Escritores singulares - Nieves Gracia
Nunca he podido con ella. Siempre me ha superado anulando mi
raciocinio y mi razonamiento. Es la muerte. Esa maldita fuerza perenne y
poderosa contra la que siempre perdemos, que me ha llamado porque, una vez más,
ha vencido a un ser querido. Sé quién es. Lo he soñado y llorado en el mundo
onírico de la duermevela. En él me he despedido de ella, le he deseado buen
viaje, y le he dado las gracias por tanta complicidad, por su risa contagiosa,
por su camaradería, por su brío y desparpajo, por ser la salsa de las
reuniones, por su tono de voz fuerte, por su seguridad y su transparencia, pero
sobre todo por su cariño, unido a la tierra que nos vio nacer, nuestra Zaragoza
querida.
Hoy un soplo de Cierzo mágico se ha llevado a Nieves al
limbo de las almas buenas. Desde allí, estoy seguro de que comenzará un largo
viaje, para poblar de risas y relatos otros mundos, para cubrir de cariño y
generosidad otras tierras, para sentir otros vientos. Y ese mismo Cierzo,
enérgico y poderoso, como es ella, nos traerá de tanto en tanto su recuerdo, su
mensaje y su querer, para que sepamos que se acuerda de nosotros, de este
taller de escritura que se siente, una vez más, huérfano.
La Gran Jota de la Dolores nos hizo llorar a los dos,
por la emoción que sentimos cuando la música de nuestra tierra querida penetra
por nuestros poros, por las sensaciones que compartimos por pertenecer a un
lugar, a una tierra común. Yo me aferro a ese llanto, porque no es un llanto de
tristeza, sino de plenitud y lo comparto mientras te despido.
Te veo, Nieves, te veo en mi recuerdo y no puedo más que
sonreír. Te veo y escucho esa risa contagiosa y desenfrenada que siempre nos
regalabas. Te veo y se que vas a colorear el espacio y a tejer un camino de verdad
para otros que tarde o temprano te seguiremos y espero que allá donde llegues
te acuerdes un poquito de nosotros y los buenos momentos compartidos.
Yo me quedo con tu risa. Me quedo con tu voz llamándome “mi
paisanico” y no quiero que la pena me lance a ese barranco de la tristeza. Quiero
mirarte y reír, porque tú siempre lo conseguiste conmigo.
Buen viaje y que el soplo de Cierzo mágico te meza en el
largo viaje.
Muy bonito Fran ❤️
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