Hoy se cumplen 30 años de la publicación del primer LP de
Fangoria, titulado Salto mortal. Un hito en la carrera musical de
Alaska y Nacho que significó su salto al más absoluto underground, siendo
expulsados por WEA, la compañía discográfica con la que lo publicaron, y que
apenas hizo promoción del mismo y comenzando una década en la que estuvieron
durante mucho tiempo actuando para muy pocas personas y vendiendo poquísimos
discos.
Pero esa transformación y nacimiento de la nueva formación
supuso para muchos de nosotros, sus fans y seguidores, un comienzo, una
evolución lógica en lo musical, habida cuenta de la efervescencia que estaba
produciéndose ya con las raves musicales y la música acid en muchos
lugares del planeta y una liberación de la tiranía de Carlos Berlanga.
Salto Mortal se lanzó al mercado con su primer
single, En mi prisión, en el que Alaska susurraba más que cantaba,
algo por lo que fueron criticados y juzgados como si hubieran perdido por
completo la razón, aunque luego poco tiempo después Madonna lanzara Justify
my love, utilizando la misma técnica y triunfando por todo lo alto.
El single fue censurado en TV porque salía Alaska en
posición pseudo-religiosa (o así se interpretó) con sangre corriendo de sus
muñecas. ¡Qué ironía, cuando a la vez se televisaban programas donde se servían
vísceras y sangre tertuliana sin complejos!
Tampoco se entendió el diseño de la portada, que rompía con
todo lo anterior, apostaba por el diseño geométrico de #Designersrepublic,
un hecho que llevó al disco a estar expuesto en el Victoria & Albert Museum
de Londres nada más y nada menos.
Pero aquí en España, los pacatos escuchantes seguían con los
revival de los 80, las baladitas y los cantantes (de la casa de al lado) que
posaban en actitud casual con una guitarrita.
Fangoria rompió con su historia reciente, renunció a su
comercialidad y su tremendo éxito multiventas y se reinventó en forma de
proyecto electrónico adelantándose diez años a lo que luego vendría.
Hoy, treinta años después, el disco suena igual de bien.
Para mí es atemporal, podría estar producido en cualquiera de las décadas
vividas porque suena actual y moderno. Yo lo sigo escuchando a menudo y creo
que eso continuará siendo así cuando cumpla 60, y 70 y 80…
Lo mejor de Salto mortal no fue la publicación
del mismo, que fue literalmente un salto mortal, sino que supuso el comienzo de
una larga carrera desprejuiciada, sin ninguna nostalgia del pasado ni necesidad
de revisitaciones y con un continuo ímpetu por la innovación y la creación más
moderna y creativa de cada momento.
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