José Miguel Martínez
es un ESCRITOR SINGULAR. Tuve el placer de conocerle
en la presentación de mi última novela, Gracias por mirarme a los ojos cuando me
hablas, en el
Taller de Escritura creativa de la UJI, al que Rosario Raro, profesora del
mismo, me invitó para charlar con sus alumnos.
Siempre
me fascina cuando descubro un escritor o escritora que ha aterrizado en el
mundo literario procedente de una disciplina muy distinta. El caso de José Miguel
es especialmente significativo, porque ha sido campeón de España de salto con
pértiga en cuatro ocasiones e internacional con la selección de atletismo. Ahí
es nada. Pero además, José Miguel se ha cultivado en campos tan interesantes
como el Biomagnetismo, la Kinesiología y sobre todo la Educación Emocional,
campo en el que milita en la actualidad y que a mí me está resultando muy
inspirador en esta etapa de mi vida.
Por
supuesto que José Miguel es entrevistado en esta sección por su actividad
literaria, aunque su “background” (permitidme el palabro) le dota sin ninguna
duda de una materia prima para la creación y la imaginación muy nutritiva.
Dentro
de su creación y publicación literaria hay ya dos novelas: Caminos Paralelos (de próxima lectura en mi
pila de libros) y Amarillo sobre negro.
Además
de todo ello, podéis seguir su trayectoria en su página web: www.josemiguelmartinez.net
En
esta ocasión José Miguel ha escrito un relato de título más que sugestivo
(anuncio ya de lo que os decía más arriba sobre su creatividad), a ver qué os
parece.
Y para que conozcáis un poquito más a su autor, una breve
entrevista a continuación.
Los Rolling
me sacan la lengua a mí
Parecía
imposible, pero seguía viva. La rescaté en el último momento, cuando la
esperanza ya parecía una utopía. Lo recuerdo como si fuera ayer.
¡Qué
coño! Es que fue ayer. Me acuerdo de que miré a Susana con odio. Había tirado
mi camiseta favorita «por error». En respuesta, al recoger la ropa del tendedero dejé su blusa blanca,
esa que le queda tan bien y le realza… ya me entendéis… «también por un
descuido», sobre una mancha de caldo medio reseco que había en el banco de la
cocina.
—¡Uy! Lo siento. Qué torpe soy.
—Lo has hecho a propósito —se quejó.
—¿Cómo puedes pensar que trataría de vengarme de ti por
deshacerte de mi camiseta de «Los Rolling» como si fuera un accidente…? Otro
más, qué casualidad, como en el que se te voló del tendedero mi pijama; ese tan
cómodo, lleno de rotos recosidos, que me regaló mi madre cuando tenía quince
años y con el que parecía que mi cuerpo flotara entre las nubes cuando me metía
bajo las sábanas. ¿De verdad me consideras tan mezquino para hacerle eso a la
persona con la que he decidido compartir mi vida?
—Pero, ¿cómo puedes ser tan cínico?
—Encima soy un cínico… Yo pensaba que al menos sería un ocho
y medio o un nueve.
—Y gilipollas. Lo tienes todo. Ya te he dicho que no he sido
yo; que nada tengo que ver.
Y era cierto; lo recordé todo justo entonces, mientras abría
los ojos como platos. Como siempre estoy en mis mundos, cuando me duché y
recogí la ropa sucia del baño, me equivoqué de cubo y acabó en el de la basura.
No le repliqué. Sí, tenía razón: era «un gilipollas integral».
ENTREVISTA SINGULAR
1.- ¿Cuál es el principal motivo que te empuja a escribir? ¿Recuerdas
cuál fue la primera vez que comenzaste algún texto? ¿Lo guardas todavía? ¿Te
atreverías a publicarlo a modo de relato?
Tras leer el Código da Vinci,
me suscitó bastante curiosidad la Jerusalén del siglo I, y la vida de Jesús
desde un punto de vista histórico, en particular. Recordé otras lecturas, como
Caballo de Troya, que me fascinó, y quise investigar sobre el tema para poder
hacer yo una novela al respecto (es lo que se llevaba entonces). Recuerdo que
leí muchos ensayos y recopilé mucha información. Incluso llegué a escribir unas
setenta páginas, que aún conservo, pero el argumento no terminó de gestarse con
éxito y se quedó todo en agua de borrajas. Esto sería en torno al año 2004.
2.- Imagina que tuvieras la posibilidad de publicar un libro con una
editorial de tirada nacional y tuvieses libertad para elegir el género y la
temática. ¿Cuáles serían y por qué?
He escrito tres novelas (la
última está todavía en revisión), y son cada una de ellas hijas de una madre,
aunque del mismo padre. No tienen nada que ver, además de que los argumentos
suelen ser bastante peculiares y poco convencionales, por lo que me resulta
complicado decantarme por un tema en concreto. De hecho, han ido saliendo,
estos temas, por pura necesidad mía de hablar sobre ellos. A día de hoy no sé
cuál será mi próxima necesidad. El día que se presente, la miraré a los ojos y
le preguntaré si me deja que la plasme, negro sobre blanco.
3.- Te pido que seas tu crítico/a más duro/a. Dinos qué se te da peor a
la hora de escribir y cómo intentas resolverlo.
A veces me cuesta no dar todos
los datos al lector; es decir, tal vez dé demasiadas explicaciones. Debo poner
atención en dejar pie a su imaginación y que sean él o ella los que tengan que encajar
las piezas como mejor convenga para que lo que hayan leído tenga un sentido
subjetivo, aunque pueda no coincidir con el que he querido transmitir.
La forma de solucionarlo, para
mí es ir releyendo lo que escribo muchas veces y también tomar notas de las
referencias que me dé el lector 0.
4.- ¿Cómo sería tu presentación ideal de un libro? Quiero decir, qué
elementos tendría que tener para que resultase interesante, amena y
entretenida.
Lo primero, me gustaría que
asistiera mucha gente, como es normal. Por otra parte, tengo la necesidad de
crear en los asistentes la controversia, tocarles por dentro y proponerles
situaciones que nunca se hayan planteado y que tengan relación con el libro, a
las que tengan la urgente necesidad de dar solución. Pienso que solo desde esa
necesidad puedes captar su atención plena para que abran tu libro y tengan
ganas de devorarlo… Que es de lo que se trata, ¿no?
La clave para esto, siempre es
ponerlos frente a sus necesidades más profundas, que siempre son inconscientes,
para que las miren a los ojos y se vean tentados a actuar.
5.- Hoy en día el número de publicaciones es enorme. Tanto digital como
en papel, resulta muy difícil elegir qué leer ya que normalmente nuestro tiempo
de lectura es limitado. En tu caso, ¿cuál es el criterio que sigues para la
elección de una próxima lectura?
Me paseo por los escaparates, tanto
reales como virtuales, y dejo que el libro me escoja a mí. Es la portada, es el
título, es la sinopsis, es mi situación en ese momento… lo que provoca ese
estado de conexión que me lleva a poner en manos de mis sensaciones la
elección. Una vez escogido el libro, no lo discuto.
6.- Vivimos en el mundo de la
hiper conexión. ¿Utilizas las redes sociales? Cuáles son las que te parecen más
interesantes y por qué.
Utilizo Facebook, Instagram y
un poco Twitter, pero no creo que sepa sacarles todo el partido que debiera. Y
eso que las considero muy importantes. Tengo además una página web personal,
donde hablo de diferentes temas, incluidas mis novelas: josemiguelmartinez.net
7.- ¿Cómo te calificarías como lector/a? ¿Qué géneros te gustan? Y ¿en
qué momentos disfrutas de la lectura?
No soy un lector empedernido,
pero necesito leer todos los días. Dedico aproximadamente una hora al día, sobre
todo por la noche, cuando me voy a la cama. Sí que es cierto que, pese a no
devorar una gran cantidad de libros, integro bastante bien toda la información
que me transmiten. Leo desde ensayos (física cuántica, espiritualidad,
educación emocional, biología y medicina) hasta novelas de todo tipo (desde
históricas hasta de fantasía o novela negra).
8.- ¿Cuál es tu secuencia a la hora de estructurar una novela, o el
género que escribas? Me refiero a cuál es la cadencia de creación: ¿Primero los
personajes, o el conflicto principal, o el final, o cómo lo acometes?
Primero tengo que sentir la
necesidad de escribir sobre un tema (por ejemplo, en mi última novela voy a
hablar sobre la consciencia y sobre la muerte). Después dejo que me llegue una
historia, una forma atractiva de poder plasmar eso que quiero contar
(consciencia y muerte); algo genérico, tampoco muy concreto. Una vez está esa
historia en mi cabeza, la plasmo por escrito en una serie de puntos (con unos
objetivos), en los que la disecciono. Es ese propio esbozo el que demanda unos
personajes para poder hacer realidad lo que quiero contar. Dejo que vayan
brotando con calma, nunca precipito nada. La historia siempre nace de dentro de
ti, y el síndrome del folio en blanco, para mí no es otra cosa que no dejar un
espacio vacío para que se vaya llenando con la historia, sino precipitarla, ir
a buscarla en vez de esperarla, y no respetar su velocidad de gestación.
Una vez hecha la escaleta me
pongo a escribir, dejando que me brote desde dentro la historia de una manera
flexible y que vaya plasmándose a su ritmo, con total libertad. Es ella la que
marca las pautas, con este esqueleto que he dibujado previamente como único
punto de referencia. Muchas veces, el resultado final no es el que pretendía en
un principio, pero, si está ahí, es porque me gusta.
De alguna forma, es la
historia la que te elige a ti.
9.- Me gustaría que definieses ese momento en el que das por finalizado
un libro. El momento final, cuando recibes las galeradas y les das el último
ok.
Es una sensación de
realización personal, de dicha y de satisfacción que redunda en paz interna.
Aunque también se genera en ese momento una ansiedad ante el próximo proyecto.
¿Cuál será? ¿De qué tratará? Es muy importante, justo entonces, no desesperarse
y dejar ese espacio vacío del que hablaba para que la vida vaya poniendo dentro
de ti, cuando sea el momento, esa semilla de la que crecerán otras historias
que contar. No hay que tener prisa.
10.- Te pido ahora unas respuestas rápidas
a) Recomiéndanos un libro y el motivo por el que tendríamos que leerlo.
El conde de Montecristo (Alejandro Dumas).
Para mí lo tiene todo. Es una clara muestra del “periplo del héroe”. Una
historia trepidante, emotiva, bien ambientada, y que muestra un claro ejemplo
de superación y evolución personal. Además de concienciarnos sobre la
plasticidad de los resultados que buscamos, que van cambiando conforme andamos
el camino de la vida.
b) ¿Cuál es tu escritor/a favorito/a?
No me decanto por ninguno en concreto. Soy
más de libros y de los momentos de inspiración que los parieron, que de
escritores.
c) ¿Qué opinas de los blogs literarios?
Son necesarios y ayudan al que los crea a
expresarse y al que los lee a tener referencias. Son parte del tejido que forma
todo este mundo de la literatura, y que lo enriquecen.
d) Un libro que no hayas podido terminar de leer.
Me van a matar, pero Los pilares de la
tierra… Creo que no lo cogí en el mejor momento. Tendré que darle otra
oportunidad.
e) Un deseo literario para el próximo año
Que la novela que está a punto de salir del
horno triunfe.
f) La última cosa que te haya sorprendido tanto que todavía la
recuerdes.
Que la ciencia haya demostrado que la muerte
no existe (eso fue el detonante para escribir mi última novela, la que está en
el horno).
g) Una canción o cantante que tenga para ti un significado singular
Brothers in arms, de Dire Straits, con la
compañía de Eric Clapton. Concretamente la versión del homenaje a Nelson
Mandela, en 1988. Sencillamente brutal. Pura conexión de Mark Knopfler.
h) Las 3 características que debe tener para ti un buen editor/a.
Que no trate de aprovecharse de mi trabajo.
Es decir: que si hay ganancias las pueda disfrutar él también, pero si hay
pérdidas que no las sufra solo yo.
Que tenga claros los pasos a seguir para
que, tanto su inversión como la mía, salga adelante con los mejores resultados.
Que seamos un equipo. Esto es cuestión de
remar entre todos en la misma dirección.
11.- Tu última novela se titula Caminos Paralelos. ¿Nos
podrías contar un poquito cómo se gestó tu idea de esta novela?
Surgió de la necesidad de
plasmar todo lo que he aprendido sobre educación emocional y sobre cómo
funciona el inconsciente, de manos de Jaume Campos. Con él me he dado cuenta de
que la realidad siempre supera con creces a las películas de Almodóvar. Las
vidas de las personas son realmente apasionantes.
12.- Para terminar, me gustaría que definieras una escena lo más
cercana posible a tu felicidad.
Perdido en la montaña, junto a
un río, solo (o con buena compañía).
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