miércoles, 28 de marzo de 2018

Adiós a Berlín - mi crónica de lectura


Decidí leer este libro tras visitar la espléndida retrospectiva sobre David Bowie que el Victoria & Albert Museum de Londres organizó el año pasado en el Museu del Disseny de Barcelona en la que pude descubrir que durante su época de expresionismo alemán en la que vivió en Berlín varios años éste fue uno de sus libros favoritos.


Y ha sido para mí una experiencia acompañar a Cristopher en su quehacer diario con los personajes variopintos que pueblan su libro. Me gusta el estilo de Cristopher al narrar su propia epopeya en la Alemania pre-nazi. Rebosa frescura, descaro, desinhibición, matices contrapuestos al oscurantismo que llegaría unos años después y que arrasaría con Europa.

La lectura de este libro de 6 relatos me ha hecho regresar también a Cabaret, el film en el que Lisa Minelli brilla llena de esa frescura y descaro de los que hablaba antes.

No sé si la sociedad alemana era tan así en los años treinta, si responde a una visión muy particular de Cristopher Isherwood o si es simplemente una ficción pero creo que tiene aspectos comunes a lo que vivió la España de principios de los ochenta, ese afán por el puro placer, por el momento singular que cada uno vivía, sin pretender trascender ni categorizar en exceso los comportamientos, con absoluta libertad.


Leí el libro íntegro durante mis trayectos de trabajo entre el hotel y las fábricas que visito regularmente en Dhaka (Bangladesh) donde el tráfico puede detenerte horas dentro del coche, así que la lectura se hizo todavía más extraña. Me sentí tan aislado de lo que me rodeaba que ello me ayudó a meterme mucho más en el Berlín de los treinta, pero cuando terminaba de leer un capítulo o llegaba a mi destino la cruda realidad Bengalí me devolvía a mi presente y al siglo XXI. 

lunes, 26 de marzo de 2018

La gran apuesta - mi crónica de lectura

Tras terminar la lectura de este libro, denso y dificultoso por la utilización de la jerga bursátil y la complicada narración de la arquitectura financiera creada artificiosamente por los financieros de Wall Street, he concluido que una buena forma de reseñarlo sería copiar este párrafo íntegro:

“¿Cómo se le explica a un ciudadano inocente del mundo libre la importancia de una permuta de impago crediticio sobre un tramo doble A de una obligación de deuda garantizada respaldada por activos subprime?”
(…)
El Fondo Monetario Internacional evaluaría las pérdidas en los activos relacionados con el mercado subprime originados en USA en un billón de dólares. Un billón de dólares en pérdidas creadas por los financieros estadounidenses, a partir de una pura farsa e incardinadas en el sistema financiero de Estados Unidos.”

Es decir, es la creación de un mercado financiero de cientos de miles de millones de dólares basado en una mentira, en la suposición de que algo (lo que sucedió) no podría nunca pasar y alcanzando unos niveles de yuxtaposición de términos, creación de expresiones vacías y faltas de significado con el único propósito de decir sin contar, de hablar y hablar sin que nadie entendiese de qué diablos se hablaba y sin que, ni siquiera los eruditos economistas de Wall Street, supieran qué demonios contenían los activos financieros creados a partir de seguros de impago de préstamos hipotecarios basura que se remozaban en fondos de valor triple B que por arte de magia las grandes agencias de calificación estadounidense reconvertían en triple A.

En la crisis de las hipotecas basura (o subprime en su acepción inglesa) todos mintieron o más bien tendríamos que decir que nadie quiso entender que aquel gigante defectuoso que crecía y crecía de forma descomunal y vertiginosa caería sin ninguna duda.


La novela, desde el punto de vista literario es emocionante. Lastra un poco su interés la densidad de la jerga burocrática y económica pero aun así mantiene un ritmo suficiente que te permite avanzar.


Pero sin duda, lo más duro, lo más fuerte que he descubierto con su lectura es que la crisis, la famosa crisis inmobiliaria financiera y económica que todo el mundo lleva viviendo desde finales de 2007 no es que sucediese sin más, o porque le tocase en el rotar del ciclo económico. Es sin ninguna duda una crisis creada artificialmente por los descerebrados financieros de Estados Unidos, de codicia infinita y responsabilidad nula. Todas las partes implicadas, bancos emisores de préstamos hipotecarios, bancos de inversión creadores de activos financieros con ellas y agencias de clasificación que los recalificaban sin ningún criterio ni base, son los culpables de que miles de empresas hayan desaparecido, de que tantas y tantas personas hayan sufrido y tenido que modificar sus vidas y de que además, se nos haya acusado de que vivíamos por encima de nuestras posibilidades. Nada más lejos de la realidad. Ellos sí que vivieron por encima, pero por encima de sus posibilidades de racionalidad.

sábado, 24 de marzo de 2018

Normalidad

Pelo castaño peinado a raya en el lado izquierdo, ojos marrones de mirada lánguida, sin tener sobrepeso pero tampoco delgadez, ni por supuesto presencia de fibra en ninguno de sus músculos. 1,72 de estatura y rasgos faciales suaves, sin barba o bigote y gafas sin montura que desnaturalizan su ya de por sí impertérrita mirada. Viste vaqueros azules, zapatos negros de vieja generación y camisa blanca de algodón ligeramente arrugada que lleva metida por dentro y cincelada con una correa de piel marrón oscuro. Trabaja de lunes a viernes, de 8 a 5, hace deporte y la compra semanal el sábado y se reúne con la familia (la propia o la impuesta) el domingo. 

Vacaciones de verano en la playa y macro cenas familiares cuando los copos han pintado ya de blanco el tejado del edificio donde vive. Lo europeo le parece lejano y, por ende, lo situado más allá de los Urales o del Atlántico temática fílmica, cuando no irrelevante.

Esta puede ser la radiografía de un hombre normal, de aspecto normal, que lleva una vida normal, tiene una familia “normal” en una ciudad normal......Esa inmensa mayoría de hombres que rellenan las ciudades y pueblos de España sin que de ellos sea digna de mención particularidad alguna. Ellos que, con el transcurrir de las décadas y los cambios de gobierno siguen ahí, incesantes y ajenos al vaivén de la modernidad.

Votantes de costumbre, devotos católicos, agnósticos otros, aficionados al fútbol la mayoría y a mirar sesiones interminables de programas de televisión. Disfrutan por igual haciendo una parrillada en casa de sus suegros que yendo a almorzar con los amigachos por la mañana los fines de semana.

Parece que su vida sea un tiempo y actividad que es necesario que existan para que pueda haber otras que resalten sobre ellas, sobresalgan brillantes por encima o excretantes por debajo y sin las cuales, se abriría un vacío en la sociedad indigno y de imposible solución.

Su vida se podrá calificar de aburrida, monótona, insensata, pacata cuando no paleta, consentida o inambiciosa, pero lo cierto es que el adjetivo que mejor la definiría sería el de imperecedera.

Sí, nada tiene de brillante llegar a la cúspide del éxito personal o empresarial pues ello implica caer tarde o temprano y, a veces, caer demasiado. Ni de obsceno hundirse en el infierno de la droga o la delincuencia, porque casi siempre se consigue resurgir. Lo verdaderamente arduo supone mantenerse siempre en esa franja indefinida de normalidad supuesta que te permite pasar desapercibido en los grandes conflictos a lo largo de la historia. Evitando la podredumbre que genera el capitalismo extremo y sobreviviendo a las crisis que los diferentes gobiernos y bancos ejecutan impunemente.

Sí, normal es una palabra que no debería tener significado, por lo ingente de sus acepciones, por lo inabarcable de su terminología. Deberíamos aprender que tiene más valor que lo hiperbólico o lo supremo. Normal debería de ser para nosotros sinónimo de bienestar, de armonía y por supuesto de autenticidad.

jueves, 22 de marzo de 2018

La Voz

¡Y esta es la vooooozz! ¡Na na na naaaaaa! ¿Quién no conoce este programa de televisión en el que tantos participantes intentan postularse como futuros artesanos del canto con una única carta de presentación: su voz?
No importa su físico, si son guapos o feos, arreglados o zarrapastrosos. Ni tan siquiera la química que su apariencia tenga con la cámara. Todo ello carece de importancia y se subordina a una única virtud vocal que sobrepasa los prejuicios del placer visual (al menos en la fase de audiciones a ciegas).
Yo no soy tan feo, tengo la dosis adecuada de grasa localizada (sí, en los flancos y la barriga, que es donde los hombres solemos crecer tras haber cumplido los cuarenta) que me hace parecer suficientemente atlético como para que el adjetivo gordo sea desproporcionado. Mido más de 1,80, lo que me hace tener buena percha en general y aunque las canas han invadido mi cabeza y barba, me dan un aire entre madurito interesante y cuarentón incipiente que no está del todo mal para ser de pueblo.
Sin embargo no imagino peor ridículo que el que experimentaría al participar en el programa de marras en el que únicamente se me juzgaría por mi voz. Podemos dejar al margen el sentido del ritmo y entonación, disciplinas para las que nací facultado, pero lo que es la vibración de mis cuerdas vocales es para echarse a temblar.
Si lo analizamos detenidamente, todos tenemos algo en nuestro cuerpo que nos gustaría cambiar. Cuántas veces hemos pensado (si nos preguntase un genio de la cirugía gratuita) qué nos gustaría modificar de nuestra anatomía. Podríamos hacer una lista sustanciosa: tener menos michelines, disminuir la papada, aumentar los músculos en general y en particular de pectorales y bíceps. Hacer desaparecer las ojeras, las arrugas, disminuir nuestras narices de ascendencia árabe, azulear el color de nuestro iris, y en realidad cualquier otro aditamento que nos hiciese parecernos más a un George Clooney al uso que a un españolito estándar.
Mira que hay cosas que un tío podría pedir: Puedo añadir a la lista anterior, algo a lo que definitivamente ninguno podríamos resistirnos (de ser posible): aumentar unos centímetros el tamaño de nuestra polla, por medianamente bien armado que uno vaya. Esperad, voy a pensarlo un momento… es una petición difícil de rechazar…. No, ni siquiera eso que es tan apetecible e irresistible. Yo sacrificaría todo lo anterior y elegiría cambiar mi voz.
Sí, tamaño trauma tengo con mi compañera vocal, que es quebradiza unas veces, levemente afeminada otras, débil las más y grotesca a menudo. En ocasiones estoy en una reunión crucial en la que tengo que aparentar una posición segura, hablar con convicción y cuando recurro a ella para explicar mis argumentos apenas sale un atisbo de sonido que me hace tener que repetirlo un par de veces exacerbando el tono de la segunda para que se escuche y desvirtuando por completo el matiz que quería dar a los mismos.
La sonoridad precaria se acrecienta cuando la escucho grabada en un video o en una llamada de teléfono. En tales casos, mi repulsa hacia ella experimenta un incremento digno del mayor de los rechazos.
Por ello las mañanas en que me despierto resfriado y completamente ronco son días especiales. Me escucho a mí mismo potente, grave, robusto, casi siento que mi miembro ha crecido esos centímetros tan deseados….y deseo que la ronquera me dure días, cosa que lamentablemente nunca sucede.
Pero cuando ello ocurre, todo el mundo me mira extrañado al hablarle. Me preguntan cosas como ¿Qué te ha pasado? ¿Te has tragado a un monstruo? Pareces un bicho del averno, o Pobre, estás fatal ¿no? ¡Qué ironía!, yo en ese estado me encuentro feliz y seguro, y sin embargo, nadie más lo aprecia.
Y es justamente cuando mi voz vuelve a ser la poca cosa que siempre es, cuando todo el mundo parece mirarme de nuevo de forma normal. De hecho, nadie me ha criticado nunca, ni me ha hecho comentario alguno sobre mi voz. ¿Será que todos la asocian con mi imagen y mi personalidad? Porque quizá mi forma de ser sea como es precisamente por ello. Tal vez una voz de barítono como la de Constantino Romero o Carlos Herrera me habrían hecho tener una personalidad más agresiva, o menos afable y aparecer a los ojos de quien me conoce por primera vez como un tipo mucho más duro y menos accesible.

Por lo tanto tengo que concluir que yo soy como mi voz, imperfecta, quebradiza, afable, y sin duda única.

miércoles, 21 de marzo de 2018

ESCRITORES SINGULARES-37: JOSÉ MANUEL GONZÁLEZ DE LA CUESTA

José Manuel González de la Cuesta es un ESCRITOR SINGULAR. Termino de leer su penúltima novela publicada titulada Nunca seremos los mismos y constato la larga trayectoria y oficio de este prolífico escritor, que aborda casi todos los géneros: varias novelas publicadas, una nueva autopublicada en Amazon, de título La televisión de la discordia, artículos de opinión en el periódico Levante, donde aporta una visión ácida y crítica sobre temas sociales y de actualidad, relatos para diversos proyectos e iniciativas, entrevistas a personas de indudable interés cultural y social y un fantástico blog de nombre mágico: La escritura esférica que os recomiendo seguir y leer.


Es muy interesante descubrir la versatilidad de un escritor como José Manuel, su compromiso con la defensa y proyección de la literatura en general y de los escritores en particular, sobre todo los de la provincia de Castellón, a través de la iniciativa que promovió hace unos meses junto con otros escritores para constituir la AEPC (Asociación de escritores de la provincia de Castellón) que tan buenas experiencias nos está dando a todos.

Y es que os guste el género que os guste, podéis leer a José Manuel en cualquiera de sus múltiples disciplinas literarias y descubriréis a un escritor genuino, con oficio, con seriedad y compromiso, como los escritores clásicos.

A continuación comparto con todos vosotros, lectores, un fragmento de su primera novela titulada Larga tormenta de otoño.

Leedlo, merece la pena. Y para que conozcáis un poquito más a su autor, una breve entrevista a continuación.

LARGA TORMENTA DE OTOÑO – primera página
Jacobo soñaba con acariciar cada mañana el rostro suave de Ana. Era su primer pensamiento del día, el primer deseo que tenía nada más despertar desde aquella tarde en el parque, cuando la tormenta descargó una gruesa lluvia sobre su cabeza y tuvo que refugiarse en el  kiosco de la música. Llegó corriendo, empapado, y allí estaba Ana, en el centro, marcando un área equidistante entre su cuerpo y la manta de agua que caía afuera. A Jacobo le pareció una ninfa que le ofrecía refugio en medio de aquella sonora tormenta otoñal. Era una mujer hermosa, con un traje de algodón blanco de tirantes que dejaban al aire unos hombros delicadamente arropados por una chaqueta de punto de color anaranjado, y un escote que insinuaba un pecho generoso y firme. Su rostro, arropado por una suave media melena de cabello oscuro, era de facciones ligeramente marcadas y a la vez delicadas. Y los ojos... Dos perlas verdes de mar. Se enamoró de ella al instante, sin pensarlo, como si un fogonazo de luz le hubiera cegado el pensamiento, y se quedó allí, quieto, sin saber si a partir de ese momento era el dueño de su mente o si acababa de traspasar su voluntad a aquella mujer que, en medio del círculo, le hacía señas para que se arrimara más hacia donde estaba, lugar en el que se encontraría más resguardado.
Según se acercaba como un autómata teledirigido por la voluntad de la mano que lo llamaba pudo sentir la fragancia que exhalaba el cuerpo de la mujer que acababa de cambiarle la vida. Al llegar a su altura se situó a su lado balbuceando apenas alguna tontería sobre el tiempo, y se hizo el silencio entre ambos. Fueron para él unos minutos angustiosos, ya que deseaba que aquella tormenta fuera el diluvio universal, con sus cuarenta días y sus cuarenta noches, para poder estar a su lado y retrasar el momento en el que tuvieran que despedirse, momento a partir del cual se convertiría en un paria buscándola por los rincones de la ciudad. Mientras tanto, la cortina de agua empezaba a crear grandes charcos en el parque, y con cada trueno parecía se resquebrajaba el cielo. Aquello no tenía pinta de amainar, y Jacobo, superando su estado de ensimismamiento, se decidió a decir algo que a él le pareció gracioso:
—De seguir así, tendremos que hacer noche.

ENTREVISTA SINGULAR

1.- Aunque ya eres un autor publicado, si te dieran la posibilidad de publicar tu próxima novela con una de las grandes editoriales, ¿sobre qué tema te gustaría escribirla? Y ¿a qué no renunciarías nunca en aras de la comercialidad a la que supuestamente pudiera dirigirte la editorial?
Cuando escribo una novela no me planteo si es del agrado del mercado editorial o no. Quizá, porque escribo la novela que me gustaría leer y en ello pongo mis esperanzas: que los lectores y yo entremos en simbiosis literaria. Otra cosa es que alguna editorial se interese por lo que he escrito. Eso es harina de otro costal, en el que entran muchos factores, que los escritores no podemos controlar.
Es difícil decir si sería capaz de renunciar a algún texto, por sugerencia de una editorial. La verdad es que nunca me he encontrado en esa situación. En cualquier caso, pienso que una cosa es escribir una novela y otra cosa es publicarla, porque creo que en el proceso de edición tanto tiene que decir el escritor como el editor.
No me gustan los posicionamientos maximalistas. ¿Cuántas buenas novelas se habrán quedado en el cajón del olvido, porque el autor se ha negado a que le cambiaran una coma o el editor se ha obcecado en convertir el texto en algo tan comercial, que perdiera su propia esencia literaria?

2.- Imagino que como buen escritor que eres serás también un gran lector, ¿en qué momento del día te gusta más leer?
Gran lector soy. No se puede escribir sin afición a la literatura.  Es como si a alguien que le guste jugar al fútbol, dijera que no les gusta ver partidos. Lo de buen escritor es subjetivo. Pero volviendo a la pregunta: soy lector de cama o sofá; quiero decir, normalmente leo tumbado cuando tengo algún rato durante el día o ya antes de acostarme.

3.- En breve comenzaré la lectura de Nunca seremos los mismos, tu última novela publicada por Unaria y que espero reseñar pronto en este mismo blog. Cuando escribes, ¿qué temas o situaciones te inspiran? O sea, ¿Cómo te enfrentas al folio en blanco?
El acto de escribir una novela no viene, generalmente, de un momento de inspiración. Más bien se debe a un proceso mental en el que van madurando ideas, hasta que una de ellas emerge sobre las otras. En mi caso, a veces, tardo varios años desde que empiezo a pensar una novela y comienzo a escribirla. Una vez iniciada la escritura, voy dejando que la novela se vaya desarrollando en función de cómo evoluciona. No soy escritor de fichas ni perfiles de personajes ni escenarios predefinidos. Todo va surgiendo poco a poco. Todo va creciendo y tomando forma en mi cabeza. Toda la novela tiene que estar en mi cabeza.
En cuanto al folio en blanco, sólo hay una manera de enfrentarse: sin miedo al vacío narrativo que se produce muchas veces, y sin obsesionarse. Es cierto que la inspiración es mejor que venga trabajando, pero si no viene, hay que desplegar mucho oficio y, en último extremo, darse una vuelta.

4.- ¿Qué te acompaña cuando lees? ¿Y cuando escribes?
Nada. Cuando leo, silencio. Cuando escribo, silencio.

5.- Hoy en día el número de publicaciones es enorme. Hay tal marasmo de novelas, libros de escritores noveles y ediciones clásicas que es muy difícil filtrar y decidir qué es lo que leemos. En tu caso, ¿qué es lo primero en lo que te fijas para decidir leer un libro?
Uff!! Tengo algunos escritores de cabecera: Muñoz Molina, Almudena Grandes, Vázquez Montalbán…, muchos más que no voy a listar ahora. De estos, suelo leer casi todo o que sacan. Después me dejo guiar por recomendaciones de amigos, o, simplemente, voy a la librería y me doy una vuelta a ver que encuentro. También me gusta leer a los escritores y escritoras de Castellón. Leo bastante de lo que se escribe.

6.- Vivimos en el mundo de la hiperconexión. ¿Utilizas las redes sociales? Cuáles son las que te parecen más interesantes y por qué.
Un escritor no tiene más remedio que estar presente, de una manera u otra en las redes, sobre todo cuando no tienes una editorial detrás que te hace todo el trabajo de promoción. Además creo que las redes sociales nos facilitan mucho saber qué piensan nuestros lectores sobre lo que escribimos. Hay una interconexión que es fantástica. Sin embargo, hay que tener cuidado y utilizarlas en su justa medida, porque si no te acaban absorbiendo y haciendo perder el tiempo.
Todas las redes sociales son interesantes, depende el uso que hagas de ellas o lo que hallar en ese mundo tan vivo, para lo bueno y para lo malo. Yo procuro tener una presencia moderada, porque, pienso, que una exposición excesiva es contraproducente. Utilizo, principalmente, facebook.

7.- ¿Eres escritor de día o de noche?
De día. La noche es para el relax o la diversión.

8.- Aparte de la literatura, ¿qué otras artes te gustan? Cuéntanos un poquito cuáles y por qué (si es que hay un porqué).
Si me preguntan qué artes me gustan como creador, he de decir que, salvo para la literatura, soy un negado para el resto. Como espectador, me gusta la fotografía, la pintura, el teatro, el cine y la música, sin despreciar la arquitectura. Soy un poco picalotodo, porque me habría gustado haber nacido en el siglo XV y ser un hombre renacentista, abierto a la cultura, el arte y el conocimiento.

9.- Te pido ahora unas respuestas rápidas

a) ¿Nos recomiendas un libro?
Recomiendo el que acabo de leer: “El lector de Julio Verne” de Almudena Grandes, publicado por Tusquets, dentro de la serie de la autora Episodios de una Guerra Interminable. Es un libro brutal, que os relata cómo era la vida en aquella España en la que la guerra no acabó en 1939, y siguió sembrando muerte represión por muchas sierras del país. Concretamente, en este caso, en la Sierra Sur de Jaén. Y lo más brutal es que todo está contado por un niño de 10 años, hijo de guardia civil, que vive en el cuartel. Tengo que decir, que me ha impresionado bastante. 

b) Un personaje literario que sea inspirador para ti.
No tengo uno definido. Cada personaje es parte de un mundo literario y ahí deben seguir. Si hubiese alguno que me inspirara, estaría escribiendo gracias a la inventiva de otro.

c) ¿Qué género literario te apasiona más?
La novela, en general. Cualquier novela, sea del subgénero que sea, si está bien escrita puede ser apasionante. También me interesa el ensayo, pero en otra dimensión.

d) ¿Eres de radio o de televisión?
Más de radio, que de televisión

e) ¿Mar o montaña?
Montaña

f) La última cosa que te haya sorprendido tanto que todavía la recuerdes.
Mi capacidad de sorpresa, cada vez es menor. Una lástima.

g) Una canción o cantante que tenga para ti un significado singular.
Esta es una pregunta que nunca sé responder. Me gusta la música y me gustan muchos cantantes, de diferentes palos. Quizá, si tuviera que quedarme con alguno, por llevar con él desde que era un chiquillo, me quedaría con Serrat.

10.- Me gustaría que definieras una escena lo más cercana posible a tu felicidad.
Lo más cercano posible a mi felicidad es que mi familia y mis amigos, sean felices y que nadie tenga dolor, porque el dolor es invalidante y nos reduce a la nada.

11.- Eres un autor comprometido con el colectivo de escritores de Castellón e impulsaste recientemente la creación de la Asociación de escritores de Castellón (AEPC) junto con otros escritores de la provincia. ¿Qué acciones crees que debería llevar a cabo la administración para potenciar / apoyar a este colectivo? Y ¿cuáles son los próximos proyectos de la AEPC?
La literatura es bien cultural que traspasa las berreras del arte, porque atesora en su seno todo el conocimiento que la humanidad ha sido capaz de desarrollar a lo largo de su historia. Sólo por esto, las administraciones deberían tener una atención máxima hacia la creación literaria y hacia el fomento de la lectura. Se me ocurren muchas cosas que pueden hacer las administraciones, y lo peor de todo, es que ellas saben lo que tienen que hacer, pero no hacen.
En nuestro caso concreto, vamos a firmar el segundo convenio con la Diputación de Castellón, que tiene como objetivo impulsar la creación literaria entre los escritores y escritoras de Castellón, este año mediante la convocatoria de un premio de novela; y el fomento de la escritura entre los jóvenes, mediante un concurso de relatos de extensión provincial.
Vamos cumpliendo objetivos y, para ello, es posible que este 2018 pongamos en marcha una página web, con el fin de abrir un portal para la promoción de los escritores miembros de la AEPC y su literatura.

12.- Y para terminar, ¿Cómo valorarías la producción literaria de la provincia de Castellón?

Muy buena. Castellón está viviendo una época literaria de oro, con buenísimos escritores y escritoras. Sólo hace falta, que desde las instituciones se potencie que se lea la literatura que aquí se está escribiendo.

martes, 20 de marzo de 2018

The reader - crónica de una afectación

¿Puede sentirse amor por alguien culpable de asesinato? ¿Puede ese amor determinar el devenir de una vida y marcar desde muy joven el destino de alguien? Y ¿cómo puede mantenerse un secreto íntimo, por siempre, de por vida, sin que se convierta en putrefacción y termine con ella?

The reader me ha hecho reflexionar sobre todas estas preguntas, sobre lo importante que es nuestra pubertad, lo tremendamente profundo que nos marca las experiencias que vivimos durante ese período y lo intensamente transcendente que demarcará nuestro carácter futuro. Y ello me ha llevado a pensar en por qué a veces hacemos ciertas cosas, tomamos algunas decisiones y también por qué en un momento dado elegimos no dar un paso, que sabemos trastocará el escenario en el que vivimos. ¿Es una decisión que se toma en base al equilibrio entre lo que pueda pasar y lo que nos ata a nuestra situación actual? ¿Es simplemente miedo? ¿O quizá cobardía?

Kate Winslet interpreta magistralmente a Hanna Schmitz en un papel tremendo con la sobriedad de una actriz que desaparece en sus personajes. Hanna aparece de inmediato y Kate se marcha. Y es al final de la película, cuando la lágrima no puede aguantar más y resbala por mi mejilla cuando me doy cuenta de que ella representa un tren que alguien dejó pasar, a quien alguien decidió no subirse y a pesar de ello, Hanna mantuvo una dignidad que le llevó a estar veinte años en prisión pero que deja el film de Stephen Daldry tildado de su presencia, de su mirada estática y su gesto adusto, rodeada de literatura leída y escuchada y aunque lo tremendo de la historia es el terror del nazismo, Hanna (Kate) lo supera, lo engulle y consigue que el recuerdo que quede de la misma sea esa mirada intensa, ese diálogo eterno que parece detenido en el tiempo.

He llorado con The reader, he sentido lo que Michael Berg probablemente sintió en esa realidad hipotética que es la vida dentro del film, y he sentido el desgarro que Ralph Fiennes destila en sus recuerdos.

Todo me ha afectado en esta película. Kate ha reforzado aún más su imagen de actriz perfecta, la literatura, pátina de cura para la incultura y el horror, el paso del tiempo en las historias que tanto me gusta y la vista atrás con cierta nostalgia, cuando no con dolor.


Una vez me cure de esta película abordaré la lectura del libro original del que estoy seguro saldré todavía más herido. Pero no puedo dejar escapar este tren.

jueves, 15 de marzo de 2018

A vueltas con las pensiones

Me quedan unos 20 años para jubilarme y tengo casi asumido que tendré que trabajar hasta el día que me muera. Esta frase puede parecer un poco dura, pero lamentablemente, me parece que puede llegar a convertirse en realidad.

Y es que en España no tenemos políticos de nivel. Tenemos falsarios que buscan el éxito cortoplacista y empujan los problemas reales de la sociedad pensando “el que venga detrás que arree y apechugue con el problema”.

Creo que ninguno de los actuales líderes tiene la fuerza y la valentía para hacer un planteamiento a veinte años vista. Su horizonte más lejano son los 2 años que pueden quedar para las nuevas elecciones. Y así nos va. Y así nos irá.

Y claro, unos nueve millones de pensionistas, conocidos por ellos como nueve millones de posibles votos son muy suculentos. Y “mejor no menealho” que dijo aquél.

Pero hay dos realidades que son incontestables: La baja natalidad de la sociedad española y la generación del baby boom que ahora está entre los 40 y los 50 años (entre los que me encuentro) y que dentro de veinte será pensionista.

Se mire por donde se mire, en torno a 2035 habrá muchos menos jóvenes y muchos más ciudadanos de más de 65 años cuyas pensiones (si no se hace algo desde ya) no podrán ser sustentadas por los salarios de los primeros.  Esto no es ni de derechas ni de izquierdas ni de la vieja ni de la nueva política. Simplemente es la realidad que ningún partido político quiere abordar y que nos conducirá a la primera frase de esta reflexión.

Es obvio (al menos para mí) que tendremos que trabajar hasta más tarde (ahora se ha ajustado a los 67 años pero seguro que será como poco hasta los 70). Es obvio que las pensiones serán cada vez menores y es posible que incluso haya que seguir trabajando para poder vivir pasados los 70.

No es que no haya dinero. Dinero hay. Porque hay para rescatar a las autopistas radiales de Madrid que nadie entiende por qué se construyeron, para el proyecto Castor que se firmó ya blindado contra pérdidas, para rescatar bancos con decenas de miles de millones bajo la supuesta amenaza de que si no el sistema se hunde y para cualquier otro despropósito que la cultura del despilfarro haya decidido. Pero claro, para financiar el sustento de la vida de quien ha trabajado treinta o cuarenta años no hay. Y esto va a ser así con cualquier gobierno que haya. No seamos ingenuos. Ahora lo va a decidir así el PP pero el PSOE no hizo nada muy distinto y los que vengan, si vienen harán lo propio porque hay una señorita llamada Unión Europea que no les dejará.

Así que el panorama no puede ser más desolador. Una realidad evidente y demográfica que ningún político ni asesor quiere contemplar y mucho menos analizar bajo el miedo de la pérdida inmediata de votos que tendría.


Desde mi punto de vista sólo hay dos soluciones posibles: O los jóvenes españoles se ponen a procrear con igual alegría que ocurrió en los 70 o llega un partido político al poder que no tenga miedo, que dedique el dinero a la gente, a los que lo necesitan, y se preocupe mucho más de las personas que de las instituciones. Esto último, a día de hoy, me parece ciencia ficción.

Llamadme pesimista si queréis pero mucho me temo que es lo que hay. (¡Cómo odio esta frase conformista por cierto….!)

lunes, 12 de marzo de 2018

ESCRITORES SINGULARES-36: CARMEN MARTÍNEZ MARÍN

Carmen Martínez Marín es una ESCRITORA SINGULAR. Sus relatos y sus micros acarician la cotidianidad de la vida, de la familia, de los paisajes cercanos, sencillos pero valiosos. Describen la multiplicidad de colores de la naturaleza que tan bien sabe robar al paisaje la otra cara de Carmen, la fotógrafa.

Y es que ella es para mí una escritora de fotografías, una relatora de esencias y momentos que penetran hasta lo más profundo de la médula, del sentimiento y del amor. Ayer leí su relato Ida y vuelta y mis ojos se rasgaron en lágrimas, tan precioso es el relato, tan entrañable la historia que cuenta que parece engullirte dentro y ser un nieto más de Salvador y Aurora.

Eso es lo que consigue Carmen en sus relatos, hacerte sentir más allá de la lectura de un texto, hacerte partícipe de lo que sienten sus personajes, emocionarte con ellos y disfrutar de su felicidad.

Carmen escribe mucho en su blog, http://aymaricarmen.blogspot.com.es/

y muy bien, pequeños relatos, historias más largas, colaboraciones en revistas digitales como El callejón de las once esquinas una verdadera joya que se enriquece con la prosa de Carmen.

Pero lo que más me impresionó de ella (la conocí hace apenas un año) fue su personalidad. Su carisma de persona cercana, de comentario amable y sonrisa sincera de quien uno se enamora nada más conocerla.

A continuación comparto con todos vosotros, lectores, el relato titulado Nada, un ejemplo claro de su prosa de sentimientos y de cercanía.

Y para que conozcáis un poquito más a su autora, una breve entrevista a continuación.

NADA

Mariola tiene la vida llena de papeles escritos, los lee y relee, y los vuelve a escribir. En ellos hay palabras de todos los colores, algunos sabores y muchos aromas. Suaves como el buen vino. La mayoría de las veces cuando los rompe, se arrepiente. Igual que de una mala borrachera.  Si las ideas se arremolinan en el ático de sus pensamientos, la mano y el lápiz parecen delirantes hasta expresar los sentimientos inasibles. Siente que le falta el aire.  Es como cuando pinta y se abstrae. Cuando cose y descose. Da tiempo para todo. O para nada.
El viento hoy es calmo y cálido, tal girándola en su rededor. Sólo el paseo por la orilla apacigua sus ideas que fluyen como las olas inquietas mojándole los pies. Mientras amanece por la ventana, la mujer de la camisola amarilla, se confunde con la bruma de una mañana que parece más, un caleidoscopio de mil colores. Quien mira, nada puede hacer por ella.
  
NOTA:  Primer Premio en el XXII Concurso de Narración Hiperbreve. Tema: MUJER 2017 Concejalía de Igualdad. Ayuntamiento de Bullas. Murcia.


ENTREVISTA SINGULAR

1.- Si te dieran la posibilidad de publicar una novela con una gran editorial ¿sobre qué tema te gustaría escribirla?
Sería una posibilidad un tanto remota. No me veo escribiendo una novela, si lo hiciera sería una novela corta: una familia con personajes de la vida que nos rodea y de la época actual. La situaría en una zona cerca del mar.

2.- Imagino que como buena escritora que eres serás también una gran lectora, ¿en qué momento del día te gusta más leer?
Muchas gracias por considerarme buena escritora. Sí, me gusta unir palabras, coserlas e inventar historias de sucesos cotidianos. Siempre llevo un cuaderno donde tomo notas de lo que acontece.
Leo novela, poesía, cuento y en los últimos años muchos microrrelatos. Me gusta leer por las mañanas, ahora puedo. Estoy jubilada. Me resulta muy placentero. Una vez escuché decir a J. José Millás que decía: “Leer recién levantado te cambia la percepción del día” He comprobado que es verdad. En verano leo a todas horas: mañana, tarde, noche.

3.- En tu blog http://aymaricarmen.blogspot.com podemos disfrutar de microrrelatos, haikus y poemas, así como tus participaciones en revistas literarias. Cuando escribes, ¿qué temas o situaciones te inspiran? O sea, ¿Cómo te enfrentas al folio en blanco?
Creo que escribo a todas horas mentalmente. Mi lugar de inspiración es a veces, el mirador de mi casa en la ciudad, otras el mar. Imagino historias y situaciones que me resultan cotidianas, cercanas, sucesos que tengan chispa. La mayoría de las veces escribo en cuaderno. El folio en blanco no me asusta. La idea la hilvano y después sin saber cómo sale el relato o el poema, cosido. Eso sí, le doy muchas vueltas.

4.- ¿Qué te acompaña cuando lees? ¿Y cuando escribes?
Leo con la radio, con música clásica,  o en la terraza cerca del mar por las tardes, el rumor de las olas en las mañanas veraniegas, la sombrilla en la arena, la algarabía de los niños en la playa…
Al escribir, busco el silencio, la calma de la noche. Voy cargada con mis cuadernos de notas. En ocasiones escribo cuando viajo. Me inspira mucho la fotografía, otra gran afición. ¿Por qué no, un relato cómo pie de foto? Y, así empieza una historia.

5.- Hoy en día el número de publicaciones es enorme. Hay tal marasmo de novelas, libros de escritores noveles y ediciones clásicas que es muy difícil filtrar y decidir qué es lo que leemos. En tu caso, ¿qué es lo primero en lo que te fijas para decidir leer un libro?
Me guÍo por la intuición de lo qué me dice el título quizá alguna reseña en prensa o radio y de algunos amigos. No leo nunca Best Seller. Veo “Página dos” en RTVE-2 hacen recomendaciones muy interesantes.

6.- Vivimos en el mundo de la hiperconexión. ¿Utilizas las redes sociales? Cuáles son las que te parecen más interesantes y por qué.
Sí, en Facebook suelo dar cuenta  de lo que publico en mi blog. Aprovecho mis fotos para los haikus y algunos “repentes”. Mis relaciones de amistad están basadas en los amigos escritores  microrrelatistas y los fotógrafos.
También uso Twitter, es rápido y te informa de inmediato, la mayoría de las veces lo hago con fin reivindicativo. ¡Hay tantas causas sociales! Sin embargo no soy “tuitera activa” sólo a ratos.

7.- ¿Eres escritora de día o de noche?
Soy más de escribir de noche. También de día, siempre que me surge una idea o una historia, no miro la hora que es.

8.- Aparte de la literatura, ¿qué otras artes te gustan? Cuéntanos un poquito cuáles y por qué (si es que hay un porqué).
La pintura, el cine, la música, el teatro...
Soy feliz en un museo o una exposición de pintura. El cine con buen argumento y buena fotografía. Nada de guerras y tragedias, sí un buen guion y trama. La música es tan necesaria cómo los días, siempre me acompaña. No soy muy entendida pero soy de la época de la “canción de autor” Siempre está ahí, como la clásica. Algo que he aprendido a apreciar en los últimos años es el flamenco.
El teatro me ha gustado siempre pero reconozco que voy menos de lo que me gustaría. No obstante, ahora participo en un Club de Lectura de Teatro y esto me obliga a ir más. Muy interesante leer “el libreto” antes de ver la representación.

9.- Te pido ahora unas respuestas rápidas

a) ¿Nos recomiendas un libro?
“Ordesa” de Manuel Vilas. Ed. Alfaguara 2018

b) Un personaje literario que sea inspirador para ti.
No tengo ninguno en concreto. Quizás algunas mujeres que retrata Carmen Martín Gaite en sus novelas.

c) ¿Qué género literario te apasiona más?
No sabría decidirme por uno en concreto. Novela, poesía, cuentos. Me interesan todos. Cuando leo poesía no paro hasta terminar el poemario.

d) ¿Eres de radio o de televisión?
De radio, sin duda. Me reconozco oyendo la radio desde siempre. Soy de radio desde la mañana hasta la noche, informa, enseña, acompaña…

e) ¿Mar o montaña?
Mar, siempre el mar está en mis escritos. El mar siempre. La montaña para un día.  

f) La última cosa que te haya sorprendido tanto que todavía la recuerdes.
Hay tantas cosas que sorprenden e impresionan  hoy día, como esa foto de una niña desvalida, perdida en las calles de una ciudad de Siria, la maldita guerra.

g) Una canción o cantante que tenga para ti un significado singular
“Al alba” de Luis Eduardo Aute y “Mediterráneo de Serrat

10.- Para terminar, me gustaría que definieras una escena lo más cercana posible a tu felicidad.
Estar junto al mar paseando por la orilla sin prisa, en calma, con ese sosiego que te da la luz de los días, el color y el sabor del mar. Viendo la vida pasar.  

sábado, 3 de marzo de 2018

El peso de una sombra

Este texto forma parte del proyecto La sombra del fotógrafo que podéis visitar en el siguiente enlace:

https://www.lasombradelfotografo.com/

Almudena invitó a Jaime a su casa por primera vez desde que habían empezado a salir. Ya llevaban casi seis meses y se sintió cómoda recibiéndolo a cenar un sábado de primavera. Él aceptó de inmediato. Lo estaba deseando desde hacía semanas pero no había querido ser demasiado directo para no presionarla. Así que ella organizó su casa, la limpió a fondo y preparó el menú que había imaginado podría complacer a Jaime: rollitos de atún con salsa de arándanos y boquerones fritos con limón. Había comprado también una botella del vino blanco que tanto les gustaba a ambos y había puesto a enfriar en la nevera un postre con mucho chocolate, con canela y con frutos rojos, porque seguro que la noche lo merecería. Eligió también el vestido que se pondría para aquella velada, y los zapatos plateados que él le había regalado por San Valentín.
Jaime llegó puntual, con rosas blancas, bien peinado, recién afeitado y con olor a sándalo. Almudena lo recibió con una caricia en sus labios y un guiño pícaro y le invitó a sentarse en el sofá. La mesa estaba preparada y olía suculento. Almudena estaba deslumbrante y Jaime estuvo seguro de que esa noche consumaría sus más anhelados deseos en la cama de su novia.

Ella le pidió que abriese el vino y él, galante, le sirvió una copa y le invitó a brindar abrazados, de pie, cerca de la ventana y mirando a la estantería llena de libros. Cuando Jaime se disponía a beber de su copa, se quedó paralizado. A menos de dos palmos de sus ojos, estaba aquella foto. Aquella en la que su padre Alfonso se había retratado por última vez con el que fuera su gran amigo cuando ambos vivían en el pueblo. La foto de la que tantas historias le había contado su madre, para explicarle cómo había muerto su padre durante la guerra civil. Aquella instantánea había sido tomada en 1938. La artífice, su madre, que por aquel entonces formaba cuadrilla con su padre y con Ramiro, el otro protagonista de la foto. Alfonso con mirada descreída y uniforme republicano. Ramiro, el amigo, con casaca y con gorra militar nacional. Y uno al lado del otro pero sin mirarse. Enfrentados ya por la separación de las dos Españas. Rota su amistad para siempre, desde el momento en que Alfonso supo que su amigo se había pasado al frente nacional, convirtiéndose de ese modo en su enemigo natural.

Jaime regresó al presente y se dio cuenta de que tenía una copa de vino en una mano y el cuerpo de su novia en la otra, que lo zarandeaba casi gritándole su nombre para que volviera en sí. Finalmente regresó al apartamento y a la cena con ella y le pidió disculpas. Y no pudo esperar ni al suculento cenar, ni al seguro sexo que se avecinaba. Le tenía que preguntar por qué aquella foto ocupaba un lugar privilegiado en su estantería. Por qué aquella precisa foto. Y lo hizo. Y ella le contestó que el de la derecha era Ramiro, su padre, de quien él ya sabía que era militar de carrera, general en los tiempos actuales, y que el otro fue un amigo de infancia del que solo sabía que había muerto en la contienda.

Y entonces Jaime derramó una lágrima. No pudo retenerla. Resbaló por su mejilla izquierda y Almudena no entendió nada. Le preguntó qué le sucedía y a él se le quebró la voz. Se le cayó la copa y flaqueó su estabilidad, así que tuvo que sentarse un momento en el sofá.
Almudena se inquietó y continuó preguntándole qué le sucedía o si se encontraba mal, pero Jaime estaba en shock. No podía ser el mismo. El mismo Ramiro, el Ramiro que traicionó a su padre y lo denunció a la guardia civil, el responsable de su muerte. Pero no había duda. La foto era la misma que él tantas veces había visto en el álbum de su madre. Y cuando pensó en ella, viuda de guerra durante muchos años, criando a cuatro hijos y trabajando sin la ayuda de su marido, las lágrimas arrasaron por completo su mirada y se desplomó.

—¿Sabes, Almudena?, mi padre no murió en la guerra. Lo mataron —le dijo señalando la imagen de su padre, Alfonso—. Lo fusilaron tras haber sido denunciado por su amigo la misma noche en que lo traicionó, por su amigo Ramiro.

Y entonces supo que su amor por Almudena jamás podría crecer con el peso de esa sombra, y tuvo que levantarse y marcharse para siempre.

jueves, 1 de marzo de 2018

La flauta mágica deconstruida - Mi primera experiencia operística

Y es que en esta nueva andadura en la que me he propuesto asistir a espectáculos teatrales sin conocer mucho sobre lo que plantean, esperando la sorpresa de lo que me depare la función, acudí por primera vez a la representación de esta ópera deconstruida en espectáculo vanguardista.

El espacio La Seca (Espai Brossa) es acogedor. Está ubicado en la antigua Real Fábrica de Moneda de la Corona de Aragón en Barcelona. Las butacas llegan hasta pie de escenario, separado únicamente por una señalización en el suelo pero la cercanía con los artistas es inmediata y eso acrecienta el sentimiento de estar dentro del espectáculo. Forma parte de la red de Fábricas de Creación, creada para promover la producción en el ámbito de las Artes Escénicas y Visuales.

La compañía GEMMA BELTRAN/CIA DEI FURBI acomete la adaptación libre de la famosa ópera de Mozart bajo el subtítulo Variaciones dei Furbi. La llamo deconstruida porque la versión se hace a capella. Es decir es una versión operística sin música instrumental, en la que las polifonías son conseguidas con las voces y sonidos de sus actores. Además, el comienzo es inquietante, ya que aparecen los actores con un mono blanco, como los de los equipos de desinfección y una máscara antigas, como si entrasen en un lugar contaminado que ellos van a ir transformando en un escenario en el que lidiarán el bien y el mal.

 

El primer impacto fue enorme. Público variopinto, un joven adolescente a mi lado y un matrimonio octogenario a mi otro lado daban cuenta de lo poliédrico que es el interés por el teatro del público barcelonés. Conseguir llenar medio aforo un martes por la noche tiene también mucho mérito en mi opinión.

 

Y entonces la función se expande a través de los asientos. Te avasallan los sonidos guturales porque tienen potencia, tienen mimo y abandonan las bocas de sus actores a menos de un metro de donde estás sentado, de modo que se convierte en una experiencia orgánica. El inquietante comienzo se va transformando para dar paso a los personajes reales de la ópera, para desgranar parte de la historia de la flauta mágica y de la aparición del bien y del mal, mi personaje favorito con una capacidad vocal demoledora. Todos los actores estuvieron muy acertados. El montaje es moderno, la escenografía casi inexistente pero sin embargo embriagadora por su evidente complementariedad con la historia que contaron.

 

Aunque los primeros cinco minutos pensé que no me iba a gustar, terminó la función sin que echase de menos en ningún momento la ausencia musical, embaucado por las voces de los actores,  Robert González, Queralt Albinyana, Marc Pujol, Anna Herebia, Marc Vilavella y Jordi Llordella, por el savoir faire de todos ellos, por cómo una historia clásica se reformulaba en un espectáculo vanguardista, novedoso para mí y muy entretenido.


Doblete de aplausos y satisfacción en el público que comentó sin tapujos lo satisfechos que se marcharon de allí, entre los que me incluyo. Una función que recomiendo a todas las edades.