Comienzo esta crónica diciendo que soy un lector
incondicional de Julia Navarro desde que la descubrí con La Biblia de Barro,
recomendada por un colega, un descubrimiento que me dejó impactado. Desde
entonces he leído todas sus novelas y sigo pensando que es una de las mejores
escritoras españolas.
Tú no matarás tiene todos los elementos que me gustan
en una novela:
Una historia contada en “passing
time”, o sea, acompañando el transcurrir del tiempo, en algunos momentos en
riguroso directo, sufriendo la tempestad en el barco Esperanza del Mar, en otros
a distancia, cuando narra el devenir de los acontecimientos en la II Guerra
Mundial y sobre todo el paso del tiempo en los personajes y su evolución
personal y familiar.
La presencia importante de
cartas, llenas de emoción y transcendencia. ¡Qué pena que ya no se escriban
cartas!
Un trasfondo sociológico e histórico
que siempre dota a las novelas de Julia Navarro de una enorme credibilidad,
además de ofrecer al lector mucho que aprender sobre esa historia.
Y por supuesto, Alejandría, una ciudad a la que viajo muy a menudo y que tiene un encanto innegable.
Leer una novela de Julia Navarro es siempre emprender un viaje, introducirte en la historia y desear que llegue tu tiempo libre para hincarle el diente a esas abundantes páginas que suelen construir sus publicaciones. Tú no matarás me ha reconciliado con la lectura en 2020. Llevaba las últimas cinco novelas leídas que me tenían un poco apático, pero con ésta he vuelto a disfrutar con mayúsculas. Es lo que me pasa cuando leo otras autoras, como Kate Morton o Rosario Raro.
Leer una novela de Julia Navarro es siempre emprender un viaje, introducirte en la historia y desear que llegue tu tiempo libre para hincarle el diente a esas abundantes páginas que suelen construir sus publicaciones. Tú no matarás me ha reconciliado con la lectura en 2020. Llevaba las últimas cinco novelas leídas que me tenían un poco apático, pero con ésta he vuelto a disfrutar con mayúsculas. Es lo que me pasa cuando leo otras autoras, como Kate Morton o Rosario Raro.
Sin embargo, quiero hacer también algo de crítica a esta
novela.
En primer lugar, el personaje de
Marvin me parece que se ha estirado hasta un extremo excesivo. Ese
empecinamiento suyo por no querer hablar con Catalina creo que llega un momento
en que ya no tiene justificación, más allá de una pura chiquillada. Y eso me
chirrió mucho.
La propia Catalina y su empeño en
perseguirle a él, lo mismo.
Creo también que las primeras 300
páginas podrían reducirse sensiblemente. Es decir hay mucha argumentación en
círculo que para mi gusto se podría haber reducido en muchas páginas, contando
casi lo mismo.
Y finamente, Benjamin Wilson.
Otro personaje ambiguo en mi opinión. A uno le queda la duda al final si es un
tipo altruista o especulador… quizá ha sido mi lectura y para otros lectores
pueda esto quedar mucho más claro.
Y mi crítica final es sobre la edición. Soy muy respetuoso
con todas las ediciones porque sé lo que cuesta la revisión de los textos, pero
en una gran editorial como es Plaza y Janés, a un volumen de casi 1000 páginas no
le podemos pasar que haya faltas de ortografía u/o tipografía. Hasta 5 he
encontrado yo (os copio algunas para que juzguéis vosotros mismos)
Como veis, en esta crónica de lectura he sido (por primera
vez) más ácido que en todas las anteriores. Lo he hecho porque soy un
incondicional de Julia Navarro, porque la novela en sí me ha encantado (no
diría que es su mejor novela, para mí es Dispara, yo ya estoy muerto), y
porque en cualquier caso llevar a cabo la escritura de semejante volumen
novelado e histórico es para mí una proeza.
¡Os la recomiendo sin duda!
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