Miró a su derecha y vio, tumbado boca arriba, a un chico muy guapo, con flequillo. Algo delgaducho y muy espigado. Su mente atravesaba un vacío. No tenía ni idea de cómo se llamaba aquel muchacho ni si el hecho de estar a su lado significaba que se había enrollado con él. Se concedió un momento mientras escuchaba, debajo del marasmo de gritos, risas y música, el oleaje con su cadencia rítmica y respiró hondo.
Le vino a la mente un recuerdo, el viaje con sus amigas. ¿El motivo? La despedida de soltera de Carmen, que se casaría en un mes. Pero sus amigas no estaban allí. Entonces recordó la cena con ellas en un restaurante de playa, las risas, las botellas de vino que se bebieron y la fiesta. Ella no era muy de discotecas, pero creyó recordar que la habían convencido porque todas querían entrar en Amnesia, la macro discoteca de Ibiza. ¡Estaba en Ibiza¡ Y ¿qué había pasado después? ¿Había ligado con aquel bombón que tenía al lado? Buscó su móvil anhelando encontrar respuestas, fotos, mensajes de Whatsapp, pero no lo encontró. Rezó para que no lo hubiera perdido, media vida la tenía en él metida. Se fijó de nuevo en la cara del muchacho. Tenía una peca en la mejilla derecha y un hoyuelo en la barbilla. Recordó que fue aquel último detalle anatómico el que le hizo fijarse en él. Contempló su cuerpo, sin camiseta, expuesto al sol y cómo dormía plácidamente y poco a poco se fue encontrando mejor.
A un niño pequeño que jugaba muy cerca se le escapó la pelota y le dio a ella en toda la cabeza. Pensó en devolverle un grito pero se contuvo y le sonrió. Seguía preguntándose por lo sucedido la noche anterior con aquel chico que dormía a su lado. Se fijó atentamente en que tenía cara de crío, casi imberbe, con una bonita nariz y ese flequillo disparado. Recordó que bailaba muy bien. Y entonces regresó a su mente que fue mientras bailaban cuando ella se lanzó y le dijo que le gustaba y que quería pasar la noche con él. Volvió a escuchar al dichoso Raw Alejandro … “esebikinisevefenomenal…”y fue la gota que colmó el vaso de su paciencia. Decidió despertar a su amante efímero y marcharse de aquella playa atestada de gente.
Cuando Álvaro, al fin recordaba su nombre, se despertó le
preguntó qué tal había dormido y al escuchar su respuesta le vino todo de
sopetón a su recuerdo. Aquella voz…aquella mirada de niño… aquel hoyuelo… Había
dejado de ser virgen. Pero no ella, él era quien nunca había estado con una
mujer. Fue ella su primera vez. Su primera y última vez porque el chico era gay
y quiso estar con ella para experimentar con el sexo opuesto.
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