a las intervenciones del
público, por lo que es importante la labor del moderador y presentador. Luego,
depende de la naturaleza y género de la obra, para que también se pueda
incorporar música, imágenes, recitados, etc. En realidad, no creo que exista
una fórmula infalible, pero por si acaso lo mejor es no realizar presentaciones
muy largas. Además, el lector ya intentará en el momento de la firma hablar con
el autor o autora.
5.- Hoy en día
el número de publicaciones es enorme. Tanto digital como en papel, resulta muy
difícil elegir qué leer ya que normalmente nuestro tiempo de lectura es
limitado. En tu caso, ¿cuál es el criterio que sigues para la elección de una
próxima lectura?
Suelo leer varios libros a la vez. Llega un momento (cuestión de
edad) en que uno se da cuenta de que necesitaría varias vidas para leerse todo
lo que se desearía. Entonces hay que relajarse y hacer apuestas seguras: los
clásicos (Cervantes, Quevedo, Shakespeare, Swift, Galdós) y las relecturas
(Boris Vian, Camus, Rulfo, Lorca...) Y como contrapunto algunas novedades
recomendadas por el boca a boca, los libreros de confianza, algún amigo...
6.- Vivimos en
el mundo de la hiper conexión. ¿Utilizas las redes sociales? Cuáles son las que
te parecen más interesantes y por qué.
No demasiado. Creo que salvo algunas excepciones, hacen perder mucho
tiempo y exacerban sentimientos negativos como el narcisismo o la agresividad
gratuita. Solo uso un poco Facebook e Instagram (apenas).
7.- ¿Cómo te
calificarías como lector/a? ¿Qué géneros te gustan? Y ¿en qué momentos
disfrutas de la lectura?
Exigente, porque no puedo huir de mi deformación profesional
(filólogo/crítico literario). Narrativa, ensayo y poesía. Cualquier momento es
bueno para disfrutar de la lectura, pero siempre acabo el día leyendo unas
páginas y eso me ayuda a conciliar un buen sueño.
8.- ¿Cuál es tu
secuencia a la hora de estructurar una novela, o el género que escribas? Me
refiero a cuál es la cadencia de creación: ¿Primero los personajes, o el
conflicto principal, o el final, o cómo lo acometes?
En los ensayos resulta primordial la labor de documentación para
después estructurar rigurosamente el contenido. En los relatos siempre concibo
en primer lugar el conflicto central, después viene la labor de perfilación de
personajes; el final viene solo, dejo que estos me encaminen, un poco a la
manera barojiana.
9.- Me gustaría
que definieses ese momento en el que das por finalizado un libro. El momento
final, cuando recibes las galeradas y les das el último ok.
De alivio cuando se trata de un trabajo de investigación o una
edición crítica, porque las revisiones siempre son muchas e intento que la
exhaustividad sea máxima. De alegría y satisfacción cuando veo que el relato
por fin no va a ser solo mío.
10.- Te pido
ahora unas respuestas rápidas
a) Recomiéndanos un libro y el motivo
por el que tendríamos que leerlo.
La voz a ti debida de
Pedro Salinas. A todos nos mueve el amor y no conozco otro libro que lo
proclame mejor sin caer en expresiones manidas.
b) ¿Cuál es tu escritor/a favorito/a?
No tengo solo uno.
c) ¿Qué opinas de los blogs literarios?
Como todo en esta
vida, respeto los que están hechos honestamente sin aviesas intenciones.
d) Un libro que no hayas podido terminar
de leer.
Reivindicación del conde don
Julián de Juan Goytisolo.
e) Un deseo literario para el próximo
año
Volver a la vieja normalidad con
muchas presentaciones literarias y buenos libros.
f) La última cosa que te haya
sorprendido tanto que todavía la recuerdes.
Aquí la respuesta
puede ser rápida, pero no breve. En realidad no es una cosa, sino varias que se
siguen sucediendo en el tiempo. El mundo, aunque inmenso, es un pañuelo y la
gente de la cultura lo estrechamos más. Cada cierto tiempo se me presentan
grandes casualidades: en un congreso en París coincido con una colega, sus
apellidos me resultan familiares. Luego descubro que es hermana de un buen
amigo. Invito a CSN a una novelista puntera, que vive a 800 kms que resulta ser
hermana de un investigador con quien he coincido en congresos de hispanistas.
Este año doy clase a un estudiante, cuya madre −escritora conocida−,
dio clase a mi hijo hace dos años. El otro día, hablaba por teléfono por una
cuestión sanitaria, y al rato mi interlocutor (también escritor) descubrió que
nos conocemos desde hace años. Y podría continuar para demostrar que los
escritores somos una gran familia (pero con cuñados incluidos,
desgraciadamente).
g) Una canción o cantante que tenga para
ti un significado singular
You’ve got a friend, tanto en
la versión de James Taylor como en la de Carole King.
h) Las 3 características que debe tener
para ti un buen editor/a.
Lector empedernido, valiente y con
habilidades sociales.
11.- Tienes una
larga trayectoria como autor de libros de texto. ¿Cómo abordas la elaboración
de cada nuevo volumen?
Es una labor de equipo, en la que tenemos muy en cuenta la
importancia de sintonizar con los estudiantes, huyendo de abstracciones,
aligerando todo lo posible la teoría y ofreciendo actividades que les
interesen, aprovechando el tirón que para ellos suponen las TIC.
12.- Eres el
director literario del festival Castelló Negre, una iniciativa que cumple ya
diez años y que aglutina un gran número de actividades en torno al género
negro. ¿Puedes adelantarnos algo sobre la edición del año 2021?
Solo que intentaremos, como hasta ahora, mantener el listón bien
alto, presentando a los autores y autoras más importantes del panorama negro
nacional y local.
13.- Para terminar,
me gustaría que definieras una escena lo más cercana posible a tu felicidad.
Una estancia
silenciosa e iluminada, donde el silencio solo se rompa por el pasar de las
páginas de un libro o por el primer sorbo de un botellín de cerveza.
Vale que lo del lenguaje inclusivo pueda hacer cierta gracia,
alargando hasta lo impensable nuestro discurso duplicando siempre nuestros -os
y nuestras – as para que ellas se sientan incluidas (aunque luego, en el mismo
discurso ninguno de los interlocutores que usan esta forma presuntamente
innovadora de hablar lo apliquen a todos y cada uno de los sustantivos y
adjetivos que conforman el resto del discurso, o sea, lo usan en la primera
frase solo). Vale que se monten pollos en Twitter por un desdichado comentario
informal en una charla de Fernando Simón con otros dos escaladores. Vale incluso
(a modo de chascarrillo) que trague con la crítica de algunas radicales sobre
la discriminación de algunas animales hembras, por sus machos.
Pero que a 007 ni me lo toquen, oiga usted. Que no, que no.
Que por ahí sí que no paso. James Bond es James Bond, el agente 007 con
licencia para matar, y es un hombre blanco, inglés, muy heterosexual, muy
sobreprotector con las mujeres, astuto, muy duro, muy inteligente y muy
atractivo y se toma un vodka con Martini seco, mezclado, no agitado. Así es
como lo creó Ian Fleming y no entiendo por qué ahora se tiene que cambiar a que
lo interprete una mujer. Quiero decir, no entiendo que se haga en aras de
luchar por la igualdad de la mujer, por la visibilización y por “alejarnos de
la masculinidad tóxica”, como ha dicho Lashana Lynch, la actriz que va a darle
vida en la próxima entrega de la saga. Una actriz, por otra parte, llena de
talento, cantante de jazz y soul, que hace también sus pinitos como dramaturga
además de actriz.
Pero pretender que Sin tiempo para morir, como
se titulará la nueva entrega, vaya a tener un “toque feminista” me parece un sin
sentido que además en este caso se mezcla con la defensa del movimiento Black
Lives Matter bajo el argumento de que además, la actriz es negra.
¿Se puede llevar a cabo un despropósito mayor? Es una acción
tan absurda como cuando Netflix anunció que quitaba de su catálogo Lo que el
viento se llevó, para que la población negra no se sintiese ofendida. A ver si
ahora vamos a tener también que escribir una Doña Quijota, para reivindicar la vida
y valor de las mujeres del siglo XVII.
La lucha por la igualdad de la mujer, por la consecución de
los mismos derechos, por su empoderamiento, y por su libertad discurre por
otros cerros de Úbeda que nada tienen que ver con estas pamplinas, en mi
opinión. Tiene que empezar por una apuesta valiente de nuestros políticos (sí,
y también de nuestras políticas, aunque yo use el plural masculino inclusivo
oficial de la RAE… o ya puestos utilizaré el femenino plural para todo) por lanzar
una campaña política que comience con la conciliación familiar, con el cambio
de los horarios laborales, con el impulso de la igualdad en las bajas paternal y
maternal, por el aseguramiento de los salarios equivalentes entre hombres y
mujeres, por crear una conciencia social en la que no se estigmatice a la mujer
que quiera triunfar en el mundo de los negocios, renunciando o no, a su
familia, por la necesidad de criar y educar hombres que lo entiendan y lo
incorporen en su vida y desde luego por la imperiosa obligación de comenzar a
hablar de personas, y no de hombres y mujeres.
Para todo eso, estoy dispuesto, ayudo, educo, comparto y
valoro. Para lo de antes, lo de nosotros y nosotras, para una 007 con licencia para
matar y otras muchas gilipolleces no, perdónenme, pero va a ser que no.
Tenía mucha curiosidad por leer esta novela, Secretos
en alcanfor, de la que había oído hablar muy bien y la tranquilidad de
mi pueblo, en un fin de semana de noviembre lluvioso, ha sido el marco ideal
para devorar su lectura en dos tardes estupendas.
La novela tiene muchos elementos que me encantan como
lector: Un colegio de pueblo, de esos en los que los niños de todas las edades
van a la misma aula, una maestra que huye de la vorágine de la ciudad para resguardarse
en la búsqueda de algo, de sí misma, de otra vida y por supuesto, la
idiosincrasia y particularidad de la vida y las costumbres de los habitantes de
un pueblo pequeño, en el que todo se sabe y todo se comenta, para lo bueno y
para lo malo.
Y en ese marco ideal, en los añorados años ochenta y tan
cercano a todos los que “tenemos pueblo”, discurre una trama muy interesante,
que une presente y pasado, dando saltos en la investigación que su protagonista
lleva a cabo, con toques de lucha por los más desfavorecidos, de reivindicación
de la mujer y de restablecimiento de la justicia que los poderosos siempre
intentan (y muchas veces consiguen) impedir para favorecerse a sí mismos.
Secretos en alcanfor transcurre en El
Roquedal, un pueblo subido en la montaña, pero podría suceder en cualquiera de
los pueblos que todos conocemos, yo me imagino más de uno. Y reconocemos muchos
de los personajes de la novela en otros que hemos conocido, en el tendero, o el
alcalde, o cualquiera de los que M. Carmen ha creado. Son auténticos, tienen
alma, sentido y particularidades que los hacen reales.
¡Cómo me hubiera gustado llegar a mí a esa casa que el
ayuntamiento ofrece a la maestra (y que por ejemplo en mi pueblo en los setenta
y ochenta también sucedía) y descubrir todos los secretos que escondía ese
desván! Me encantaría tomarte un chocolate caliente con churros con cualquiera
de los personajes, con el cabrero, o con doña Encarna. Todos ellos tienen una
conversación de tarde, de esas que te hacen descubrir un mundo real, alejado de
redes sociales y postureos y cercano a la tierra, a la cercanía y a la
autenticidad.
La novela tiene también un final “comme il faut” que no puedo
desvelar, pero que redondea una historia perfecta, te regala una sonrisa y te
hace cerrar el libro con un suspiro y con el alma calmada y tranquila, algo que
en los tiempos que vivimos es de agradecer muchísimo.
Me quedo con muchas ganas de leer de nuevo a M. Carmen.
Espero que pronto nos ofrezca otra novela y seguro que nos transportará a su
mundo tan especial.
Es difícil hacer una crónica de lectura de Tierra sin
desvelar ninguno de sus misterios porque justamente uno de los platos fuertes
de la misma es la cantidad de veces que el autor nos deja con la miel en la boca
y el anuncio o la insinuación de un nuevo enigma del que no sabremos su resolución
hasta unas cuantas páginas después.
Es, probablemente, la “marca de la casa” de Eloy como
escritor: generar esa necesidad de saber cómo terminará cada párrafo
inconcluso, cada argumento o descubrimiento insinuado y cada nueva trama
yuxtapuesta.
Tierra tiene, en mi opinión dos grandes aciertos,
imaginar un futuro (yo diría casi inmediato) en el que la manipulación y la
artificiosidad terminarán (si no lo han hecho ya) con lo auténtico de la
existencia humana. En ese sentido es tremendo adentrarte en la novela porque te
das cuenta de que no estamos tan lejos, quizá, de llegar a ello y lo que es
peor, que probablemente no haya forma ya de detenerlo. El segundo acierto es la
radiografía del hiperconsumismo al que el capitalismo nos ha trasladado y del
que seguramente no podremos nunca salir porque no hay alternativa.
Encuentro, sin embargo, en Tierra un pequeño pero que
yo le pongo y que sin duda se debe a mí como lector (y no al autor como tal),
que es el hecho de que a la novela le falta profundidad futurista, es decir que
se queda un poco a medio camino entre esa realidad futura que el autor nos
relata y cómo nos la ha pintado, un poco pasando de puntillas sobre temas y
detalles que podrían haber dotado de mayor verosimilitud a la misma.
No le quita, sin embargo, este pero ni un ápice de interés a su lectura que yo he devorado en dos tardes.
Sin duda el formato de la novela, con
capítulos muy cortos y la edición de la misma amplia, letra grande, espacios y
separación de capítulos contribuye a ese misterio que se retroalimenta y que te
obliga a continuar su lectura sin poder parar.
Una recomendación para todos, lectores exigentes y sesudos
(que la encontrarán excesivamente comercial y superficial), para amantes de la
televisión, que dejarán de mirarla con los mismos ojos y para lectores
entretenidos, que se lo pasarán pipa con ella, adentrándose en el mundo de la
sorpresa de Eloy Moreno.
Quiero dar las
gracias infinitas a
Manu Vives, director de La Bohemia por permitirme presentarla en el centro cultural de referencia de Castellón.
Y parafraseando el
título, Gracias por mirarme a los ojos cuando hablé con vosotros: Gracias
M Carmen Castillo Peñarrocha por tu compromiso,
Carolina Beltrán Vives por tu apoyo, Mayte Mira por estar conmigo,
Monica Mira Garces (que estuvo con nosotros en espíritu, estoy seguro),
Nieves Clavell (un placer haberte conocido) (las musas sois lo más, no cambiéis nunca),
Benjamín Collado Hinarejos (al fin nos conocimos y espero que sigamos en contacto),
Jesús Pardos (compañero de trincheras y estudios), Tere y Vicente (de andanzas y vivencias) Olga (de viajes y mucho más), Raulillo Namasté (gracias por la deferencia de quedarte y acompañarnos, fue un placer), Carina (qué bonito reencuentro) compañeros de Benicàssim, Isla,
Carlos
Alberto Pérez (y esa ricura de criatura que ya ha asistido a su primera presentación…) ya sabéis que os quiero y os admiro y al resto que no pude saludar personalmente, muchas gracias también por compartir vuestro tiempo conmigo.
Laura Asensio Bueno, Izan y Adrián (espléndidos en sus actuaciones teatrales, jejej)
A los que no
pudisteis acompañarme os doy las gracias igualmente porque seguro que vuestro
espíritu me acompañó.
He intentado dar
todo lo mejor de mí como escritor en esta novela. Ojalá que el boomerang de las
buenas acciones y de la bonhombría comience a fluir entre todos los que la
leáis y que al menos un poquito de la felicidad que he sentido al escribirla,
os llegue al corazón.
GRACIAS
Eran vídeos cortos que trataban temas de gestión diarios
frente a los retos que la pandemia estaba creando para las empresas y que a mí
me resultaron muy motivadores en los días del duro confinamiento, sobre todo
para aprender a centrarme en el presente con la vista en un ligero y cercano
futuro únicamente.
La visualización de esas cápsulas motivadoras me llevó a comprar
el libro de Argelia García, titulado Tres preguntas para una gestión
económica inteligente, que también me ha resultado muy interesante y
resumo los puntos clave que, a mí, de modo particular, me están ayudando.
-
Clara estructura del libro en tres partes
diferenciadas que permiten un análisis claro del dónde estamos, adónde vamos y
con qué recursos vamos a llegar.
-
El cierre contable mensual: Es para mí el
comodín que permite mejorar en toda la gestión de una empresa. Es el semáforo
que indica si la gestión económica va por buen camino o no y el examen mensual
que te obliga a replantear lo que te aleja de ese camino.
-
Desmitificar la “inservilidad” del
presupuesto. Quiero decir, que, aunque yo siempre he creído que no sirve de
mucho (y entiendo que depende de sectores y empresas), he entendido mejor el
porqué de elaborarlo y aplicarlo.
-
Reflexionar sobre preguntas clave, que
pueden parecer sencillas, pero no lo son
o
¿Cómo calculo los precios de venta? / ¿Cuánto
nos cuesta el producto? / ¿Qué precio es asumible por el mercado?
o
¿Acepto un pedido con un precio por debajo de lo
habitual?
o
¿Qué tipología de clientes me interesa más? O,
más bien, ¿A qué tipología de clientes puedo acceder con mi producto?
o
¿Son rentables todos los departamentos de mi
empresa?
-
Utilizar la contabilidad de costes como
el arma más eficiente de control.
-
La importancia del Margen de contribución.
Y la importancia de explicarlo a los analistas alejados del mercado real.
-
Y una máxima absoluta: La mejor
financiación viene siempre de las ventas.
Recomiendo a todo el mundo la lectura de este libro, no solo
a los directivos o managers de distintas áreas, sino a todo el mundo que de uno
u otro modo esté relacionado con el mundo de la empresa.
Es un manual claro, práctico, que incide en los temas estratégicos
con sencillez, apartando el miedo que puedan causar ciertos conceptos, sobre
todo en las pequeñas y medianas empresas y ayudando a comprender que cualquier
empresa requiere de un control cercano, continuado, así como de una
flexibilización a las circunstancias (realidad líquida) y aceptación del cambio
y evolución necesaria en la empresa para poder crecer.