—De verdad, tía, que es lo máximo —dijo Marta segura y convencida mientras se pintaba las uñas de azul eléctrico.
—¿En serio? Pero, ¿dónde está la gracia? Es que no se la encuentro baby.
Arantxa no estaba segura de querer probar esa nueva moda tan freaky que su amiga, que siempre estaba a la última en lo que a retos y challenges varios se refería, le estaba contando.
—Pues mira, tú te preparas por la noche. Te colocas el móvil en una esquina en la que quepa todo el angular de tu habitación, no vaya a ser que no salgas en la grabación y no serviría de nada. Te tienes que tomar la pastilla unas dos horas antes de acostarte, eso te da tiempo suficiente para vestirte, maquillarte, arreglarte bien el pelo y demás, no vaya a ser que salgas hecha un adefesio en el video y finalmente, y eso ya es voluntario, puedes dejar el equipo de música encendido para crear una cierta ambientación. ¡Ah! Y sobre todo, deja las luces de las lámparas, si no, el vídeo sale muy oscuro.
—De verdad, Arantxa que lo estoy flipando contigo, tía. ¿Esto es una ida de olla que se te ha metido estos días o es que has abusado de las pastis y se te ha ido la pinza?
—Jope que no, que mi amiga Candela de San Sebastián y mi amiga Lola de Pamplona ya lo han probado y les ha flipado, guapi. Tenías que haber visto en el vídeo a Azucena, mi amiga de Vitoria, la que se compró el ático en Pintor Rosales. ¿Te acuerdas de ella? La que dejó a su churri porque no se quería depilar.
—Bueno, pues no sé, me parece una gilipuertez pero qué le vamos a hacer. Todo sea por unos cuantos likes más. Venga, esta noche lo haré. No estoy segura de que luego suba el video pero en fin, ya veremos.
—No, no ,no. Tienes que subirlo, si no, no vas a poder unirte a nuestro challenge: #elsonambulismomolacantidubi
—¡Ay qué pesada te pones con los retos y los challenges esos! Que sí, va que lo subiré. Pero, ¿una pregunta? ¿Dónde compro la pastilla esa que me has dicho que te convierte en sonámbula por una noche?
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