https://www.youtube.com/watch?v=bYA81QfWSsw
Siempre que buceo en el mundo musical para buscar el #descubrimientomusicaldelmes,
lo hago en formato placebo. Busco mi radar de novedades y simplemente escucho,
sin saber el nombre del artista ni de la canción y voy filtrando por las
emociones que la música me hace sentir, durante un par de horas.
Una vez he seleccionado la canción que me va a llevar a
escribir el post sobre ella, averiguo quién es el artista y entonces buceo en
su música para ver sus anteriores trabajos y ver si tiene una evolución
coherente.
Este mes, la candidata elegida ha sido Rigoberta Bandini,
alter ego de la artista Paula Ribó (30 años, Barcelona) multifacética y
niña-adolescente hiperactiva y prodigio pues con menos de tres décadas a sus
espaldas, ha compuesto canciones, escrito y dirigido una obra de teatro y
publicado un libro, además de haber hecho doblaje de películas. Todo ello
conforma sin duda lo que para mí es una artista multisensorial que diversifica su
dedicación al arte como lo hacen los verdaderos artistas.
Pero vuelvo a lo que realmente me hizo elegirla como
descubrimiento de este mes, y es su canción, el single que acaba de lanzar en
plataformas de streaming, In Spain we call it Soledad. Una maravilla
que engancha, inquieta y sorprende a partes iguales. Cuando la escuché por
primera vez, su comienzo, hablado, me hizo pensar que estaba ante la típica
canción de una rapera latina pretenciosa. Pero enseguida los tiempos de electro
pop empiezan a acompañar a esa voz modulada con sombra y profundidad, que dista
mucho de la que tiene la artista en sus anteriores singles y que, en mi opinión,
es una parte importante del éxito del actual. Los tiempos pop dan paso a síncopas
de cut & paste y de música más electrónica y entonces comienza el spanglish
que resulta rotundo. Literatura en pequeñas píldoras que conforman un mensaje
que llega. Y es entonces cuando la canción crece y crece hasta el límite de la majestuosidad,
como los grandes hits de Goldfrapp o Roisin Murphy. Combina entonces una
melodía pegadiza, con el estribillo en spanglish y los arreglos electrónicos y
sintéticos que a mí tanto me gustan y que creo van a ser atemporales y es
entonces cuando la canción todavía da un giro más raro y se arranca a decirle
palabras de amor a Mónica Naranjo.
Es una mezcla colosal, perturbadora y fascinante que me ha sorprendido
tanto que aún estoy un poco en shock emocional musical y sin poder parar de
escucharla.
Es una semilla que germinará en un futuro con esta artista
prometedora que es Rigoberta. Para mi lista de “A seguir en el futuro”.
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