Y el hecho, en
sí, no sería noticiable, de no ser por quién es y por la razón, evidente, por la
cual lo va a hacer… ·the fucking money”
No es este post,
a modo de reflexión extemporánea, una crítica a toda esa caterva de jóvenes a
caballo entre los Millenials y la generación Z, que han sabido capitalizar la
necesidad de millones de niños y adolescentes de tener nuevos referentes en las
redes sociales, ni a su vacuo contenido existencial desprovisto, seguramente,
de horizontes de futuro que no estén basados en el puro dinero. Tampoco quiero
hacer demagogia fácil diciendo que son unos niñatos sin principios, superficiales
y efímeros. No.
Mi crítica o mi
acidez en este escrito va a parar justamente a Europa, a la Unión Europea, al
espacio Shenghen, a ese beneplácito territorial que es la sacrosanta Europa en
la que se permite que un pequeño territorio como es Andorra, genere un
diferencial abrumadoramente desleal con los países que tributan y contribuyen
al sostenimiento y desarrollo de la Unión Europea como es España (que,
recuerdo, ya es netamente donante en la actualidad).
Sí, todo ese extenso
número de territorios, Irlanda, Luxemburgo, Liechtenstein, Andorra, Gibraltar,
Isla de Man y por supuesto la estimadísima Suiza. Todos esos países que viven
tan ricamente prostituyendo la homogeneidad de derechos fiscales, promoviendo el
oscurantismo bancario y ayudando al blanqueo de todo tipo de dinero negro a
través de la vieja piel europea con una sonrisa ampliamente extendida de las
autoridades de la Unión Europea que no solo no lo critican y/o sancionan, sino
que, para más Inri, lo aceptan cuando no lo disfrutan ellos mismos.
Paraísos fiscales
oficiales, legales, que desconocen por completo el significado de la palabra
solidaridad. Solidaridad territorial, algo tan necesario en una Europa unida en
la que supuestamente vivimos y que ha ayudado al desarrollo de las zonas más
desfavorecidas durante décadas, como también ha sucedido en España.
“Gracias” a sus
beneficios fiscales de todo tipo, inferior valor del IVA, tipo de tributación
máximo del 10%, exenciones a grandes corporaciones etc… los países que trabajan
por el desarrollo y mantenimiento del bienestar social y del estado del bienestar
tienen sus cuentas detraídas. Millones de euros que podrían utilizarse para la
inversión pública, la ayuda a la dependencia, la mejora en la sanidad, tan
necesaria y prioritaria ahora mismo, o la universalización de la educación digital,
terminan simplemente en los bolsillos de sus dueños para mayor gloria de sí
mismos.
Y además, lo
dicen de forma natural. Hago esto, me voy a vivir a Andorra porque me voy a
ahorrar un pastizal. He llegado a leer que alguno de estos influenciadores
virtuales ha llegado a decir que él ha dado mucho más a España de lo que España
le ha dado a él. Pobrecico mío, ¿qué le vamos a hacer? La arrogancia de la
ignorancia es extensísima y probablemente será imposible explicarle todo lo
que, gracias a nuestros impuestos, sí, a los que me retienen a mí mes sí y mes
también, como es lógico, ha podido vivir, disfrutar y aprender.
Pero bueno, es lo
que hay. Una Unión Europea artificial, en poder de los grandes poderes
fácticos, entre ellos el bancario a quien interesa seguir así, con esas
pequeñas islas de felicidad y free cash para ir juntando allí sus ahorrillos de
todo tipo, sus fortunas de dudoso origen y desde luego fomentando la
desigualdad entre territorios.
Lo más triste es
que, mucho me temo, eso jamás cambiará. Hay demasiado en juego y demasiados interesados
en que las cosas sigan siendo así. Es un escándalo, sí, Gibraltar es un
escándalo, Andorra, quizá algo menor, pero también y así un largo etcétera pero
a ver quién es el político valiente que se atreve a abrir ese melón con
decisión.
Vuelvo al Rubius,
al que, francamente, a pesar de sus millones de seguidores y visualizaciones,
jamás he escuchado ni visto en su canal, y del que sé, mayoritariamente, por lo
que mis hijos comentan de él. Me dirijo a ti, Rubius. Te animo a que des un
paso al frente, como han hecho otros, sigue aquí, en la piel de toro. Uno no es
mejor porque su cuenta bancaria tenga muchas más cifras, sino por lo que sus
acciones enriquezcan su propia persona. Tributa al 45%, sí, paga en España ese
pastizal y piensa que servirá para cualquiera de los cientos de miles de
jóvenes que te ven desde un móvil cuya conexión han de pagar sus padres
matándose en el turno de trabajo que les toque, para que su futuro y su bienestar
mejore.
Y ahora me voy a
ver un video del protagonista de esta crónica que tiene 7,9 millones de
visualizaciones!!! Espero que por lo menos haya animado a los jóvenes a la
lectura! 😊
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Aguardo tus comentarios: