domingo, 20 de febrero de 2022

Los perros del bambú - mi crónica de lectura

 

Comencé la lectura de la nueva novela de Vicente Gascó titulada Los perros del bambú con la curiosidad por estar ambientada en Birmania (la actual Myanmar) un territorio que queda en medio de varios países que visito regularmente, Bangladesh, India y Tailandia. Sin embargo, nunca he tenido ocasión de visitar el lugar donde Vicente ha centrado la historia de su novela y su lectura me ha transportado en un viaje muy interesante.

Se nota que Vicente conoce bien el país, puesto que la preciosidad de detalles con que describe no solo los escenarios, sino también las costumbres, las relaciones humanas, la corrupción y las desigualdades refleja cuán profundo se ha sumergido en su cultura y en su historia.

Los perros del bambú es, desde mi punto de vista, una novela de aventuras con letras mayúsculas. Como las novelas de Salgari, o las que leíamos cuando éramos adolescentes. Tiene todos los elementos que las conforman: Una gran historia personal de su protagonista que viaja de vuelta a su país para buscar a su padre, un escenario espectacular en dos tiempos distintos, el de la revolución de los cuatro ochos en Birmania y el actual en Myanmar, un despliegue placentero de cultura asiática, gastronomía, zoología, costumbres y sorpresas. También muchas curiosidades sobre la forma de pensar de una cultura tan alejada de la nuestra. Y por supuesto la intriga, la tensión narrativa que Vicente sabe destilar muy bien llevando al lector al límite del deseo por continuar leyendo, por saber qué le ocurrirá en el siguiente capítulo a Zaw Zaw, su protagonista.

La novela encierra, como es lógico por una de las épocas que narra, la dureza de la mezcla de budismo y marxismo y la pobreza a la que el régimen birmano sometió al pueblo hasta las revueltas 8888 que, desafortunadamente llevaron a otro golpe de estado que asentó las torturas, las humillaciones sexuales y la falta de libertades hasta bien entrado el siglo XXI.

Es esa una parte de la novela que le otorga profundidad a la caracterización de su protagonista, preso en un campo de concentración un buen número de años y que tiñe de color oscuro buena parte de la narración que acompaña siempre sus andanzas.

He viajado desde mi sillón de lectura a Birmania. He cruzado de Tailandia a Myanmar con sus protagonistas por caminos angostos, luchando con las circunstancias y confiando en que el destino les ayudase en su búsqueda inquebrantable. He sentido sus sentimientos y sufrido sus sufrimientos. Eso es para mí un gran logro de su autor que ha sabido transmitirlo a sus lectores.

Mi enhorabuena a Vicente por esta gran novela.


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