sábado, 29 de febrero de 2020

ESCRITORES SINGULARES-77: CRISTIAN SERRANO

Cristian Serrano es un ESCRITOR SINGULAR. Tuve el placer de conocerle en la presentación de mi última novela, Gracias por mirarme a los ojos cuando me hablas, en el Taller de Escritura creativa de la UJI, al que Rosario Raro, profesora del mismo, me invitó para charlar con sus alumnos.

Cristian me ha parecido un huracán literario. Un escritor con las ideas clarísimas que aplica con determinación su método para escribirlas, para desarrollar todo lo que su cabeza incansable es capaz de crear. Alguien que crea un nuevo mundo, literalmente hablando, y toda la cultura que lo rodea, su historia, sus habitantes y costumbres, sus problemas y sus conflictos, y su creatividad es tan inmensa que necesita tres volúmenes para desarrollar toda la estructura de la historia que está en su cabeza como un mapa definido.

Me siento empequeñecido ante la seguridad y enormidad de lo que Cristian ha llevado a cabo con su primera novela, Latidos de guerra


que se convertirá en la trilogía titulada El juego de la vida.
Es fácil intuir por las respuestas de la entrevista que Cristian es un hombre de palabra extensa, de conversación, generoso e incansable en su creatividad y sin duda de futuro éxito masivo (ya lo dejo aquí escrito, anticipándome a lo que suceda tiempo después). Os recomiendo, lector@s de las Entrevistas Singulares que no le perdáis de vista.

En esta ocasión Cristian ha escrito un relato más largo de lo que es habitual en este ámbito de la entrevista. Algo consecuente con su torrente imaginativo, impactante y directo. No os lo perdáis. Os sumerge de inmediato en una escena de película.

Y para que conozcáis un poquito más a su autor, una breve entrevista a continuación.

Rubia, como la luz

No parecía tan dramática la situación, una vez dentro. Él, grandullón y con acento ruso, sujetaba a uno de los rehenes por el cuello, como si de un muñeco de trapo se tratase. Otro de los rehenes yacía sin vida a pocos pasos de estos. Sangre en el suelo. El cuello mordido por el metal. Brillaba el cuchillo que rascaba la segunda nuez, todavía palpitante. Por lo visto, estaba afilado. Al mínimo forcejeo de la víctima, su sangre teñía el acero en una conjunción de frío y calor nada halagüeña. Poco podría hacer por aquel desgraciado ante las cámaras, aunque lo intentaría con todo. Apenas se veían los ojos del secuestrador bajo la máscara, pero ella apreció la rapidez con la que se movían, consonante con el nerviosismo que se observaba minutos antes, a través de las cámaras del banco. Y con los pocos datos que tenía decidió actuar. El diálogo de nada sirvió minutos atrás.
Desde el centro de mando, bajo una carpa a las afueras del banco, los inspectores de varios cuerpos del estado se quedaron atónitos ante la repentina oscuridad. Dieron varios golpes a los ordenadores. La conexión había caído, o eso parecía.
Dentro del banco, una melena rubia surcó el viento, con la velocidad de la luz que había robado. El rehén cayó de espaldas tirado por el ruso, ya sin fuerza, quien amortiguó el golpe del muchacho mientras exhalaba su último aliento, mirando a la nada, atónito. El chaval se incorporó, tras apartar la mano que aún sostenía el cuchillo, inerte pero pesada. Notó la humedad en su nuca y, al tiempo que regresaba la luz con sus primeros titileos, se palpó y humedeció su mano en la viscosidad de la sangre. Se giró y lo vio en el suelo. La vida se le escapaba por todos los orificios. «Podría ser yo», pensó él.
—Se ha desmayado sin más —sonó la voz femenina a su espalda, tranquila, pero fatigada.
Él se giró y la vio alisándose la camisa, alborotada y tintada de muerte. «Esto no será fácil de explicar», pensaba ella mientras sus compañeros llegaban en tromba.
—Cuenta lo que sabes, chaval. Nada —sentenció ella con una tranquilidad inexplicable—. Déjanos las especulaciones a los profesionales. Me debes la vida…
Mil preguntas se instalaron en la cara del joven.

ENTREVISTA SINGULAR

1.- ¿Cuál es el principal motivo que te empuja a escribir? ¿Recuerdas cuál fue la primera vez que comenzaste algún texto? ¿Lo guardas todavía? ¿Te atreverías a publicarlo a modo de relato?
La capacidad de abstraerme del mundo y la relajación que esta trae consigo son dos de los principales motivos por los que escribo, pero el más importante de todos es la necesidad de contar muchas cosas que guardo desde siempre. No sabría explicarlo con exactitud, pero es una adicción que va en aumento. Afecta también a mi estado de ánimo y humor con una fuerza considerable. Mal será el día que no pueda dedicarle ni un rato a confesarme conmigo mismo a través de las letras, ese día explotaré.
Recuerdo de forma lejana, ya que esto sucedió en mi infancia, que lo primero que escribí fueron poemas, algunas rimas que se me ocurrían y otras confesiones en un diario que mi madre me compró, aunque no todo lo escribía ante el temor de que lo leyese. Tendría unos siete u ocho años por entonces. Y así llené dos diarios y sendas libretas también, todavía lo recuerdo. Es una lástima no conservarlo, se perdió todo mudanza tras mudanza…

2.- Imagina que tuvieras la posibilidad de publicar un libro con una editorial de tirada nacional y tuvieses libertad para elegir el género y la temática. ¿Cuáles serían y por qué?
Esa pregunta invita a una extensa respuesta, pues creo que cada momento de la vida te pide algo diferente, tanto para leer como para escribir, así como sucede con la forma de vivir y concebir tu entorno y el mundo que lo rodea. En esto no influyen más factores que tus sentimientos. La editorial no es determinante, al menos no lo sería para mí.
Yo comienzo con una historia fantástica que resultará trilogía, y que a su vez me parece un género perfecto para criticar a la sociedad sin entrar directamente al conflicto. Estoy en una época de mi vida donde no quiero conflictos, demasiados atravesé en mi pasado…
Pero he de decirte que me apetece muchísimo escribir sobre varias historias que tengo en mente, y que acometeré una vez acabada la trilogía. Tengo una novela comenzada sobre la vida de un chaval y el asesinato de su padre, puede que sea la primera en cerrarse. No soy de dejar las cosas a medias y, si no acabo lo que empiezo, no duermo tranquilo. Dicen que el que escribe es porque tiene algo que contar y ese algo también será novela en un futuro, pero primero he de estar preparado para ello. Cada cosa a su tiempo.

3.- Te pido que seas tu crítico/a más duro/a. Dinos qué se te da peor a la hora de escribir y cómo intentas resolverlo.
Creo que lo peor y donde más flojeo es a la hora de caracterizar a mis personajes, parte fundamental de cualquier historia donde tuve que batallar al principio. Le daba mucha importancia a la historia y los mensajes de esta y eso quitaba peso a los personajes. Me costó cambiarlo, pero lo hice. Aunque admito que todavía requiere más esfuerzo para mí. Creo que tengo la historia tan clara que la suelto sin pensar y es después, revisión tras revisión, cuando me preocupo de estos detalles. Todavía tengo mucho que mejorar, eso desde luego, y pienso aprender hasta mi último aliento, no me canso de hacerlo.

4.- ¿Cómo sería tu presentación ideal de un libro? Quiero decir, qué elementos tendría que tener para que resultase interesante, amena y entretenida.
Es algo que no me planteé hasta hace bien poco, cuando organicé la presentación de Latidos de guerra, y he de decir que no hice nada fuera de lo habitual: Presenté la historia, hablé un poco de mí, del proceso creativo, de cómo y porqué se gestó esta obra, y después de unas pocas preguntas puse el booktrailer (también autoeditado por mí).
Ahora, a ruta hecha, se me ocurren varias formas de hacer una presentación, pero esto lo dejaré para la siguiente. Me gustaría contar con cuatro «actores de casa» que interpretaran a los personajes más cruciales, y una colaboración necesaria por parte del público en el diálogo. Como resultado, el que más se acerque a la verdad del misterio (que no sería nada determinante de la novela), se llevaría un ejemplar firmado de regalo. No lo sé, algo así me gustaría… Pero, paso a paso. Ahora a por la segunda parte.

5.- Hoy en día el número de publicaciones es enorme. Tanto digital como en papel, resulta muy difícil elegir qué leer ya que normalmente nuestro tiempo de lectura es limitado. En tu caso, ¿cuál es el criterio que sigues para la elección de una próxima lectura?
Me dejo llevar por lo que me gusta, que es tanto que a veces me veo con cuatro historias a la vez. Me explico:
Soy un lector voraz, pese a mi jornada laboral de ocho horas, mi familia y mi pasión por la escritura. Disfruto eligiendo libros, que puede que no sean mi próxima lectura, pues estos se añaden a la pila «por leer». Así los diferencio, los que dejo tumbados son los pendientes, y el resto los que ya leí.
Estas navidades, por ejemplo, me regalaron: El nombre del viento y El temor de un hombre sabio, de Patrick Rothfuss; Patria, de Aramburu; La trilogía Fundación, de Asimov; La insoportable levedad del ser, de Kundera; Y alguno más que no recuerdo. Pues bien, yo terminaba por entonces la trilogía Sombras de magia de V.E. Schwap. Ahora me zambullo en la historia de Aramburu, que me encanta. Pero entre tanto, me aficioné a los audiolibros y escuché la bilogía de Javier Castillo; Canción de sangre y oro, de Jorge Molist; El cerebro que cura, que me pareció muy curioso; Y ahora, en mis huecos libres, o en la ida y vuelta al trabajo, escucho El silencio de la ciudad blanca, de Eva García Sáenz de Urturi. Así que, puedo decir que me encanta la novela histórica, disfruté sobremanera con Posteguillo y sus batallas, al igual que lo hice con Rosario Raro y sus historias alrededor de Canfranc estación (Volver a Canfranc), o su viaje a la Cuba colonial, con Desaparecida en Siboney. Me gusta también la fantasía, el Señor de los anillos, Canción de hielo y fuego. También me gusta la novela negra, género muy bien representado en Castellón, nuestra tierra, con autores magníficos y muy interesantes.
Creo que me sucede con la lectura como con la música, me gusta todo o casi todo y odio poner etiquetas. Aunque de alguna forma hay que llamar a los distintos géneros, por mucho que hoy en día se entrelacen y se mezclen, en ocasiones hasta difuminarse unos con otros en una amalgama indescifrable. Aquel libro que te atrapa, que te conmueve o te llama desde la mesita noche tras noche, está hecho para ti, sin que el género importe. Hay tanto por leer… Por cierto, tengo ganas de pillar la tuya por banda (Gracias por mirarme a los ojos cuando me hablas), aunque he de decirte que será después de El nombre del viento, que ya me llama desde la mesita.

6.- Vivimos en el mundo de la hiper conexión. ¿Utilizas las redes sociales? Cuáles son las que te parecen más interesantes y por qué.
Por mal que nos sepa a algunos, sin las redes sociales no somos nadie, pues nadie nos ve. Y, para ser francos, los que escribimos queremos que nos lean.
Yo soy el primero que defiendo el tiempo con los tuyos, disfrutar de la vida y dejar lo superficial a un lado, pero también reconozco que las redes me quitan bastante de ese tiempo, porque, como he dicho antes, son un escaparate necesario.
En mi caso, con las que más interactúo son con Facebook e Instagram, donde hace un año que creé una página dedicada a mi cara literaria y tengo bastantes seguidores. La que ahora comienzo a mover algo más es Twitter, que al igual que en Instagram, creé una cuenta en 2015 pero jamás les di uso. En todas ellas me pueden encontrar como Crisergal.

7.- ¿Cómo te calificarías como lector/a? ¿Qué géneros te gustan? Y ¿en qué momentos disfrutas de la lectura?
Parte de esto ya lo contesté antes, soy un devorador de historias, me encanta. Y los géneros me dan igual. Leo todos los días antes de dormir, y en domingo, después de comer, suelo leer y ver alguna serie o película.

8.- ¿Cuál es tu secuencia a la hora de estructurar una novela, o el género que escribas? Me refiero a cuál es la cadencia de creación: ¿Primero los personajes, o el conflicto principal, o el final, o cómo lo acometes?
Mi experiencia se limita a mi primera novela y en esta lo primero que me rondó la mente fue la historia principal, el conflicto y los mensajes que con ella intento transmitir.

9.- Me gustaría que definieses ese momento en el que das por finalizado un libro. El momento final, cuando recibes las galeradas y les das el último ok.
Creo que acabo de vivirlo hace muy poquito, porque, pese a estar ya publicado, todavía le di un último vistazo y corregí cositas, aparte del formato, que también lo mejoré un poco. Y he de decirte que la satisfacción es inmensa. Y aunque respiro algo más tranquilo desde ese momento, no he tenido tiempo de disfrutar esa sensación, porque ya disfruto a diario cultivando la segunda parte. De hecho, contesto a tus preguntas mientras dejo que un capítulo se enfríe. Exactamente el dieciocho: soltar el amarre.

10.- Te pido ahora unas respuestas rápidas

a) Recomiéndanos un libro y el motivo por el que tendríamos que leerlo.
El que llevo ahora entre manos: Patria, de Aramburu. Porque, pese a no haberlo terminado y no tener la visión completa, puedo decir que es necesario en una sociedad que se cree que enterró el odio cuando esta organización desapareció, pero que no mira en su día a día. La xenofobia, el racismo, la homofobia, el sexismo, la misoginia y demás males que caminan entre nosotros, sirven de abono para el odio entre las personas, y eso, a veces, llega a tal extremo que separa lo que parecía inseparable. Tenemos que suprimir esos sentimientos de la sociedad. Puede que el mal sea algo intrínseco al hombre, puede que nos acompañara desde el principio de los tiempos y que camine por nuestro genoma como pedro por su casa, aunque yo soy más de pensar que uno es lo que alimenta. Por eso me encantaría que le diésemos más importancia a la educación. A otro tipo de educación (no critico a los profesores, sino al planteamiento tradicional).

b) ¿Cuál es tu escritor/a favorito/a?
Por el momento, no tengo escritores favoritos, sino novelas favoritas en el tiempo que las leí (que tampoco sería igual en otro momento de la vida). Aunque sí diré que disfruté muchísimo con Santiago Posteguillo, en sus dos trilogías. Yo julia todavía está tumbado en mi librería. También me apasionan las historias de Rosario Raro y ese cariz social que imprime en el ADN de todas sus obras, ¡me encanta! Pero también me atrapó Tolkien con El señor de los anillos. Creo que cada momento de la vida conlleva unas necesidades vitales y literarias diferentes. Lo más importante no es tangible y las necesidades que esto crea son la poesía vital, diferente en cada momento.

c) ¿Qué opinas de los blogs literarios?
Me parecen un océano muy interesante, donde hacerse una idea de las lecturas que estas personas comparten, aunque, como he dicho antes, cada uno tiene su opinión y esta puede diferir de sí misma dependiendo del momento en la vida del lector. Algunos, como este, tienen iniciativas muy interesantes, como estas entrevistas.

d) Un libro que no hayas podido terminar de leer.
Sinceramente, y no me importa reconocerlo, no terminé el quijote ninguna de las veces que lo intenté, y me gustó lo que leí, pero siempre había varios más llamándome en la mesita de noche y la narrativa de la época lastraba mis ansias de lector.

e) Un deseo literario para el próximo año
Terminar con la segunda parte de El juego de la vida y atesorar la paciencia suficiente para que una editorial apueste por ella. No como con Latidos de guerra, que hubo dos interesadas, pero ya estaba publicada. Y no digo que sea menos por el hecho de no contar con el apoyo editorial, sino que la falta de este se nota a la hora de llegar a los lectores.

f) La última cosa que te haya sorprendido tanto que todavía la recuerdes.
Un señor muy importante del mundo audiovisual visitó mi perfil en LinkedIn. Todavía me dura el susto. Es una red social con la que no interactúo. Tal es así, que esa es mi única notificación.

g) Una canción o cantante que tenga para ti un significado singular
Me encanta la música y todos sus géneros, así que son muchas las canciones en cada momento de la vida. Valió la pena, de Marc Anthony, me pone los pelos de punta y me incita a bailar (suele pasarme con la salsa). Amo el flamenco en todas sus variables, es el género que me gusta cantar en mi lado más íntimo (desde Camarón hasta El Barrio). Me encanta el rock (ACDC) para salir de fiesta, también el punk rock (Green day). Y el muy actual Beret retumba en mi corazón cada vez que escucho sus letras.
Mi mujer suele decirme que el problema es que me gusta todo, y en ocasiones sí es un problema. Pues no puedo hacer todo lo que quisiera…

h) Las 3 características que debe tener para ti un buen editor/a.
Compromiso, apoyo y dedicación (algo así como lo que yo intento a diario con la vida).

11.- Tu primera novela se titula: Latidos de guerra. ¿Nos podrías contar un poquito cómo se gestó tu idea de esta novela?
Lo primero que rondó mi mente fue una imagen global de la historia que quería contar y los mensajes que me gustaría transmitir en ella. Así que me puse a crear fichas «folios» sobre este mundo al que llamé Nubalión y los que lo habitaban. Después tracé los puentes entre este planeta y el nuestro. Creé los personajes principales, los secundarios y comencé a trazar mis hilos de la historia sobre una pizarra «fue así de forma literal».
Hubo un momento determinante a la hora de elegir el nombre de la protagonista, fue una coincidencia también. Justo comencé a escribir el primer capítulo cuando nos notificaron el sexo de nuestra pequeña, y así decidí llamarla como ella: Alegra.
A partir de ahí se sucedieron los capítulos y se creó la telaraña alrededor de los hilos que ya tenía fijados con una soltura que me sorprendió. Así fue como comencé a disfrutar cada vez que me sumergía en el proceso creativo, me encanta. Puedo decir, con seguridad, que teclear lo que mi mente imagina y darle cierto orden es ya una adicción.

12.- Para terminar, me gustaría que definieras una escena lo más cercana posible a tu felicidad.
Una rutina que consista en levantarme pronto para escribir y desayunar mientras la sonrisa de mi pequeña actúa de espejo para la mía propia (esto ya lo hago); hacer deporte a media mañana, mientras ella está en el cole y dedicar un ratito a la escritura; recogerla para comer y prestarle toda mi atención; volver a mi espacio creativo de nuevo hasta que mamá y peque lleguen del cole con el alboroto propio de la vida en el hogar y disfrutar de ellas hasta la cena.
En fin, poder vivir de la literatura, que es mi pasión. Eso sería, para mí, lo más cercano que imagino a la plena felicidad. Algo superior a cualquier lotería, un sueño, una utopía…

viernes, 28 de febrero de 2020

Trash - Paul Morrissey


El impacto fue descomunal. Un adolescente como yo con apenas dieciocho años cumplidos y recién aterrizado en la cultura underground quedó epatado por la experimentación, hiperrealismo y autodestrucción de las películas de Paul Morrissey.

La primera que miré fue Trash, en la filmoteca universitaria, ya que semejante engendro jamás habría sido estrenado en un cine comercial de provincias.
Tres hechos confluyeron en aquel estallido emocional: El primero, descubrir a un sex symbol atemporal para ambos géneros como es Joe D’Alessandro y experimentar cómo sus desnudos frontales aparecían de forma natural en la narración de la película, formando parte de la escena en que ocurría sin más. Su descubrimiento supuso la apertura de un recoveco de mi personalidad que hasta ese momento había permanecido encerrado en estado latente.

El segundo, poder disfrutar de la versión original y ser capaz de captar el contenido y la narración lo suficiente como para introducirme en ella.

El tercero y, desde luego, más importante, saborear ambas cosas con mi chica, quien me acompañó a regañadientes a semejante aventura.

Llevábamos tres meses saliendo de forma irregular. Estábamos en esa fase en la que la curiosidad por conocer cosas de la otra persona y por querer gustarle es superior a cualquier inseguridad o miedo. Alguna que otra cena en restaurantes de dudoso romanticismo, un par de borracheras cerveceras en el casco viejo que nos habían ayudado a enrollarnos a saco allí donde el cuerpo nos pedía y un pequeño regalito aquí y allí como coquetería y pequeño gesto de buena educación.
No se podía decir que estuviéramos ya enamorados, al menos por mi parte, aunque si me pongo a recordar esa época debo reconocer que ella aparecía ya en mis pensamientos a lo largo del día más tiempo del que podía hacerlo cualquier otra amiga.

Comenzaba a sentir ese nosequé que se siente cuando te apetece compartir cualquier pequeña cosa con la otra persona y, al no estar contigo, dedicas toda tu creatividad a pensar una forma de quedar con ella lo antes posible contando los segundos con fruición.

El escenario no era el más glamuroso, ni los asistentes tampoco. Era cine de autor, minoritario, desconocido para nosotros y en versión original, así que poblábamos el lugar apenas diez personas.
Sin embargo, o quizás precisamente por ello, las imágenes impactaron en mi pensamiento de forma brutal. La narración mostraba a Joe buscándose la vida en las calles de Nueva York, intentando conseguir algo de pasta para comprar heroína que posteriormente compartía y se inyectaba hasta quedar extenuado. Sí, los primeros setenta eran todavía la época fatídica de la heroína y las sobredosis.

Los personajes, masculinos-femeninos y transexuales de dudosa credibilidad mostraban comportamientos extremos, rozando el perfil de la locura consciente. Su actuación llegaba a un punto casi inverosímil. Tal brutalidad en la forma de hablar, maldecir y gesticular se contraponía a la dulzura y candor del propio Joe en su forma de interpretar que, unidos a su exacerbada sensualidad te mantenía extasiado con sus contrastes.

Nunca antes el cine convencional había mostrado algo así. O si lo había hecho inmediatamente había sido reclasificado a los canales porno.
Yo ya sabía a esa edad que iba a ser un hombre de gustos no convencionales, que sería amante de lo diverso, lo antitético y que construiría mi vida circulando por la frontera de la relatividad.
Aquella tarde ardió la chispa que originaría una posterior avalancha de creatividad y multidisciplinaridad. Paul Morrissey y Joe D’alessandro me llevaron a Warhol y el transexualismo, a los ambientes sórdidos del bajo Manhattan, al punk y finalmente al arte abstracto. A ello se unió posteriormente la música siniestra y la literatura costumbrista. Todo ello barnizado con una fina capa de educación británica, gusto por las buenas costumbres y la tradición clásica.

Huelga decir que a mi chica no le gustó la película. Es más, fui duramente criticado por haberla llevado a ver tal bodrio en inglés. Aunque fue una primera batalla perdida en mi personal conquista de su corazón, me ayudó a adaptar mis tácticas a su personalidad.

Debo reconocer, cuando ahora vuelvo a mirar la película y la anterior (Flesh) y posterior (Heat) de la trilogía que Warhol produjo a Paul Morrissey que es, de cierto punto, infumable. Al menos narrativa y contextualmente hablando. Pero verla a finales de los ochenta supuso un revulsivo, una chispa generadora de una llama expansiva que abrió mi mente, mi creatividad y mi forma de entender la vida gracias al pensamiento relativo.

jueves, 27 de febrero de 2020

RATAS CONTRA LA TUBERCULOSIS: LA NOTICIA POSITIVA DE FEBRERO

https://elpais.com/elpais/2020/02/24/planeta_futuro/1582541582_730829.html

Sí, ya sé que Europa y el mundo están inmersos en el torbellino COVID-19 por el que han muerto unos miles de personas, algo terrible y preocupante siempre.

Pero este artículo revela que algo tan olvidado en nuestro primer mundo como la Tuberculosis mata más de 1,5 millones de personas al año. Que ocurra en África lo hace seguramente poco interesante para los medios de comunicación y las televisiones del mundo del hemisferio norte, sin embargo lo que han conseguido este grupo de investigadores, dirigidos por un químico en Adís Abeba, que un roedor consiga determinar (olfateando un esputo de un enfermo) en apenas 20 minutos si sufre tuberculosis o no, es una proeza y creo que debería ponerse más en valor.

Yo contribuyo humildemente con mi pequeño blog a resaltarlo. Os recomiendo que leáis la noticia. Es fascinante y esperanzadora.

sábado, 22 de febrero de 2020

Descubrimiento musical de febrero: Francesca Lombardo


Descubrir un nuevo artista musical en el programa de Radio 3, Siglo XXI tiene siempre el riesgo de caer en el paroxismo de la ultramodernez que su presentador y director pretende, en algunos momentos, buscar. Fuera de coñas, el programa es interesante y aunque suele pincharse excesivo hip hop (ahora mal llamado y transformado en las mil variantes de trap, trap hop, música urbana, ritmos urbanos y demás denominaciones millenials), hay días en que me resulta muy estimulante.

https://soundcloud.com/francesca-lombardo/


Este mes he podido descubrir a Francesca Lombardo, una artista italiana de formación clásica en piano y ópera que ha evolucionado hacia la electrónica y la música de dj.
Son este tipo de artistas los que más me interesan: los que, dominando la técnica musical y conociendo su estructura, su composición y harmonía, se dedican a deconstruirla por la vía de los sintetizadores y la programación electrónica.

Francesca aglutina las influencias de proyectos como 808 State, Björk, Aphex Twin o Depeche Mode y esa hibridación le llevó a crear su propio sello discográfico, Echolette Records.

Ubicada actualmente en Londres, ha lanzado ya algunos sencillos propios, varias remezclas y llevado a cabo conciertos en varios clubs y festivales.


Lo último ha sido su lanzamiento en el sello discográfico Crosstown Rebels, y el álbum Life of Leaf LP, en la plataforma Soundcloud.

Os dejo con la remezcla que han hecho justamente 808 State de su último single, Call me wrong

Una artista definitivamente de este siglo, que sintetiza lo mejor de la música popular actual, a través de la electrónica.


La escuela de los malos modales


Bienvenidos a la escuela de los malos modales. Así rezaba un cartel a la entrada del recinto donde los veinticinco R1 recién capturados acababan de ser conducidos.
Habían sido enviados allí como represalia por su excelente comportamiento. Su impecable aseo, su forma educada de hablar, la manera exquisita de comportarse en la mesa y por supuesto su elegante socialización, les habían convertido en culpables.

Culpables por pertenecer a la clase R1, los privilegiados del mundo limpio. Por haber nacido con una vida regalada, en la que no habían tenido que pelear por conseguir nada, por su clasismo, por su deshumanización cuando tenían que tratar con los humanos de la clase R2, los que habían nacido por debajo del trópico de cáncer y sobre todo por su enorme desprecio a toda la clase sirviente, los R3, que, en régimen de esclavitud del siglo XXVI, malvivía en los tugurios anexos a las casas de los R1, nacidos en la parte del mundo sin suciedad.

Los R1 eran seres perfectos que jamás excedían los límites de la corrección personal, nunca decían una palabra más alta que otra, mantenían siempre la distancia personal suficiente para no incomodar al contrario y guardaban en todo momento el respeto hacia los demás. Hacia los demás R1, claro está. La cosa era muy distinta con los R2 a quienes consideraban seres inferiores y con los R3 que eran invisibles para ellos al mismo nivel que los animales y parásitos.

La milicia rebelde MALUS MODIS había capturado a los veinticinco la semana anterior en una happy fiesta hiper chupi de R1 vestidos de blanco.

Su intención era reeducarlos, acercándoles al mundo real, en el que vivía más del 90 % de la población de TERRA-4, la cuarta colonia fundada por colonos en el siglo XXVI.
Y en la primera etapa del proyecto reeducador se acometían los conceptos básicos de las relaciones humanas:

a)       Dejar de sonreír continuamente cada vez que se hacía un comentario
b)      Aprender y utilizar palabras malsonantes
c)       Comer con la boca abierta y eructar a la mesa durante el tiempo de ingestión
d)      Aplicar el libre albedrío a la higiene personal
e)      Adaptarse a vivir sin ninguna comodidad electrónica.

Los veinticinco estaban horrorizados ante lo que sus ojos les mostraban: Suciedad en las calles, gritos por todos lados y barbarie.

Tras la primera semana en la Escuela de los Malos Modales, unos cuantos de los veinticinco capturados mostraban ya claros signos de adaptación. Llevaban el pelo graso, las uñas ennegrecidas y habían aprendido a comer con las manos cuando era necesario. Había un pequeño grupo que aún no se sentía cómodo pero no duraría mucho tiempo.

Tras el primer mes, todos ellos habían aprendido a sonreir sólo cuando la ocasión lo requería y ya habían tenido alguna que otra pelea.

Y Tras el primer semestre, la totalidad estuvo de acuerdo en no retornar a la Zona R1. Cuando el jefe de la milicia les preguntó por qué no querían retornar, uno de ellos respondió:
-         
      Aquí tenemos grasas, alcohol, sexo y rock and roll!!!

jueves, 13 de febrero de 2020

Reseña de Gracias por mirarme a los ojos cuando me hablas en el blog www.librospordoquier.com


El blog https://www.librospordoquier.com/ se ha convertido en una página de referencia sobre critica y recomendación literaria a través de su labor de difusión y apoyo a los escritores. Esta semana he tenido la fortuna de que mi novela, Gracias por mirarme a los ojos cuando me hablas, haya sido reseñada en él y quiero compartir con vosotros su opinión. Os animo a quienes la habéis leído que compartáis también vuestras opiniones. Gracias por tanto y gracias a Libros por doquier por su labor de divulgación y apoyo.

¡Os recomiendo que sigáis a este blog que merece mucho la pena!

#librospordoquier #graciaspormirarmealosojoscuandomehablas #franciscourbano #modernidadliquida #loabsolutonoexiste #zaragoza #crisishipotecaria #novela

martes, 11 de febrero de 2020

Ride: O la reinvención del ruido musical


¿Qué se le puede pedir a una banda surgida a finales de los ochenta que triunfó a principios de los noventa y no superó la década de fin de siglo? ¿Qué se puede esperar cuándo se produce su regreso veinte años después? ¿El fan de los ochenta pretende escuchar lo mismo veinte años después? O bien ¿aspira a escuchar una evolución de su música, una adaptación a los nuevos sonidos?


Son preguntas difíciles, porque normalmente cuando nos hacemos fans de un grupo lo hacemos en un momento dado de nuestra vida que va acompañado de circunstancias, situaciones y momentos vivenciales concretos. Y eso no puede reproducirse veinte años después, por lo que probablemente tampoco tenga sentido sentir nostalgia de aquel sonido.

Hace unas semanas asistí al concierto de Ride, el grupo formado en Oxford en 1988 al albur de las bandas de “noise” del momento, en torno al sello Creation. Con la inspiración de grupos de éxito como My bloody Valentine, The Jesus & Mary Chain, House of Love o Sonic Youth. He de confesar que los descubrí porque formaron parte del cartel del concierto en Hyde Park que The Cure organizó para celebrar su 40 aniversario. Y a partir de ahí empecé a investigar y escuchar su historia. Y entonces entendí por qué no los conocía, algo raro, cuando todas las bandas que he indicado antes y otras muchas del momento eran mis grupos favoritos de aquel momento. Sin embargo, nunca escuché a Ride.
Pues bien, se da una paradoja en mí. Yo considero que una canción es en un 90 % su música y le doy muy poca importancia a la letra. Sin embargo, no me gustan los grupos en los que no se entiende al cantante. Ya sé que es una paradoja, puesto que si no considero la letra importante, ¿para qué necesito entender al que la canta? Pero es una paradoja que ahí está. Me pasa lo mismo con Los Planetas y otros grupos similares. Al cantante de Ride no se le entiende nada. ES un murmullo continuo e inconcreto que contribuye a que las canciones suenen muy parecidas. Es de alabar la carga de ruido y distorsión que infunden en ellas y eso les hace muy potentes musicalmente, pero potencia y homogeneidad hacen de ellos, quizá, un grupo más de noise, y no “el grupo” que pudo triunfar en aquel momento.


El concierto en sí estuvo bien. Ellos entregados, atmósfera extasiada y edad media del público superando los cuarenta. Hubo hits, incluso hubo gente que se los sabía, pero no hubo magia en mi opinión. Me quedo con lo potente de su sonido y con su retorno de 2019, su álbum This is not a safe place, que recomiendo a todos aquellos que. como yo, acaban de descubrir a esta banda que tiene más de treinta años.


domingo, 9 de febrero de 2020

Despedidas


Llevo un tiempo reflexionando sobre cómo las despedidas marcan el rumbo de nuestra vida siendo factores externos que, en ocasiones no dependen de nosotros, aunque en otras sí. La reflexión me vino a la mente hace unos meses cuando estaba en la cola para facturar el equipaje en un viaje de vuelta de Mashhad (Irán). Decenas de personas engrosaban una fila que luego en realidad era muy pequeña, pues la mayoría eran familiares que iban a despedir al familiar que se iba de Irán. Por la intensidad de los llantos y la efusividad de los abrazos me puse a imaginar que quizá se trataba de un viaje sin retorno para algunos de ellos. Padres que ven decir adiós a sus hijos, quizá buscando una vida mejor. Parejas que se separan en busca de un trabajo, y amigos que no saben cuándo se volverán a ver. Me resultó un momento tan empático que cuando me quise dar cuenta algunas lágrimas corrían por mis mejillas. 

Cuando me pude reponer de aquel momento de tristeza, di gracias por pertenecer a lo que entendemos como mundo occidental, por no tener que emigrar para buscar una vida mejor, por saber que por muchas idas que yo haga, siempre habrá tantos retornos a casa, donde mi familia me estará esperando. Que la relación con ellos será real, será de piel y no de virtualidad ni videoconferencia. 

Debe ser muy duro emprender un viaje que sabes que te llevará a un nuevo destino, quizá desconocido, probablemente mejor, pero del que intuyes será difícil retornar. Y todo aquello que dejas atrás, quedará únicamente en tu recuerdo. Un cambio que determinará el devenir de muchas vidas, de aquellos que toman el camino de ida, pero también de los que se quedan, pues sus vidas también se verán irremediablemente afectadas por la ausencia de quien se marcha. 

Y recordando mi infancia, me doy cuenta de cuánto me ha pasado a mí ,que soy un ser de muchas y de ninguna parte: Amigos del colegio que se fueron de Belchite a la capital (tan cercana ahora) para nunca volver cuando era niño, algo que para un tímido recalcitrante como era yo supuso un pequeño colapso, amistades efímeras de verano de aquellos que venían de veraneo y cuya relación con nosotros duraba lo que duraban las vacaciones, sabiendo que quizá no retornarían el año siguiente. Luego la vida va cambiando, te mueves tú a un colegio en otro sitio, tu relación con tus amigos de siempre cambia porque ya no los ves a diario… luego comienzas en la Universidad sin conocer a nadie y haces nuevas amistades que, cuando te vas a buscar la vida, al finalizar, también quedan en cierto modo atrás, y esas despedidas van dejando un reguero de ausencias y presencias que van determinando tu devenir y tu vida. Si echo la vista atrás, siento cierta nostalgia, de los momentos felices vividos, de las amistades disfrutadas, del amor recibido y entregado, y de muchos momentos que sé que nunca volverán a darse porque forman parte de lo efímero de la vida en cada momento.
Y esa nostalgia (que también podría llamar melancolía) siempre me ha llevado a cambios positivos. En algunos recuerdo perfectamente el momento de la toma de decisión y el instante en que me dije a mí mismo: esta decisión va a cambiar tu vida ¿Seguro que la quieres llevar a cabo? Y luego me contesté que sí. Y así fue, a mejor.

Y heme aquí que he escrito esta reflexión viendo una serie de Netflix que me tiene enganchado: Merlí, en el capítulo en que Bruno decide irse a Roma. Una serie en la que la filosofía es el centro en torno al cual gira toda la trama. Algo digno de admiración.

¿Cuál será mi próxima despedida, si es que la hay? ¿Adónde me conducirá? Intuyo que la siguiente será la despedida de mis hijos cuando se independicen, momento que sí, definitivamente, cambiará también mi vida.


sábado, 8 de febrero de 2020

El hombre de El Cairo - mi crónica de lectura

Termino de leer esta estupenda novela de Jacinto Rey, escritor a quien acabo de descubrir. La acción transcurre en dos tramas que van entrelazándose, separadas en el tiempo y que confluyen de forma natural. La inspectora Molen es un personaje bien definido, de carácter claro, el tipo de mujer con el que a cualquiera nos gustaría relacionarnos. Jacinto consigue un buen ritmo narrativo. La prosa ágil te mantiene atento a los acontecimientos que van a suceder. Y lo que sucede no te decepciona. Que una parte importante transcurra en El Cairo tiene para mí un atractivo especial, pues he reconocido escenarios por los que he transitado tantas veces, como la isla de Zamalek, donde me he quedado a dormir tantas noches, en el no tan famoso Hotel Zamalek. Recomiendo su lectura que es amena, ligera y cosmopolita.

I just finished reading this fantastic novel by Jacinto Rey, the writer that I just discovered. The action elapses in two lines that mix each other, separated in time and that finally join together in a natural way. The inspector Molen is a precisely defined character, the type of woman any man would like to meet. Jacinto get good narrative rhythm. The prose keeps your attention about what is about to happen. And what happens does not disappoint you. The fact that one part of the novel is located in Cairo has an special meaning to me, since I myself transited many of those scenarios, like Zamalek island, where I have stayed many nights (in its non-so famous hotel Zamalek). I recommend its lecture, that I find pleasant, light and cosmopolitan.

lunes, 3 de febrero de 2020

¿Qué te sugiere la expresión: Gracias por mirarme a los ojos cuando me hablas?

¡Qué curioso es recibir los comentarios de las personas que han leído tu novela! La respuesta, y las opiniones que te llegan son siempre diversas, ricas, interesantes y sobre todo enriquecedoras. A mí me gusta siempre interactuar con los lectores que han tenido la gentileza y la generosidad de leer mi novela, y en esta ocasión pregunté de forma totalmente anónima lo que les sugería el título.

He de decir que elegí este título porque es una frase literal que dice Ismael (su protagonista) en un momento de su vida en el que para él que alguien le mirase a los ojos cuando le hablaba era lo más importante, porque le devolvía y reforzaba su dignidad.

Creo que hay mucho de lo que esta encuesta me ha devuelto en la novela. Destaco algunos: Sinceridad, gratitud, empatía, verdad.

He dicho desde el primer momento en que se publicó que esta novela me iba a ayudar en mi vida personal a dar las gracias por tantas cosas buenas que me suceden y me han sucedido. Así que aprovecho una vez más para daros las gracias por participar.

¿Qué te sugiere esta expresión: Gracias por mirarme a los ojos cuando me hablas?

-          Respeto, educación, intimidad, gratitud
-          Una historia de amor
-          Sinceridad
-          Empatía, escucha activa, interacción humana
-          Confianza
-          Estrés, desprecio, automatismo, machismo
-          No me mientas
-          Veracidad y seguridad
-          Es muy acertada porque habla de la realidad de nuestros días
-          Franqueza
-          Agradecer, quitarte la vergüenza y hablarle a la cara
-          Reconocimiento, empatía, interés, necesidad de valor y reconocimiento
-          Verdad, amor (título precioso)
-          Que alguien ha estado ahí a su lado y ha sido un gran apoyo para él/ella
-          Me sugiere un acto de confianza, de cariño y de verdadero interés por la otra persona
-          Sinceridad, algo que en estos tiempos escasea…
-          Un agradecimiento a que me presten atención
-          Sinceridad, verdad
-          Por un lado agradecimiento, por otro la necesidad de hacer saber a la persona con la que se habla que no le está prestando atención
-          Una persona se sincera cuando te habla si te mira a los ojos
-          Nobleza

domingo, 2 de febrero de 2020

ESCRITORES SINGULARES-76: FRAN PICÓN


Fran Picón es un  ESCRITOR SINGULAR. Tuve el placer de conocerle en la presentación de mi última novela en Zaragoza, en la que aceptó participar como co-maestro de ceremonias con Belén Mateos.
Siempre que estoy ante un poeta, se me impone el respeto y la admiración. El respeto por quien sabe tejer el arte de las palabras con mayúsculas, el de la creación de imágenes con versos y el de la composición musical escrita. Y la admiración por lo sublime que me parece tal destreza.
Fran es además un militante y cultivador de la poesía: organiza y coordina eventos, jams poéticas, reuniones de poesía en todo tipo de ámbitos, unidos con la música, en pequeños locales, en grandes reuniones y en cualquier otro formato posible que permita difundir y germinar la poesía al gran público. También tiene un programa de radio dedicado a la literatura. Y todo ello me parece loable en este mundo de lo efímero, la superficialidad y la inmediatez de las redes sociales que vivimos.
Fran es un poeta que no solo escribe sobre el amor, quizá un tema demasiado universal, sino que además se introduce en el mundo del compromiso social y eso inyecta a su poesía de mayor fuerza, de mayores razones para reivindicarla.
Tengo además dos cosas en común con él, Luis Landero es nuestro escritor favorito y ha mencionado como su canción preferida una de Metallica. Son curiosas estas coincidencias. Fran también ha navegado por el mundo del relato y ha confesado estar inmerso en la escritura de una novela. Aguardamos con muchas ganas el momento de leerla, aunque mientras tanto podemos disfrutar de su poesía por ejemplo en su libro Instantáneas entre penumbras, de título hipnótico.
Pero por encima de todo lo dicho quiero destacar la generosidad de Fran. Que en tan solo una tarde aceptase participar en mi presentación, sin conocerme y con una implicación total, me hace estarle completamente agradecido. De Fran a Fran, gracias, gracias infinitas.
En esta ocasión pedí a Fran que nos regalase uno de sus versos. Se titula Un armario lleno de sombras. Como él comenta en la entrevista, un poema es bueno cuando causa en el lector una emoción. Así ha sido. Yo soy un lector muy ocasional de poesía, no sé cómo disfrutarla, me cuesta saborearla, pero la lectura de su poema me ha puesto la piel de gallina y me dado un escalofrío por la espalda. Intuyo que eso significa que su poema tiene alma, tiene poso y estoy seguro de que os conmoverá.
Y para que conozcáis un poquito más a su autor, una breve entrevista a continuación.

Un armario lleno de sombras

Un armario al fondo de la habitación,
en el rincón más sombrío de la memoria,
esconde el espectro de lo que nunca fue,
el vestigio insospechado de quien no fui.

En una estantería se acomodan las palabras,
las que dije sin pensar, las que pensé y no dije,
separadas del silencio por una chalina de torpeza.

Tiene un cajón repleto de caricias perdidas
y de ese guiño al tiempo que materializa mi edad;
hay perchas en las que permanecen colgadas
cada una de las mudas de mi piel,
y en el lugar más inaccesible a tu mirada
permanece escondido el último resquicio de mi orgullo.

Gamoneda tiene un armario lleno de sombras
y yo, que apenas soy un aprendiz de hombre,
huyo de los armarios por miedo a descubrir quién soy.

ENTREVISTA SINGULAR

1.- ¿Cuál es el principal motivo que te empuja a escribir? ¿Recuerdas cuál fue la primera vez que comenzaste algún texto? ¿Lo guardas todavía? ¿Te atreverías a publicarlo a modo de relato?
Escribir para mí es una forma de entender la vida, una actitud ante la vida. Me motiva a escribir la necesidad de materializar todo aquello cuanto siento o experimento a mi alrededor.
Mi primer texto, con conciencia de escribir algo parecido a un poema, fue a los 14 o 15 años. No lo guardo, no lo publicaría, pero sí sé que hablaba de la música y de la televisión que, por aquel entonces, formaban parte de mi día a día.

2.- Imagina que tuvieras la posibilidad de publicar un libro con una editorial de tirada nacional y tuvieses libertad para elegir el género y la temática. ¿Cuáles serían y por qué?
Poesía siempre; y dentro de ser poesía lo que escribiese yo tengo dos temáticas principales en mi trayectoria: el amor y el compromiso social. He de reconocer que, últimamente, también ha aparecido otro tema que me interesa especialmente que es el de la España vaciada. Por ahí irían los tiros en esa posible publicación.

3.- Te pido que seas tu crítico/a más duro/a. Dinos qué se te da peor a la hora de escribir y cómo intentas resolverlo.
Escribo fundamentalmente poesía, ocasionalmente relato corto y, hace tiempo ya, estoy enfrascado en una novela. Es en este último género, el de la novela, en el que me siento más incómodo y necesito un mayor esfuerzo. La disciplina que exige una novela y la dedicación en horas que implica, hacen que me resulte el género más difícil. En poesía me encuentro muy cómodo y en relato breve también (aunque no tanto como con el poema).

4.- ¿Cómo sería tu presentación ideal de un libro? Quiero decir, qué elementos tendría que tener para que resultase interesante, amena y entretenida.
Siempre me ha parecido que en una presentación lo verdaderamente importante es la obra; creo que hay que quitar protagonismo al autor, al presentador y centrarse en lo escrito. Eso no quiere decir que no se deba hacer una buena presentación (breve, por favor), ni que el autor no deba hablar algo de sus motivaciones al escribir (aún más breve, por favor). Lo que sí me parece maravilloso a la hora de una presentación es la presencia de música en el acto de presentación.

5.- Hoy en día el número de publicaciones es enorme. Tanto digital como en papel, resulta muy difícil elegir qué leer ya que normalmente nuestro tiempo de lectura es limitado. En tu caso, ¿cuál es el criterio que sigues para la elección de una próxima lectura?
En mi caso, de inicio, no renuncio a leer nada antes de haberlo descubierto por mí mismo. Cualquier libro o texto que cae en mis manos merece mi respeto y atención de primeras; otra cosa es que, una vez iniciada la lectura, si no cubre mis expectativas renuncie a continuar leyendo. Si me preguntas por mis intereses esenciales, te diría que me fascina la poesía, la novela histórica y la novela contemporánea, esa que habla de lo que hoy es nuestra sociedad.

6.- Vivimos en el mundo de la hiper conexión. ¿Utilizas las redes sociales? Cuáles son las que te parecen más interesantes y por qué.
Las redes sociales han permitido descubrir la literatura a mucha gente que, sin ellas, quizá nunca se hubiese adentrado en el universo literario; además, esas mismas redes, permiten que personas que, también quizá, nunca hubieran escrito tengan la posibilidad de hacerlo. La libertad para leer y para escribir forman parte de los aspectos positivos de las redes; también la inmediatez que nos ofrece, podemos escribir y leer casi a tiempo real y eso es muy interesante. Como factor negativo es que no todo vale, no todo es literatura, pero también es verdad que es tan simple como discriminar lo que leemos y lo que no. Yo utilizo habitualmente Twitter, Instagram y, fundamentalmente, Facebook.

7.- ¿Cómo te calificarías como lector/a? ¿Qué géneros te gustan? Y ¿en qué momentos disfrutas de la lectura?
Soy un lector empedernido; me encanta leer. Siempre tengo varios libros empezados, varios de poesía y un par de novela o relato y, en función de mi estado de ánimo y del momento, voy leyendo de uno o de otros. De alguna manera ya te respondí antes, soy un enamorado de la poesía de todo tipo, me encanta la novela histórica y me gusta la novela que habla de la vida cotidiana.

8.- ¿Cuál es tu secuencia a la hora de estructurar una novela, o el género que escribas? Me refiero a cuál es la cadencia de creación: ¿Primero los personajes, o el conflicto principal, o el final, o cómo lo acometes?
Escribo fundamentalmente poesía y en este género soy de los que creen que hay un primer verso que es inspiración pura (lo que los clásicos llamaban inspiración divina) y el resto es trabajo. Una vez que ese verso inicial surge, a partir de ahí es trabajar y dar forma al poema.
En el relato breve me ocurre algo parecido: surge la idea principal y luego lo trabajo.
En la novela, que la tengo empezada hace tiempo y va muy lento, lo que tenía claro era la escena final y, de hecho, la inicio con el final, pero sin descubrir el final; quiero decir, arranco con la escena final pero antes de contar el desenlace vuelvo al inicio de la historia. A partir de ahí voy construyendo los personajes y las circunstancias que desemboquen en ese final.

9.- Me gustaría que definieses ese momento en el que das por finalizado un libro. El momento final, cuando recibes las galeradas y les das el último ok.
Una vez escuché a Nadal, ese tenista excepcional, que lo más difícil de un partido era cerrarlo. Yo creo que a los escritores nos pasa un poco lo mismo. Es tan difícil decir que sí, que ya está, que todo está bien, que cuando lo hacemos, al menos en mi caso, es como si de repente se me viniera todo el peso del trabajo encima. Es un estado de alegría y agotamiento que, poco a poco, se traduce en ilusión por esa nueva aventura que empieza.

10.- Te pido ahora unas respuestas rápidas

a) Recomiéndanos un libro y el motivo por el que tendríamos que leerlo.
“Juegos de la edad tardía”, de Luis Landero. Para mí es “El Quijote” del siglo XX.

b) ¿Cuál es tu escritor/a favorito/a?
José Corredor-Matheos en poesía y Luis Landero en prosa.

c) ¿Qué opinas de los blogs literarios?
Me parecen una herramienta fantástica para darnos a conocer y conocer otros escritores, aunque al auge de las redes sociales les haya quitado fuerza y protagonismo.

d) Un libro que no hayas podido terminar de leer.
“La pasión turca”, de Antonio Gala. Por primera y única vez, vi la película para saber como acababa. Se me atragantó.

e) Un deseo literario para el próximo año
Que los gobiernos dejen de ver a la Cultura (en especial a la literatura) como un enemigo o como una opción sin importancia. La Cultura crea libre pensadores y eso hace madurar, crecer y evolucionar a una sociedad.

f) La última cosa que te haya sorprendido tanto que todavía la recuerdes.
La aparición con fuerza de ideologías intolerantes y supremacistas

g) Una canción o cantante que tenga para ti un significado singular
“Nothing else matters”, de Metallica.

h) Las 3 características que debe tener para ti un buen editor/a.
Amor por la lectura, criterio y apostar (económica y personalmente) por el autor.

11.- Uno de tus últimos proyectos publicados se titula Instantáneas entre penumbras, que es un título muy inspirador. ¿Nos podrías contar un poquito cómo se gestó tu idea de este libro?
“Instantáneas entre penumbras” es un poemario que para mí tiene un significado especial (al margen de su calidad literaria, si es que tiene alguna). Tratan de ser poemas que evoquen imágenes en el lector, más que mensajes busco esa evocación de la imagen que le sugiera el poema. Como curiosidad, cada poema va acompañado de otro, más cortito en el que, además de la imagen, uso un signo ortográfico que olvidamos con frecuencia, como es el punto y coma.

12.- Me gustaría que definieras una escena lo más cercana posible a tu felicidad.
Un amanecer, no importa donde, abrazado a la persona que amas y escuchando el silencio, ese que grita todo lo que las palabras callan.

13.- Eres uno de los pocos poetas que han participado en las Entrevistas singulares y me gustaría preguntarte sobre tu opinión del estado de la poesía actual.
Yo creo que la poesía está en un gran momento (como autores, otra cosa es a nivel comercial). Cada día hay más gente que se adentra en la poesía y, especialmente, jóvenes que le están dando un nuevo impulso, una nueva forma de entender la poesía. Ahora la poesía no se relaciona con un poeta elitista que vive en su atalaya, la poesía está en todos los sitios, se lee poesía en la calle, en bares, en teatros, incluso en la tele, y eso es fantástico. Es más, la poesía está cada vez más arraigada incluso en la prosa. Un buen amigo mío siempre dice “Ay de aquella prosa que no es poética”.

14.- ¿Nos puedes contar por qué escribes poesía y cómo crees que ésta puede ayudar o transformar la sociedad?
Escribo poesía porque para mí no es solo un género literario, sino que es una forma de entender la vida, de afrontar la vida. Voy a utilizar las palabras de un personaje de ficción, John Keating (Robin Williams en “El club de los poetas muertos”) para tratar de transmitir lo que es para mí la poesía. La poesía nos permite aprender a pensar por nosotros mismos, a saborear la palabra y el lenguaje, porque la palabra, digan lo que digan, puede ayudar a cambiar el mundo. Ser poeta es ser un soñador y soñar es libertad. Escribir poesía nace de pertenecer a la raza humana, porque somos pasión y en la poesía toman un sentido especial la belleza, el romanticismo, el amor y el compromiso. El poema, además, tiene una magia especial y es que cada lector (u oyente) lo hace suyo, lo interpreta e interioriza a su manera (y no importa si tiene o no algo que ver con la idea primigenia del autor). En ese momento en el que el poema es leído, toma vida propia y es otro poema y, a partir de ahí, la autoría es compartida.

15.- Para terminar, me gustaría que nos dieras algunas claves a todos aquellos (como yo) a quienes el mundo de la poesía nos resulta difícil, para que aprendamos a disfrutarlo mucho más.
La poesía debe leerse, y permíteme la sinestesia, a sorbos pequeños. En el momento adecuado, cuando apetece, sin forzar. No hay que tratar de entender, sino de sentir el poema.
De alguna manera en la respuesta a la pregunta anterior te he contestado. Un poema es bueno cuando causa en el lector una emoción (incluso aunque esta sea negativa). El poema habrá fracasado cuando resulte indiferente.
No hay que pensar en la poesía como un género difícil de entender, sino como un género fácil de sentir.

Espero haber cumplido las expectativas con mis respuestas. Ha sido un auténtico placer responder a todas y cada una de las preguntas de este cuestionario tan singular como interesante.