domingo, 6 de septiembre de 2020

ENTREVISTAS SINGULARES-89: ANDRÉS SOTO

Andrés Soto es un ESCRITOR SINGULAR. Es un participante histórico del Taller de Escritura Creativa de Benicàssim donde comparte sus relatos de estructura clásica pildorados con toques de actualidad, teatralidad y costumbrismo.

Andrés nos lleva con su prosa hacia historias variopintas entre las que siempre se atisba su pasión por la literatura clásica, por los rasgos definidos de sus personajes y por los tempos adecuados que todo lector busca en las historias. Cuando comparte sus relatos con nosotros en el taller nos ofrece mucho más que una historia, con su lectura teatralizada, su gesticulación y su ambientación acertada. Escucharle tiene, desde mi punto de vista, todavía más interés que leerle, porque si cierras los ojos cuando lo haces, te sumerges en una experiencia radiofónica, como las de los grandes seriales de los años cincuenta y sesenta con los que se podía vivir una vida e historia alternativas sin necesidad de imágenes.

Andrés es además un gran conversador. Disecciona los temas que tratamos y les imprime su punto de vista analítico, preciso y siempre razonado.

En esta ocasión Andrés ha escrito un relato muy actual, en el que combina a la perfección la transcendencia de la temática con lo naif del momento actual de muchas personas. Muy interesante ese contraste. No os lo perdáis.

Y para que conozcáis un poquito más a su autor, una breve entrevista a continuación.

Confinado en una pesadilla

 La noche pobló de vacío la habitación en la que estaba encerrado. Solo fue una sensación fugaz, como un sueño que rebobinaba constantemente y del que creí escapar justo cuando desperté.
—Buenos días—repite Ángela con una amplia sonrisa al verme abrir los ojos. 
—Perdona, ¿nos conocemos?
—Sí, Alejandro. Soy la hija de tu agente comercial.
—Ahora caigo. ¿Y qué haces en mi cama?
—Te equivocas, estamos en mi casa.
—No recuerdo haberte llevado aquí, coincidimos en una cena con clientes. Nos reímos mucho, eso fue todo.
Recojo la cartera, las llaves, la mascarilla y busco la puerta de salida.
—¿A dónde vas? —pregunta Ángela.
—A casa. Me están esperando.
—Creo que has dormido demasiado, Alejandro. Te recuerdo que has dado positivo en el test del Covid-19 y tendrás que quedarte conmigo hasta que el médico lo considere oportuno.
—Buenas noches, pues, despiértame cuando tengamos la vacuna en marcha.

ENTREVISTA SINGULAR
1.- ¿Cuál es el principal motivo que te empuja a escribir? ¿Recuerdas cuál fue la primera vez que comenzaste algún texto? ¿Lo guardas todavía? ¿Te atreverías a publicarlo a modo de relato?
Creo que es la forma más clara para expresar pensamientos y emociones. Además, te ayuda a comprender muchas cosas que permanecían ocultas en nuestras vidas. Tenía ya la vocación a los ocho años, cuando describía en un cuaderno la vida diaria de mis pequeños animales de plástico, pero mi padre se rió, sin querer, de lo que estaba haciendo y lo dejé de lado. Volví puntualmente a los 15 años, cuando estaba haciendo unas prácticas absurdas en una oficina de Estocolmo, como parte del programa escolar. No tenía apenas tareas y sí una máquina de escribir a mi entera disposición, así que conté en unos folios la historia de cómo mi madre me llevó a la fría y organizada Suecia después de al fin haber encontrado un lugar en el mundo en la ruidosa Móstoles. No guardé nunca esas hojas. De encontrarlas, no tendría ningún reparo en publicar el texto, siempre que tuviese la oportunidad de revisarlo.

 2.- Imagina que tuvieras la posibilidad de publicar un libro con una editorial de tirada nacional y tuvieses libertad para elegir el género y la temática. ¿Cuáles serían y por qué?
Escribiría una novela de amor e intriga ambientada en la Barcelona de los años sesenta, con una fórmula muy parecida a las que venden hoy en día y buscando un final sorprendente. Obviamente trataría que todo fuese lo más real posible, evitando los tópicos que mantenemos de esa época. Sería la única manera de conseguir que el libro fuera rentable. Si una editorial apuesta por ti, lo último que puedes permitir es que pierda dinero.

 3.- Te pido que seas tu crítico/a más duro/a. Dinos qué se te da peor a la hora de escribir y cómo intentas resolverlo.
Me divido demasiado, conforme van entrando las ideas, sin lograr centrarme en un proyecto determinado. Sin embargo, esto me lleva por caminos tan variopintos… que de momento no tengo ninguna intención de buscar soluciones al problema.
Por otra parte, lo más difícil a la hora de escribir es narrar eventos de hace 200 años, ya que no te los puedes imaginar, al pensar entonces la gente de una manera muy diferente. La única forma de superarlo parcialmente es buscando documentos que aún se conservan, ya sea novelas, autobiografías, artículos de periódico o dibujos de la época.

4.- ¿Cómo sería tu presentación ideal de un libro? Quiero decir, qué elementos tendría que tener para que resultase interesante, amena y entretenida.
Haría una pequeña introducción de la obra y prepararía a un grupo de actores, formados por una narradora y los personajes que aparecen  en ese capítulo, para que leyese un pasaje del libro. Luego dejaría que el público diese su punto de vista.

 5.- Hoy en día el número de publicaciones es enorme. Tanto digital como en papel, resulta muy difícil elegir qué leer ya que normalmente nuestro tiempo de lectura es limitado. En tu caso, ¿cuál es el criterio que sigues para la elección de una próxima lectura?
La mayor parte de mis lecturas son para preparar, buscar más información para el libro que estoy escribiendo en un momento dado. Mi novela más ambiciosa, aún no finalizada, describe multitud de personas que viven durante todo el siglo XX. Eso me obliga, por ejemplo, a leer libros tan distintos como La Forja de un Rebelde, de Arturo Barea, o 19 de Julio, de Ignacio Agustí. También consulto muchos trabajos de historia, básicamente lo que encuentro en la red. Durante el confinamiento en marzo y abril de 2020, a causa del Covid-19, hice una excepción, al disponer de más tiempo y me puse a  releer novelas que tenía a mano, como No soy Stiller, de Max Frisch o La Bastarda, de Violette Leduc.
En otras ocasiones leo artículos de revistas/periódicos en la red, miro documentales y escucho programas de radio en diferido para buscar información y opiniones contrastadas que no encuentro en otros medios.

 6.- Vivimos en el mundo de la hiper conexión. ¿Utilizas las redes sociales? Cuáles son las que te parecen más interesantes y por qué.
Participé en algunos foros durante la primera década del siglo XXI, tomando parte en todo tipo de debates, pero luego empecé a escribir en castellano y durante mucho tiempo solo tuve tiempo para publicar allí mis primeras novelas en castellano. Ahora entro de vez en cuando en algunas redes sociales, principalmente para leer opiniones de personas que todavía disfrutan de la libertad de expresión, más allá de lo políticamente correcto. De vez en cuando intento también pillar textos literarios que solo pueden publicarse en internet.

 7.- ¿Cómo te calificarías como lector? ¿Qué géneros te gustan? Y ¿en qué momentos disfrutas de la lectura?
Sigo siendo un lector muy activo que disfruta de historias rara vez contadas, con giros imprevisibles que logran distanciarse de los tópicos habituales y resultan creíbles, ya que la realidad generalmente sobrepasa a la ficción. Como La Ciudad de las Cuatro Puertas, de Doris Lessing, Las Partículas Elementales, de Michel Houellebecq o La Mujer Veloz, de Imma Monsó. Otras obras, menos realistas, pero no carentes de tensión psicológica, que me han impresionado, serían Soledad, de Caterina Albert, La Montaña Mágica de Thomas Mann, Los Detectives Salvajes, de Roberto Bolaño, o Rosa Cándida, de Audur Ava Ólafsdóttir. Empecé leyendo novelas a los 19 años, en trenes, metros y autobuses, camino del trabajo y de la universidad. Por tanto, cualquier momento es bueno para disfrutar de un libro, incluso cuando estás esperando en la cola para comprar el pan con la mascarilla puesta.

 8.- ¿Cuál es tu secuencia a la hora de estructurar una novela, o el género que escribas? Me refiero a cuál es la cadencia de creación: ¿Primero los personajes, o el conflicto principal, o el final, o cómo lo acometes?
Lo más importante es el proceso de creación, como van saliendo los personajes, los conflictos que surgen entre ellos, todo lo que aprendes durante ese viaje interior que has emprendido. Mucho de eso lo aprendí estudiando arte dramático, donde por otra parte dependes de un grupo y existe generalmente una fecha para presentar el proyecto. Prefiero por eso la libertad de ir creando a tu aire y esperar, si es necesario, con el desenlace. Es mejor preparar el final después de haber redactado la mayor parte de la historia, ya que entonces se ha formado una base lo suficiente espesa para su desarrollo. Tampoco tiene por qué ser una solución muy rimbombante, puedes buscar una salida que simplemente sea lógica y ofrezca numerosas interpretaciones al lector. No hay que olvidar tampoco que gran parte de la literatura que sobrevive el paso de los siglos se basa en numerosos relatos unidos por un grupo de personajes que salen y entran como de un escenario teatral.

 9.- Me gustaría que definieses ese momento en el que das por finalizado un libro. El momento final, cuando recibes las galeradas y les das el último ok.
Cuando te das cuenta que hay un contacto, que existe un diálogo fluido entre el principio y el final, como el que ha habido entre los personajes. Pero nunca lo doy realmente por terminado, siempre existe la posibilidad de continuar o de completar algunos episodios que en un principio parecen estar clavados, pero no resultan satisfactorios cuando los leo de nuevo. También se podría ampliar el texto en una segunda edición, en el caso de que hubiese sido publicado.

 10.- Te pido ahora unas respuestas rápidas

a) Recomiéndanos un libro y el motivo por el que tendríamos que leerlo.
No existe un solo libro, sino los miles de puntos de vista que ofrece la literatura. Lo difícil es encontrarlos. Ya he mencionado algunos. Si hay que elegir uno, mirando en mi biblioteca, me decantaría en este momento por El Desastre Helios, una novela corta de Linda Boström, que algún día trataré de leer a fondo, para traducirla y publicarla en castellano. La autora presenta un tema tabú de una forma novedosa, poco realista, pero muy efectiva, describiendo de paso la forma de mirar y pensar de una pequeña población en el norte de Suecia.

b) ¿Cuál es tu escritor/a favorito/a?
También ha variado con el paso del tiempo. Durante el confinamiento de la primavera de 2020 empecé con Anna Karenina, de León Tolstói, una interesante novela sobre el triunfo de la hipocresía de las parejas felices. Una vez finalizada, pasé a releer las tres grandes obras de Ludmila Ulítskaya (Medea y sus Hijos, El Caso Kukotski y La Carpa Verde), ninguna de ellas traducida al castellano. Francamente no hay ni punto de comparación entre ambos escritores, es mucho más fuerte la prosa y la profundidad psicológica de Ulítskaya, que actualmente es mi favorita. Y es normal que los novelistas actuales, con la ayuda del ordenador, hayan mejorado su capacidad de penetrar en las intimidades del alma humana, con personajes cada vez más complejos. Aunque aún queda mucho campo por recorrer.

c) ¿Qué opinas de los blogs literarios?
Siempre es bueno presentar libros y recibir aportaciones de lectores despiertos, pero pueden ser también herramientas para promocionar obras que no están a la altura en detrimento de otras. Creo que programas culturales como El Ojo Crítico, de Radio Nacional de España, siguen dando mejor cobertura.

d) Un libro que no hayas podido terminar de leer.
El Gran Momento de Mary Tribune, de Juan García Hortelano. El principio de la novela es tan sincero, intenso y fulminante… que pierde chispa a partir de la página 200, lo cual te decepciona y hace perder el interés hasta dejarlo para otra ocasión.

e) Un deseo literario para el próximo año
Seguir escribiendo una hora al día, como ahora.

f) La última cosa que te haya sorprendido tanto que todavía la recuerdes.
La muerte de Lobby, una perra singular de 18 años, el 22 de julio de 2020. Parecía estar hecha polvo a causa de una insuficiencia renal, no comía, apenas se movía. Sin embargo, en el momento de la verdad, al sedarla e inyectarle el veneno, desplegó tanta energía en señal de protesta, que la veterinaria se vio obligada a triplicar la dosis de Dolethal, correspondiente a su peso, para que dejase de sufrir. Lobby demostró así, hasta el final, seguir teniendo unas inmensas ganas de vivir, aunque solo lo hiciese a ratos durante sus últimos años, sobre todo cuando le llevaba a la playa de madrugada.

g) Una canción o cantante que tenga para ti un significado singular
El aria Erbarme dich mein Gott, de La Pasión Según San Mateo de Johann Sebastian Bach, al final de Sacrificio, la  obra póstuma de Andréi Tarkovski. Lo escuché por primera vez en un cine alternativo de Estocolmo a finales de los años 1980. La sala estaba llena y el público percibió la partitura manteniendo un silencio sepulcral, que no dio pie a los habituales aplausos después de terminar la película, a pesar de hacerlo con escenas realmente  impactantes. Pudo más el sonido que la imagen.

h) Las 3 características que debe tener para ti un buen editor/a.
Los buenos editores murieron o se jubilaron anticipadamente a finales del siglo XX, con la competencia provocada por internet. Por otra parte, siempre ha sido uno de los oficios más complejos, basado en pura intuición ante la avalancha de textos que reciben a diario. En todo caso, es necesario leer un libro tres veces antes de poder formarse una opinión y eso requiere tiempo. Una vez seleccionado, hay que hacer todo lo posible por respetar los criterios del autor; no es tu novela, aunque tengas la sartén por el mango, es la suya. Finalmente, la promoción es fundamental, el libro tiene que llegar a todas partes.

 11.- Participas en el Taller de Escritura Creativa de Benicàssim desde hace unos cuantos años. ¿Podrías contarnos qué te aporta y por qué participas en él?
Los primeros años aportó sobre todo nuevas miradas a la literatura y la amistad con un grupo de personas sensibles, más adictas al verso que a la prosa. La mayoría de ellas colaboró en una revista mensual que publicaba un pequeño texto de cada una, que leíamos en alto para un público escaso. Hicimos además pequeñas incursiones en un programa de radio que nadie escuchaba y una improvisada obra de teatro, lo cual generalmente te hace crecer por dentro. Luego se estabilizó el método del taller con Rosario Raro, Verónica y Adela, aunque los participantes iban y venían, yo incluido, pasándole finalmente la dirección a Pedro, que de alguna manera es el que más ha acertado en ese difícil equilibrio entre la teoría y la práctica, con 20 personas tan diferentes tomando parte en una fiesta en el que se viene tanto disfrutar como a aprender a escribir, o a ser mejor persona, y no importa para nada la experiencia que tengas en el campo literario, siempre te emocionas, ya que muchos textos son excelentes, mejores ahora que en la primera etapa. Resumiendo, el taller de escritura de Benicasim se encuentra completamente liberado del mundo del marketing y reúne un grupo de personas con ganas de opinar. Lo único que escasea es juventud, y por eso se agradece las esporádicas visitas de los amigos de Onda. Siempre ha habido buen ambiente y de vez en cuando se escuchan relatos cargados de experiencias personales. Es además una alternativa para escribir, probar textos y poder leerlos ante un público mucho más atento de lo habitual.

12.- Para terminar, me gustaría que definieras una escena lo más cercana posible a tu felicidad.
La felicidad es un mito, una piedra tirada al vacío. Lo importante es mantenerse activo, escuchar cuidadosamente al entorno, amar y conocer, como escribió el poeta friulano:
Solo l’amare, solo il conoscere
conta, non l’aver amato,
non l’aver conosciuto. Dà angoscia
il vivere di un consumato
amore. L’anima non cresce più.

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