sábado, 26 de septiembre de 2020

ENTREVISTAS SINGULARES-90: EMILIA ALEGRE

Emilia Alegre es una ESCRITORA SINGULAR. Seguimos con nuevas escritoras del Taller de Escritura Creativa de Benicàssim. Emilia se unió al taller hace un par de años y desde su incorporación hemos podido degustar la elegancia del clasicismo en sus relatos. Se nota que es una lectora amante de las novelas del XIX, de la literatura que remueve, que incomoda y que hace estremecerse al lector. Intuyo su predilección por las tramas complejas y por toda aquella obra que no deja indiferente.

Y eso lo transpira en sus relatos, con muchas capas de creación pictórica, con reflexión inteligente, rodeados de los grandes temas de la literatura universal y de la tradición más clásica de la prosa escrita. Cuando Emilia lee cualquiera de sus relatos la clase se paraliza y nos embarcamos en un viaje literario de largo recorrido, en una historia completa y barroca que nos abraza y nos adorna la escucha. Emilia escribe su prosa maximalista, fértil en adjetivos y proposiciones y no escatima en descripciones que nos transportan a la escena que ha imaginado, de manera casi real.

En esta ocasión Emilia ha escrito un relato profundo y tremendo que nos acerca a ese final que todos tendremos y nos lo ofrece en forma de joya, con su manuscrito y su recitado que es un placer para los oídos.

¡Qué bueno sería acudir a un recital literario de Emilia en el que no solo ofreciese su literatura, sino también recitase versos de los grandes, de Lorca por ejemplo! Ahí dejo la sugerencia.

Y para que conozcáis un poquito más a su autora, una breve entrevista a continuación.

Tarde serena

https://www.youtube.com/watch?v=KZQTyu_Tvi4&feature=youtu.be

La tarde había envejecido. Ya las soledades sobraban y apenas hacían sombra en el patio del viejo molino. La fragilidad de Serena se mantenía en su languidez de siempre, expectante como el primer día. La curva de su espalda en espiral, con el orgullo se bastaba a sí misma. Tantos amaneceres a la espera, tantos ocasos cerrados de un portazo, y aún así, esa sonrisa, libre, pero permanente en la comisura de sus finos labios.

Dulce Serena, eres única. Ya la tarde se va y quizá no vuelva. Mujer, que entre la serenidad vas sumando con tus ojos cansados las imágenes del recuerdo vivo. Mantienes el olfato agudo a la espera eterna de lo que no llegó nunca, salvo,…ese susurro leve de la rojiza libélula, con ese revoloteo anaranjado de niño en juego, esa alegría perdida, las risas de la niña que fuiste, para no regresar.

Leve, como el vaho de su frágil figura, Serena aposenta sus blandas nalgas en el viejo columpio, carcomido por el viento, ya viejo también y bajo la acogedora higuera añosa oye su voz desgranada, entre el suave vaivén, como una carta de amor de despedida.

“Mi querido amor de siempre, si el destino alentó bien nuestro encuentro, ¿por qué pudo más el temor, esa extraña cobardía del miedo a lo amado, por desconocido y por sospechoso, paradoja del absurdo? ¿Cómo hizo para, entre malas hierbas, doblegarnos y atarnos a la rama espinosa del mal que inmovilizaba tu sonrisa en mi sonrisa helada?

¡Ay amor, que ya no queda tarde!”

La anciana bien lo sabe y allá va, abrazando el aire cálido en las tinieblas de la última noche.




ENTREVISTA SINGULAR

1.- ¿Cuál es el principal motivo que te empuja a escribir? ¿Recuerdas cuál fue la primera vez que comenzaste algún texto? ¿Lo guardas todavía? ¿Te atreverías a publicarlo a modo de relato?

La necesidad de emborronar la angustia de las emociones que se desbordan y buscar la belleza perecedera del momento. Alivia reinventarme el mundo.

Recuerdo estar jugando con las letras del abecedario que estaba aprendiendo con desgana, era una niña muy rebelde y me obligaban a estudiar con castigos, y de pronto maravillarme al juntar unas letras, descubriendo un significado mágico y asombroso al unirlas al azar. Apenas tenía 4 años y me sentí agradecida.

El caos de mis escritos anda esparcido por los rincones de mi casa y en mi desmemoriada cabeza, aún así los he protegido con alevosía y amor propio. Con el pasar del tiempo y en el hoy presente siento la necesidad de poner orden en todos los escritos, dejarles salir al exterior y liberarlos de mi "domini".

2.- Imagina que tuvieras la posibilidad de publicar un libro con una editorial de tirada nacional y tuvieses libertad para elegir el género y la temática. ¿Cuáles serían y por qué?

La vida es una acción de movimiento con aprendizaje. De otro modo el ser humano se aburre y empiezan los destrozos. Mi libro favorito es aquel que me enseña, me emociona e incluso me abre el corazón en una nueva dirección desconocida. Desearía una mezcolanza, un género por descubrir que incluyera experiencia o ensayo, biografía, humor, ilustraciones, juego...que el resultado transformara para bien a las personas que lo poseyeran y leyeran. Soñando menos me conformaría con mi propia historia "no vivida", vaciarme para poder liberarme de las frustraciones de esta "santa y atormentada vida nuestra" que a todos nos duele.

3.- Te pido que seas tu crítico/a más duro/a. Dinos qué se te da peor a la hora de escribir y cómo intentas resolverlo.

Busco la perfección con toda la belleza y esplendor del momento que es variable sin descanso, es decir soy una auténtica calamidad para mí misma. Soy insoslayable y excesivamente exigente y al mismo tiempo cambiante de parecer...Si a lo dicho añado que Dña Pereza y Dña Contemplación me pueden, quedan pocas puertas de salida. Los años que he vivido son los suficientes para aceptarme con mis defectos y virtudes, pero es el saber que el tiempo de mi camino va reduciéndose lo que me espabila cada mañana al despertar y me recarga con un tándem de compromiso y esfuerzo que me proporciona la paz que ando buscando...

4.- ¿Cómo sería tu presentación ideal de un libro? Quiero decir, qué elementos tendría que tener para que resultase interesante, amena y entretenida.

Haría teatro, un fragmento de la obra, una representación con decorado incluido y por supuesto música, a ser posible en directo. Aunar las artes en bella sintonía.

5.- Hoy en día el número de publicaciones es enorme. Tanto digital como en papel, resulta muy difícil elegir qué leer ya que normalmente nuestro tiempo de lectura es limitado. En tu caso, ¿cuál es el criterio que sigues para la elección de una próxima lectura?

El boca a boca es el más fiable, el autor y su trayectoria también, pero por encima de todo está mi apetencia del momento porque necesito una atracción que me cautive.

6.- Vivimos en el mundo de la hiperconexión. ¿Utilizas las redes sociales? Cuáles son las que te parecen más interesantes y por qué.

¡Las detesto! Ponerme delante del ordenador me provoca aversión porque sé que va a engancharme hasta olvidar el tiempo, mi tiempo que es sólo mío. El móvil empecé a usarlo con desgana y ahora es mi tercer "manojo" y me tiene atada sin remedio en una mezcla de te quiero-no te quiero y así cada día. Puede que los abandone a los dos un día de estos.

7.- ¿Cómo te calificarías como lector/a? ¿Qué géneros te gustan? Y ¿en qué momentos disfrutas de la lectura?

Siempre tengo varios libros empezados a la vez y si puede ser en diferentes idiomas mejor, francés, inglés y español, así a mi antojo y capricho pues tengo hambre ansiosa de conocimiento. Otra cosa es acabarlos o finiquitarlos pero el batiburrillo en mi cerebro sí que está asegurado.

8.- ¿Cuál es tu secuencia a la hora de estructurar una novela, o el género que escribas? Me refiero a cuál es la cadencia de creación: ¿Primero los personajes, o el conflicto principal, o el final, o cómo lo acometes?

Escribo por impulsos. Primero me llega una señal, un despertar y el arranque que es lo más costoso para mí. Una vez empezado el texto, el ritmo está lleno de disonancias, de personajes que bullen por lucirse, de luchas internas que quieren empoderarse, es el guión de la vida misma.

9.- Me gustaría que definieses ese momento en el que das por finalizado un libro/relato. El momento final, cuando recibes las galeradas y les das el último ok.

Si lo releo es un error, porque lo corrijo siempre, le doy la vuelta de campana y vuelta a empezar. Sin embargo, si apago al "Pepito Grillo" impertinente y consigo mantener la serenidad de la distancia, como si el escrito fuera de otro autor, la empatía y la generosidad me envuelven entre algodones de placer.

10.- Te pido ahora unas respuestas rápidas


a) Recomiéndanos un libro y el motivo por el que tendríamos que leerlo.

"Le Petit Prince", es valiente por su sencillez y esencia, su lectura atiza al ser angelical que llevamos dentro adormecido y que nos despojamos con demasiada facilidad. Es un galanteo a la imaginación.


b) ¿Cuál es tu escritor/a favorito/a?

La admiración me sorprende pocas veces en la obra completa de un creador. Hay obras de autores franceses como Flaubert y su "Madame Bovary" y Camus con su novela L'Étranger que me cautivaron por diferentes razones en su momento. La poeta Emily Dickinson me tiene fascinada por su complejidad.


c) ¿Qué opinas de los blogs literarios?

Las ataduras me enervan; aun así admiro a los que si los tienen en activo.


d) Un libro que no hayas podido terminar de leer.

Muchísimos, el último "Great Expectations" de Dickens


e) Un deseo literario para el próximo año

Escribir con fervor y finiquitar un cuento que me revolotea como blanca paloma de la paz.


f) La última cosa que te haya sorprendido tanto que todavía la recuerdes.

Una criatura en activo capaz de combinar la pintura, la escritura, la lectura, la música y la contemplación de la vida.

Siento una envidia sana que me corroe el alma.


g) Una canción o cantante que tenga para ti un significado singular

Antaño Moustaki "...avec les cheveux au quatre vents... "

Más tarde fue Leonard Cohen y Aute.

Ahora sigo buscando y . mientras cantando.


h) Las 3 características que debe tener para ti un buen editor/a.

Las mismas cualidades que cualquier ser humano decente ,honestidad, inteligencia ( la de la experiencia) y buen olfato o intuición.

11.- Para terminar, me gustaría que definieras una escena lo más cercana posible a tu felicidad.

A cierta altura con miras largas envuelta en verdes,

ríos de plácidos campos de arbolado,

con unas rioladas de sonidos del agua al romperse

en el cárcavo del molino envejecido,  

y a pocos metros cerezos en frutos aupando las risas de unos niños,

cerca un olmo hueco y desconchado con sus hojas esperando el otoño.


martes, 22 de septiembre de 2020

Perfectos desconocidos - la función

Acudimos a esta función en el Teatro Olympia de Valencia, del que ya nos hemos hecho habituales, con todo de cara para pasar una tarde de teatro inolvidable: La celebración de mi 50 cumpleaños, la primera función de teatro a la que acudíamos después del confinamiento, acudir al teatro en familia, con nuestros dos hijos adolescentes y por supuesto la magnífica obra, Perfectos desconocidos, que ya habíamos visto en cine y que nos había encantado.

El Olympia es un teatro que nunca defrauda. Elige los montajes con maestría y el público se entregó, hambriento de teatro después de meses de sequía. Por supuesto, todas las medidas de seguridad: Control de temperatura al entrar, alfombrilla desinfectante para pies, entrada escalonada por filas, butacas vacías ambos lados de nuestro grupo, mascarilla en todo momento y la prohibición de levantarse y salida escalonada por filas también al terminar. Perfecta organización y seguridad.

El montaje supera, en mi opinión, a la película (que como ya he dicho nos había gustado) porque ofrece personajes más reales, quizá simplemente es que los teníamos más cerca, o que sus actores nos convencieron más con sus interpretaciones, pero transitamos todos los estados de ánimo, desde la carcajada literal, que no podíamos parar, hasta el llanto incipiente que todos disimulamos un poco para que no se nos notase. Los actores consiguieron dejar el teatro en absoluto silencio, un silencio tenso, cortante y dramático y también levantar al público en aplausos.

Quiero detenerme en cada actor (la mayoría conocidos quizá más por aparecer en series de televisión, algo que de entrada nos chirriaba un poco) porque todos nos parecieron magníficos:

Olivia Molina: ¿Qué decir de una actriz completa y poliédrica como ella? Simplemente maravillosa, divertida y haciendo honor a su saga familiar

Elena Ballesteros: Naif, delicada y pizpireta, dentro de una mayor madurez de la que yo imaginaba.

Inge Martín: Descubrimiento para mí (no la había visto actuar antes) por su desarrollismo y su realismo costumbrista. Rotunda.

Juan Carlos Vellido: es ya para nosotros un clásico con su enorme trayectoria, sarcástico, genuino y mordaz.

Álex Barahona: he de confesar que es el que más dudas me generaba (porque mi único referente era su aparición en Física o Química) y tengo que decir que es el que más me fascinó. Un 10 rotundo para él, con su personaje complejo, comedido e histriónico a momentos, divertido y profundamente dramático. Un total aplauso.

Bart Santana: También ya lo hemos visto en otras funciones y nos divierte mucho su naturalidad y su sencillez que imaginamos es muy difícil llevar a cabo (ofrecer algo sencillo sin que lo sea)

Ismael Fritschi: El otro descubrimiento de esta función y claro, es el joker, el personaje que se mete al público en el bolsillo, y él lo borda. ¿A que todos querríamos un amigo como él?

Mi resumen es una función redonda con un elenco de actores cohesionados para elevar la obra a un nivel superior que nos hizo gozar como nunca de la magia teatral y de la conjunción de todo lo que nos había llevado esa tarde al Olympia, donde regresaremos, sin duda.

sábado, 19 de septiembre de 2020

Los 50: Esa década por descubrir

Acabo de traspasar el umbral. Ya estoy dentro y me encuentro en una enorme casa desconocida para mí. Parece grande y vacía, pero con muchos rincones y estancias por llenar y por los que transitar. Son los cincuenta, esa década que años atrás parecía el comienzo de la tercera edad y que ahora, en pleno siglo XXI es la de la madurez joven, los antiguos treinta dicen algunos (exageradamente), la década de la plenitud, el sosiego y la serenidad.

Uno no puede dejar de pensar que le queda ya menos futuro que pasado vivido. Y eso da una cierta sensación de prisa. Le da a uno por revisar aquellos sueños que todavía no ha llevado a cabo, las cosas que se quedaron en el tintero en su momento y para las que quizá todavía hay tiempo. La nostalgia amenaza con hacerse presente pero no debemos dejar que nos abrace. En mi caso yo la dejo visitarme de vez en cuando, en pequeñas dosis que me mantienen cerca de lo vivido, pero sin añorarlo en exceso.

50 es un numero redondo, contundente. Un cambio de década que parece anunciar cambios sin saber adónde nos llevará y qué caminos nos hará vivir. En mi caso es una incógnita más ya que en cada cambio de cifra mi vida ha virado hacia una dirección muy distinta. Con 20 me enamoré de la que es la mujer de mi vida, con 30 tuve una crisis existencial en la que me cuestioné todo (¡qué mal me sentaron por Dios!), con 40 cambié de trabajo y de filosofía de vida y ahora llego a los 50, y aquí estoy, esperando a un cambio transcendental.

Intuyo que ese cambio ha venido ya pre-anunciado por la crisis del COVID. Y que va a ser un cambio intelectual. En primer lugar, yo. (No me llaméis egocéntrico). Quiero decir que en primer lugar me voy a preguntar a mí, qué es lo que pienso, qué es lo que quiero, cómo me siento y si me apetece eso que me he preguntado. En segundo lugar, empezar a practicar el NO, que tanto me ha costado en mi vida. NO a aquello que no quiero ni me apetece, sin mayor estridencia ni drama. Vivir el presente con una mirada relajada al futuro y alguna que otra vista atrás fugaz al pasado, pero realzando y poniendo en valor lo que vivo ahora, en este momento por encima de todo. Dejar de dudar. Ante algo que me gustaría llevar a cabo, pero para lo que hasta ahora me planteaba dudas sobre si debería o no hacerlo, voy a dejar de analizarlo tanto y me voy a lanzar a por ello. Practicar más aún la creencia en el buenismo, en la buena gente, en las buenas acciones sin esperar nada a cambio. Y finalmente, valorar lo importante. Y lo importante son los míos, mi familia.

Ese cambio vendrá acompañado de todos esos momentos de la vida de uno en que se dedica a lo que realmente le gusta, con lo que disfruta. En mi caso son cosas sencillas que no requieren ni de lujo ni de ningún oropel: La lectura, que cada día disfruto más (me siento cada vez más cercano del lector voraz que fui de adolescente). Los paseos con Laura, con charla y sosiego que cada vez hacemos más (y más largos). Las tertulias de amigos, ésas en las que hablamos de todo y en las que simplemente compartimos ese momento y por supuesto mis otras mil inquietudes artísticas: la escritura (ya estoy a punto de terminar la primera escritura de mi nueva novela), la pintura, el dibujo, el teatro, la videocreación, la arquitectura y por supuesto la música. ¡La música! Tan importante en mi vida, que cambió mi rumbo y mi forma de ser yo mismo allá por 1987 cuando descubrí a un grupo que tenía un cantante despeinado y mal maquillado llamado Robert Smith. La música que descubro a los cincuenta es mucho más variada e interesante que nunca. Se nutre de actualidad, de recomendaciones imposibles de mis hijos adolescentes, de jazz, de post-rock y de vanguardia.

Y he nombrado a dos adolescentes, claro, mis hijos: Ellos son mi motor, el que me obliga a mantener mi espíritu joven aunque pasen los años y el mío se vaya deteriorando. Por ellos lo hago todo y con ellos disfruto de las sorpresas de las generaciones actuales, de su forma de entender la vida y de su inmediatez y condescendencia con lo que a nosotros nos parecía fundamental.

Son un chute diario de adrenalina y de ganas de vivir que me alimenta y me consume a partes iguales. Y en esa ambivalencia está la salsa de la vida.

Pues eso, que ya soy todo un cincuentón, atípico, relativista, que lucha contra su pesimismo genético y abraza la experimentalidad de todo lo que le queda por vivir.

¡Me doy la bienvenida a la década dorada del siglo XXI!



martes, 15 de septiembre de 2020

Descubrimiento musical de septiembre - Rigoberta Bandini


https://www.youtube.com/watch?v=bYA81QfWSsw


Siempre que buceo en el mundo musical para buscar el #descubrimientomusicaldelmes, lo hago en formato placebo. Busco mi radar de novedades y simplemente escucho, sin saber el nombre del artista ni de la canción y voy filtrando por las emociones que la música me hace sentir, durante un par de horas.

Una vez he seleccionado la canción que me va a llevar a escribir el post sobre ella, averiguo quién es el artista y entonces buceo en su música para ver sus anteriores trabajos y ver si tiene una evolución coherente.

Este mes, la candidata elegida ha sido Rigoberta Bandini, alter ego de la artista Paula Ribó (30 años, Barcelona) multifacética y niña-adolescente hiperactiva y prodigio pues con menos de tres décadas a sus espaldas, ha compuesto canciones, escrito y dirigido una obra de teatro y publicado un libro, además de haber hecho doblaje de películas. Todo ello conforma sin duda lo que para mí es una artista multisensorial que diversifica su dedicación al arte como lo hacen los verdaderos artistas.

Pero vuelvo a lo que realmente me hizo elegirla como descubrimiento de este mes, y es su canción, el single que acaba de lanzar en plataformas de streaming, In Spain we call it Soledad. Una maravilla que engancha, inquieta y sorprende a partes iguales. Cuando la escuché por primera vez, su comienzo, hablado, me hizo pensar que estaba ante la típica canción de una rapera latina pretenciosa. Pero enseguida los tiempos de electro pop empiezan a acompañar a esa voz modulada con sombra y profundidad, que dista mucho de la que tiene la artista en sus anteriores singles y que, en mi opinión, es una parte importante del éxito del actual. Los tiempos pop dan paso a síncopas de cut & paste y de música más electrónica y entonces comienza el spanglish que resulta rotundo. Literatura en pequeñas píldoras que conforman un mensaje que llega. Y es entonces cuando la canción crece y crece hasta el límite de la majestuosidad, como los grandes hits de Goldfrapp o Roisin Murphy. Combina entonces una melodía pegadiza, con el estribillo en spanglish y los arreglos electrónicos y sintéticos que a mí tanto me gustan y que creo van a ser atemporales y es entonces cuando la canción todavía da un giro más raro y se arranca a decirle palabras de amor a Mónica Naranjo.

Es una mezcla colosal, perturbadora y fascinante que me ha sorprendido tanto que aún estoy un poco en shock emocional musical y sin poder parar de escucharla.

Es una semilla que germinará en un futuro con esta artista prometedora que es Rigoberta. Para mi lista de “A seguir en el futuro”.

lunes, 14 de septiembre de 2020

Hay otros mundos interiores

(Relato publicado el 15/9/2015)

Hoy he circulado por Dhaka y observando las gentes y los lugares en los que transcurre su vida me he hecho una reflexión. Me pregunto si en su batalla diaria por sobrevivir, en unos casos, por sacar adelante una familia que vive en la indigencia en otros, o simplemente por mantener una existencia decrépita en un circundante del que no tienen ninguna esperanza de salir, debido al clasismo y la segregación existentes, queda espacio u ocasión para la reflexión interior, para el amor, para los hobbies e, incluso, para la risa.

Desde nuestro punto de vista occidental sin duda que no lo hay, pues imaginamos de forma casi instintiva que todos ellos son desgraciados, viven tristemente y consideramos que su mayor fortuna sería salir del mundo en el que viven.

Pero, ¿acaso hemos preguntado en alguna ocasión a algún habitante de estas lindes u otras similares por tan pejiguera cuestión? Sin duda la respuesta es no. Y por tanto, debemos concluir que nuestra respuesta y opinión son completamente infundadas y escoradas en una determinada dirección a la que el consumismo y el capitalismo nos dirigen.

Sí, hoy he concluido que una vida, por tremenda que sea, ha de estar compuesta de todo eso. A la miseria y la necesidad, obligatoriamente han de acompañarles, aunque sea en pequeños intervalos, la felicidad, la amistad y todas las pasiones humanas. Y estoy por completo convencido que descubrir cómo se transmutan y experiencian ellas en estas personas será materia sustanciosa para una gran novela.

sábado, 12 de septiembre de 2020

viernes, 11 de septiembre de 2020

El jardín de los enigmas - mi crónica de lectura


Siempre es un placer, cuando comienzo la lectura de una novela, regresar a los pareceres y quehaceres clásicos del ser humano, al valor de los pequeños gestos, y a la importancia de los detalles en las relaciones humanas. Es lo que me ha pasado al leer esta fantástica novela (mi primera incursión en la prosa de Antonio Garrido), El Jardín de los Enigmas.

Antonio nos traslada al comienzo de la época victoriana, a mediados del siglo XIX, en un escenario previo a la celebración de la exposición mundial en Londres, y a una floristería regentada por una viuda, en la que descubriremos una trastienda mucho más activa de lo que a priori se le supone. Nos describe con franca delicia las costumbres de la época, el comportamiento de los caballeros, la forma de expresarse y de dirigirse a las damas, dentro de un marco costumbrista perfectamente documentado.

Es fascinante recrear ese mundo en el que los desplazamientos se hacían en coches de caballos o en tren y cuando se perdía el último enlace, los visitantes debían quedarse como invitados en la casa de quien habían visitado, quien les agasajaba con total entrega, y durante cuya estancia departían sobre todo tipo de temas, disfrutaban de una buena mesa y compartían sus vivencias. Algo que lamentablemente ahora hemos casi olvidado, arrasados por la tecnología.

Es muy curioso resaltar la importancia de un telegrama, de recibirlo en un determinado momento, con unos tempos mucho más amplios que la inmediatez y fruición actuales.

Y es por todos esos elementos, por estar ambientada en Londres, por tratarse del diecinueve y por asociar la intriga de la novela al mundo floral, por lo que esta novela me tiene atrapado. Es la primera vez que escribo una reseña de lectura antes de terminarla, porque en realidad, el final no me importa tanto como la magnificencia que ha supuesto para mí su lectura en las tardes de playa preotoñal.

Ha sido el durante mucho más importante que el adónde llegará. Y cuando eso me sucede con una lectura (me ha pasado con pocas en mi trayectoria como lector), significa que me transformo en lector voraz y fiel de su autor o escritora. Así que aquí quedo prendado, Antonio Garrido. Voy a explorarte y a disfrutarte, algo que recomiendo a todos los hombres y mujeres de bien.

jueves, 10 de septiembre de 2020

Visita al museo Guggenheim - Bilbao

Nuestra primera visita a un museo tras el parón por el confinamiento del COVID fue al Guggenheim de Bilbao. Una experiencia compuesta de contenido y continente, cargada de contenido visual pero también olfativo, auditivo y (poco) táctil.

Teníamos ganas, las teníamos, de visitar un gran museo, algo que no habíamos podido hacer desde hacía meses y nuestra visita a Bilbao nos lo puso en bandeja. Una maravilla como es el edificio diseñado por Frank Ghery, que consiguió transformar la ría de Bilbao y todo su entorno desde su construcción, nos recibió con total seguridad y tranquilidad: Toma de temperatura, gel por todas partes, mascarillas y no demasiado público lo que hizo que la distancia social fuese muy fácil de mantener.

Lo primero que sorprende, como es evidente, es el edificio, con la figura de Puppy delante, que ya planta cara al visitante indicándole que se prepare para entrar en otro mundo. El diseño del edificio, pergeñado en apenas unos trazos de un trozo de papel se desarrollaron hasta el infinito detalle en una construcción magnífica que se disfruta por sí misma. Dentro, el recorrido te va llevando por las estaciones y plantas de forma clara en un viaje por el arte.

Me quedo con lo que más me impresionó y lo que me resultó más evocador, que fue la segunda planta, en la que destaco el cuadro que es para mí el mejor del museo, La gran antropometría azul , de Yves Klein llevado a cabo con cuerpos cubiertos de color moviéndose sobre el lienzo para huir del pincel y del expresionismo. 


Es una obra que te sumerge en un universo de sensaciones cuando te colocas a un metro de ella y tu vista apenas puede abarcar la totalidad de la abstracción. En la misma planta, mi favorita, la sala de lámparas, de Olafur Eliasson que te lleva a un mundo atemporal, en el que los espacios y el movimiento generado por las luces y espejos te saca de la gravedad terrestre. 



Habitación para un color, una sala llena de lámparas de monofrecuencia que “asesinaban” el color y que ofrecían dos tipos de fotografía, una, amarilla, si la hacíamos con la cámara frontal y otra, roja, con la cámara posterior para el selfie. 



También la sala de niebla, Tu atlas atmosférico de color, de Olafur Eliasson que fue impactante y multisensorial, comenzando por el miedo y terminando por el placer de la coloración húmeda. Toda la retrospectiva de este artista danés es para mí el culmen del Guggenheim, quiero decir, mi favorito.



Por supuesto hay otras muchas joyas, Las cientocincuenta Marylines, de Warhol, maravillas escultóricas como Lo profundo del aire, de Chillida, una metáfora sin igual, o la megalítica La materia del tiempo, de Richard Serra. Toda la obra de Anselm Kiefer me impactó y epató a partes iguales y destaco Las célebres órdenes de la noche. 


El cuadro de Mark Rothko, la instalación de Jenny Holzer, y también la planta dedicada a Lygia Clark, desarrollando la abstracción geométrica que es el estilo pictórico que más me gusta.


La visita al Guggenheim nos ha satisfecho en todos los sentidos: ha saciado nuestra hambre y sed de arte, ha motivado nuestra creatividad futura, ha relajado nuestro espíritu y sobre todo, ha permitido que nuestra positividad vuelva a resurgir después de meses postergados.

martes, 8 de septiembre de 2020

DARK (si no la has visto, ten en cuenta que hay spoiler al final)

Ha vuelto a suceder, como ya ocurrió con Lost (Perdidos). El mismo desengaño, la misma frustración, esta vez con la serie alemana Dark. Me refiero a que cuando descubres una serie fantástica que te atrapa, que no te deja esperar a ver el siguiente capítulo y la trama se complica y se hace interesante, siempre esperas más y mayor complicación. Si además esos elementos los mezclas con una temática relacionada con la ciencia, todavía se hace más emocionante y si la tildas con hechos inexplicables a la razón pero que están ahí, el éxito (para mí como espectador) está asegurado. Todo ello ha sucedido durante el pasado confinamiento cuando descubrí esta serie por recomendación de un amigo y nos fundimos la primera temporada de un tirón. Diferente, sorprendente, llena de intriga científica, relacionada con una central nuclear, y dejando un montón de preguntas en el aire.

La suerte fue que ya estaba publicada también la segunda temporada, así que seguimos confinados y vimos toda la segunda temporada, en la que la complicación científica (la que parecía carecer de explicación) aumentaba de forma exponencial. Diría que la ciencia se desarrolló más que la trama. Hubo muchos más complejos y conjeturas físicas que línea argumental de los personajes y ello dificultó mucho más su comprensión. Pero aún así, el nivel de intriga y sorpresa fue muy superior al de la primera temporada. El punto culminante llegó con el último capítulo en el que Jonas le pregunta a Martha de qué época venía y su respuesta fue para mí el culmen de la segunda temporada: La pregunta no es de qué época, sino de qué mundo.

Un verdadero anzuelo caza espectadores para la tercera temporada que, esta sí, tardó semanas en llegar, ya desconfinados y con aires de libertad.

Y entonces fue cuando llegó el desinflamiento de la burbuja de expectativas. Y es que la complejidad de la trama de los viajes adelante y atrás en el tiempo se fusionó con la de la presencia de dos mundos, a modo del signo del infinito (un ocho tumbado) en un ciclo sin fin, en el que todo se repetía. Y sí, todo se repetía. Las frases de los actores eran siempre iguales: Todo comienza y termina en un ciclo infinito, el principio es el final. Todo tiene que pasar para que el ciclo continúe… y cosas similares. Cámara estática, escenas en las que no sucede nada, simplemente la cámara se detiene durante segundos interminables mientras Jonas, o Adam, o Marza o cualquiera de los personajes, que de repente aparecen completamente sucios, como si vinieran de un apocalipsis, se observan con mirada etérea para decir al final de la escena una de esas frases.
La trama se complica tanto cronológicamente hablando que el director decidió poner en cada momento el año al que viajaba con un número que ocupaba toda la pantalla: 1986, 1953, 1921, 2019, 2052. “En mi mundo, Martha es de tal forma… yo quiero a la Martha de mi mundo, no la del tuyo” y frases similares.

La trama argumental fílmica desaparece por completo y solo hay un ir y venir de aquí para allá años arriba y abajo sin explicación ninguna, con algunos planos de Adam y Martha, ancianos, frente a dos cuadros de Adan y Eva, algo que ya auguraba un fracasado final.
Y es que al terminar (como ya sucedió en Lost, donde la trama también llegó a una complejidad inexplicable), parecía que todo se reducía a una lucha del Bien contra el Mal (desde el punto de vista divino, supuestamente), algo inconcebible, que terminaron de resolver con un simple viaje a un momento del pasado para evitar que Tannhaus “quiera” crear la máquina que crea el pasadizo temporal para hacer regresar a su mujer y su hija que habían muerto en un accidente. ¿En serio? Un cierre final tan simple que además era lo obvio, viajar al pasado para evitar que algo suceda y modifique el futuro.

Me quedo como en un coitus interruptus. Con un gran placer inicial por las dos primeras temporadas, una enorme expectativa y ganas de ver la tercera y desenlace y un descomunal bluf tras no entender nada de la tercera y ver un final absurdo. Una pena…

domingo, 6 de septiembre de 2020

ENTREVISTAS SINGULARES-89: ANDRÉS SOTO

Andrés Soto es un ESCRITOR SINGULAR. Es un participante histórico del Taller de Escritura Creativa de Benicàssim donde comparte sus relatos de estructura clásica pildorados con toques de actualidad, teatralidad y costumbrismo.

Andrés nos lleva con su prosa hacia historias variopintas entre las que siempre se atisba su pasión por la literatura clásica, por los rasgos definidos de sus personajes y por los tempos adecuados que todo lector busca en las historias. Cuando comparte sus relatos con nosotros en el taller nos ofrece mucho más que una historia, con su lectura teatralizada, su gesticulación y su ambientación acertada. Escucharle tiene, desde mi punto de vista, todavía más interés que leerle, porque si cierras los ojos cuando lo haces, te sumerges en una experiencia radiofónica, como las de los grandes seriales de los años cincuenta y sesenta con los que se podía vivir una vida e historia alternativas sin necesidad de imágenes.

Andrés es además un gran conversador. Disecciona los temas que tratamos y les imprime su punto de vista analítico, preciso y siempre razonado.

En esta ocasión Andrés ha escrito un relato muy actual, en el que combina a la perfección la transcendencia de la temática con lo naif del momento actual de muchas personas. Muy interesante ese contraste. No os lo perdáis.

Y para que conozcáis un poquito más a su autor, una breve entrevista a continuación.

Confinado en una pesadilla

 La noche pobló de vacío la habitación en la que estaba encerrado. Solo fue una sensación fugaz, como un sueño que rebobinaba constantemente y del que creí escapar justo cuando desperté.
—Buenos días—repite Ángela con una amplia sonrisa al verme abrir los ojos. 
—Perdona, ¿nos conocemos?
—Sí, Alejandro. Soy la hija de tu agente comercial.
—Ahora caigo. ¿Y qué haces en mi cama?
—Te equivocas, estamos en mi casa.
—No recuerdo haberte llevado aquí, coincidimos en una cena con clientes. Nos reímos mucho, eso fue todo.
Recojo la cartera, las llaves, la mascarilla y busco la puerta de salida.
—¿A dónde vas? —pregunta Ángela.
—A casa. Me están esperando.
—Creo que has dormido demasiado, Alejandro. Te recuerdo que has dado positivo en el test del Covid-19 y tendrás que quedarte conmigo hasta que el médico lo considere oportuno.
—Buenas noches, pues, despiértame cuando tengamos la vacuna en marcha.

ENTREVISTA SINGULAR
1.- ¿Cuál es el principal motivo que te empuja a escribir? ¿Recuerdas cuál fue la primera vez que comenzaste algún texto? ¿Lo guardas todavía? ¿Te atreverías a publicarlo a modo de relato?
Creo que es la forma más clara para expresar pensamientos y emociones. Además, te ayuda a comprender muchas cosas que permanecían ocultas en nuestras vidas. Tenía ya la vocación a los ocho años, cuando describía en un cuaderno la vida diaria de mis pequeños animales de plástico, pero mi padre se rió, sin querer, de lo que estaba haciendo y lo dejé de lado. Volví puntualmente a los 15 años, cuando estaba haciendo unas prácticas absurdas en una oficina de Estocolmo, como parte del programa escolar. No tenía apenas tareas y sí una máquina de escribir a mi entera disposición, así que conté en unos folios la historia de cómo mi madre me llevó a la fría y organizada Suecia después de al fin haber encontrado un lugar en el mundo en la ruidosa Móstoles. No guardé nunca esas hojas. De encontrarlas, no tendría ningún reparo en publicar el texto, siempre que tuviese la oportunidad de revisarlo.

 2.- Imagina que tuvieras la posibilidad de publicar un libro con una editorial de tirada nacional y tuvieses libertad para elegir el género y la temática. ¿Cuáles serían y por qué?
Escribiría una novela de amor e intriga ambientada en la Barcelona de los años sesenta, con una fórmula muy parecida a las que venden hoy en día y buscando un final sorprendente. Obviamente trataría que todo fuese lo más real posible, evitando los tópicos que mantenemos de esa época. Sería la única manera de conseguir que el libro fuera rentable. Si una editorial apuesta por ti, lo último que puedes permitir es que pierda dinero.

 3.- Te pido que seas tu crítico/a más duro/a. Dinos qué se te da peor a la hora de escribir y cómo intentas resolverlo.
Me divido demasiado, conforme van entrando las ideas, sin lograr centrarme en un proyecto determinado. Sin embargo, esto me lleva por caminos tan variopintos… que de momento no tengo ninguna intención de buscar soluciones al problema.
Por otra parte, lo más difícil a la hora de escribir es narrar eventos de hace 200 años, ya que no te los puedes imaginar, al pensar entonces la gente de una manera muy diferente. La única forma de superarlo parcialmente es buscando documentos que aún se conservan, ya sea novelas, autobiografías, artículos de periódico o dibujos de la época.

4.- ¿Cómo sería tu presentación ideal de un libro? Quiero decir, qué elementos tendría que tener para que resultase interesante, amena y entretenida.
Haría una pequeña introducción de la obra y prepararía a un grupo de actores, formados por una narradora y los personajes que aparecen  en ese capítulo, para que leyese un pasaje del libro. Luego dejaría que el público diese su punto de vista.

 5.- Hoy en día el número de publicaciones es enorme. Tanto digital como en papel, resulta muy difícil elegir qué leer ya que normalmente nuestro tiempo de lectura es limitado. En tu caso, ¿cuál es el criterio que sigues para la elección de una próxima lectura?
La mayor parte de mis lecturas son para preparar, buscar más información para el libro que estoy escribiendo en un momento dado. Mi novela más ambiciosa, aún no finalizada, describe multitud de personas que viven durante todo el siglo XX. Eso me obliga, por ejemplo, a leer libros tan distintos como La Forja de un Rebelde, de Arturo Barea, o 19 de Julio, de Ignacio Agustí. También consulto muchos trabajos de historia, básicamente lo que encuentro en la red. Durante el confinamiento en marzo y abril de 2020, a causa del Covid-19, hice una excepción, al disponer de más tiempo y me puse a  releer novelas que tenía a mano, como No soy Stiller, de Max Frisch o La Bastarda, de Violette Leduc.
En otras ocasiones leo artículos de revistas/periódicos en la red, miro documentales y escucho programas de radio en diferido para buscar información y opiniones contrastadas que no encuentro en otros medios.

 6.- Vivimos en el mundo de la hiper conexión. ¿Utilizas las redes sociales? Cuáles son las que te parecen más interesantes y por qué.
Participé en algunos foros durante la primera década del siglo XXI, tomando parte en todo tipo de debates, pero luego empecé a escribir en castellano y durante mucho tiempo solo tuve tiempo para publicar allí mis primeras novelas en castellano. Ahora entro de vez en cuando en algunas redes sociales, principalmente para leer opiniones de personas que todavía disfrutan de la libertad de expresión, más allá de lo políticamente correcto. De vez en cuando intento también pillar textos literarios que solo pueden publicarse en internet.

 7.- ¿Cómo te calificarías como lector? ¿Qué géneros te gustan? Y ¿en qué momentos disfrutas de la lectura?
Sigo siendo un lector muy activo que disfruta de historias rara vez contadas, con giros imprevisibles que logran distanciarse de los tópicos habituales y resultan creíbles, ya que la realidad generalmente sobrepasa a la ficción. Como La Ciudad de las Cuatro Puertas, de Doris Lessing, Las Partículas Elementales, de Michel Houellebecq o La Mujer Veloz, de Imma Monsó. Otras obras, menos realistas, pero no carentes de tensión psicológica, que me han impresionado, serían Soledad, de Caterina Albert, La Montaña Mágica de Thomas Mann, Los Detectives Salvajes, de Roberto Bolaño, o Rosa Cándida, de Audur Ava Ólafsdóttir. Empecé leyendo novelas a los 19 años, en trenes, metros y autobuses, camino del trabajo y de la universidad. Por tanto, cualquier momento es bueno para disfrutar de un libro, incluso cuando estás esperando en la cola para comprar el pan con la mascarilla puesta.

 8.- ¿Cuál es tu secuencia a la hora de estructurar una novela, o el género que escribas? Me refiero a cuál es la cadencia de creación: ¿Primero los personajes, o el conflicto principal, o el final, o cómo lo acometes?
Lo más importante es el proceso de creación, como van saliendo los personajes, los conflictos que surgen entre ellos, todo lo que aprendes durante ese viaje interior que has emprendido. Mucho de eso lo aprendí estudiando arte dramático, donde por otra parte dependes de un grupo y existe generalmente una fecha para presentar el proyecto. Prefiero por eso la libertad de ir creando a tu aire y esperar, si es necesario, con el desenlace. Es mejor preparar el final después de haber redactado la mayor parte de la historia, ya que entonces se ha formado una base lo suficiente espesa para su desarrollo. Tampoco tiene por qué ser una solución muy rimbombante, puedes buscar una salida que simplemente sea lógica y ofrezca numerosas interpretaciones al lector. No hay que olvidar tampoco que gran parte de la literatura que sobrevive el paso de los siglos se basa en numerosos relatos unidos por un grupo de personajes que salen y entran como de un escenario teatral.

 9.- Me gustaría que definieses ese momento en el que das por finalizado un libro. El momento final, cuando recibes las galeradas y les das el último ok.
Cuando te das cuenta que hay un contacto, que existe un diálogo fluido entre el principio y el final, como el que ha habido entre los personajes. Pero nunca lo doy realmente por terminado, siempre existe la posibilidad de continuar o de completar algunos episodios que en un principio parecen estar clavados, pero no resultan satisfactorios cuando los leo de nuevo. También se podría ampliar el texto en una segunda edición, en el caso de que hubiese sido publicado.

 10.- Te pido ahora unas respuestas rápidas

a) Recomiéndanos un libro y el motivo por el que tendríamos que leerlo.
No existe un solo libro, sino los miles de puntos de vista que ofrece la literatura. Lo difícil es encontrarlos. Ya he mencionado algunos. Si hay que elegir uno, mirando en mi biblioteca, me decantaría en este momento por El Desastre Helios, una novela corta de Linda Boström, que algún día trataré de leer a fondo, para traducirla y publicarla en castellano. La autora presenta un tema tabú de una forma novedosa, poco realista, pero muy efectiva, describiendo de paso la forma de mirar y pensar de una pequeña población en el norte de Suecia.

b) ¿Cuál es tu escritor/a favorito/a?
También ha variado con el paso del tiempo. Durante el confinamiento de la primavera de 2020 empecé con Anna Karenina, de León Tolstói, una interesante novela sobre el triunfo de la hipocresía de las parejas felices. Una vez finalizada, pasé a releer las tres grandes obras de Ludmila Ulítskaya (Medea y sus Hijos, El Caso Kukotski y La Carpa Verde), ninguna de ellas traducida al castellano. Francamente no hay ni punto de comparación entre ambos escritores, es mucho más fuerte la prosa y la profundidad psicológica de Ulítskaya, que actualmente es mi favorita. Y es normal que los novelistas actuales, con la ayuda del ordenador, hayan mejorado su capacidad de penetrar en las intimidades del alma humana, con personajes cada vez más complejos. Aunque aún queda mucho campo por recorrer.

c) ¿Qué opinas de los blogs literarios?
Siempre es bueno presentar libros y recibir aportaciones de lectores despiertos, pero pueden ser también herramientas para promocionar obras que no están a la altura en detrimento de otras. Creo que programas culturales como El Ojo Crítico, de Radio Nacional de España, siguen dando mejor cobertura.

d) Un libro que no hayas podido terminar de leer.
El Gran Momento de Mary Tribune, de Juan García Hortelano. El principio de la novela es tan sincero, intenso y fulminante… que pierde chispa a partir de la página 200, lo cual te decepciona y hace perder el interés hasta dejarlo para otra ocasión.

e) Un deseo literario para el próximo año
Seguir escribiendo una hora al día, como ahora.

f) La última cosa que te haya sorprendido tanto que todavía la recuerdes.
La muerte de Lobby, una perra singular de 18 años, el 22 de julio de 2020. Parecía estar hecha polvo a causa de una insuficiencia renal, no comía, apenas se movía. Sin embargo, en el momento de la verdad, al sedarla e inyectarle el veneno, desplegó tanta energía en señal de protesta, que la veterinaria se vio obligada a triplicar la dosis de Dolethal, correspondiente a su peso, para que dejase de sufrir. Lobby demostró así, hasta el final, seguir teniendo unas inmensas ganas de vivir, aunque solo lo hiciese a ratos durante sus últimos años, sobre todo cuando le llevaba a la playa de madrugada.

g) Una canción o cantante que tenga para ti un significado singular
El aria Erbarme dich mein Gott, de La Pasión Según San Mateo de Johann Sebastian Bach, al final de Sacrificio, la  obra póstuma de Andréi Tarkovski. Lo escuché por primera vez en un cine alternativo de Estocolmo a finales de los años 1980. La sala estaba llena y el público percibió la partitura manteniendo un silencio sepulcral, que no dio pie a los habituales aplausos después de terminar la película, a pesar de hacerlo con escenas realmente  impactantes. Pudo más el sonido que la imagen.

h) Las 3 características que debe tener para ti un buen editor/a.
Los buenos editores murieron o se jubilaron anticipadamente a finales del siglo XX, con la competencia provocada por internet. Por otra parte, siempre ha sido uno de los oficios más complejos, basado en pura intuición ante la avalancha de textos que reciben a diario. En todo caso, es necesario leer un libro tres veces antes de poder formarse una opinión y eso requiere tiempo. Una vez seleccionado, hay que hacer todo lo posible por respetar los criterios del autor; no es tu novela, aunque tengas la sartén por el mango, es la suya. Finalmente, la promoción es fundamental, el libro tiene que llegar a todas partes.

 11.- Participas en el Taller de Escritura Creativa de Benicàssim desde hace unos cuantos años. ¿Podrías contarnos qué te aporta y por qué participas en él?
Los primeros años aportó sobre todo nuevas miradas a la literatura y la amistad con un grupo de personas sensibles, más adictas al verso que a la prosa. La mayoría de ellas colaboró en una revista mensual que publicaba un pequeño texto de cada una, que leíamos en alto para un público escaso. Hicimos además pequeñas incursiones en un programa de radio que nadie escuchaba y una improvisada obra de teatro, lo cual generalmente te hace crecer por dentro. Luego se estabilizó el método del taller con Rosario Raro, Verónica y Adela, aunque los participantes iban y venían, yo incluido, pasándole finalmente la dirección a Pedro, que de alguna manera es el que más ha acertado en ese difícil equilibrio entre la teoría y la práctica, con 20 personas tan diferentes tomando parte en una fiesta en el que se viene tanto disfrutar como a aprender a escribir, o a ser mejor persona, y no importa para nada la experiencia que tengas en el campo literario, siempre te emocionas, ya que muchos textos son excelentes, mejores ahora que en la primera etapa. Resumiendo, el taller de escritura de Benicasim se encuentra completamente liberado del mundo del marketing y reúne un grupo de personas con ganas de opinar. Lo único que escasea es juventud, y por eso se agradece las esporádicas visitas de los amigos de Onda. Siempre ha habido buen ambiente y de vez en cuando se escuchan relatos cargados de experiencias personales. Es además una alternativa para escribir, probar textos y poder leerlos ante un público mucho más atento de lo habitual.

12.- Para terminar, me gustaría que definieras una escena lo más cercana posible a tu felicidad.
La felicidad es un mito, una piedra tirada al vacío. Lo importante es mantenerse activo, escuchar cuidadosamente al entorno, amar y conocer, como escribió el poeta friulano:
Solo l’amare, solo il conoscere
conta, non l’aver amato,
non l’aver conosciuto. Dà angoscia
il vivere di un consumato
amore. L’anima non cresce più.