David Vivancos es un ESCRITOR
SINGULAR. Coincidí con
él en la VII Microquedada relatista de Valencia, donde un numeroso grupo de
escritores nos reunimos un fin de semana para hablar de lo nuestro, de los
relatos y la literatura en general. David acaba de publicar su nuevo libro de
cuentos sobre el ajedrez, que es su mundo. Se titula Veinticuatro miniaturas rusas, con la editorial colombiana Caballito de
acero, que recomienda a todos aquellos a quienes quieran jugarse la vida en un
tablero y quieran sentir cómo es la vida a través de un jaque mate. Todo un
reto, sin duda.
Me gusta sobre todo de David su inmediatez y sinceridad. Su tranquilidad
al explicar que para él escribir no es “una necesidad” ni ninguna otra de las
intensidades que algun@s escritor@s suelen mencionar como absoluta necesidad
para no morir en su día a día. O sea, simplemente escribe por el puro placer de
hacerlo, por divertirse, por hacer algo que le gusta como un simple pasatiempo,
sin mayor pretensión que la de que le guste a quien le pueda llegar su
literatura.
Eso sí es sinceridad, tan falta en el mundo editorial y literario hoy en
día.
Además de Veinticuatro miniaturas rusas ha publicado otros dos volúmenes
más en torno al mundo del ajedrez,
Mate en treinta, en 2004, y Las jugadas intermedias, en 2015.
En esta ocasión y a partir de la
frase que le planteé, David ha construido un microrrelato como él, directo,
inmediato y de ajedrez. Leedlo, es uno de los pequeños placeres que os podéis
regalar hoy.
Y para que conozcáis un poquito
más a su autor, una breve entrevista a continuación.
SIMETRÍA DE LA SEDUCCIÓN
No
le gustaba nada el ajedrez, pero hizo un enorme esfuerzo por agradarle y
adelantó, con un entusiasmo simulado, el peón blanco de rey. Él estaba arrepentido
de haber aparentado ante ella un interés desmedido por ese juego presuntuoso,
pero hizo un enorme esfuerzo por agradarle y movió, con una sonrisa falsa, el
peón negro de rey.
ENTREVISTA SINGULAR
1.- ¿Cuál es el principal motivo que te empuja a escribir?
¿Recuerdas cuál fue la primera vez que comenzaste algún texto? ¿Lo guardas
todavía? ¿Te atreverías a publicarlo a modo de relato?
Mi motivación principal para escribir, como para
tantas otras cosas en esta vida, es pasármelo bien. Tan egoísta y tan poco
trascendente como pueda sonar eso. Mi intención también es, entiéndaseme, que
quien pueda acabar leyendo lo escrito igualmente lo pase bien. Todo, en
definitiva, muy lúdico. Si alguien puede sacar alguna enseñanza de lo que
cuento, mejor, claro está, pero ese no es, ni mucho menos, mi objetivo primordial.
Empecé tarde: a pesar de que en el colegio ya había escrito alguna cosa,
recuerdo como los primeros unos cuentos macabros muy cortos que escribí ya
madurito, al empezar la universidad. Rondarían la docena, de una cara de folio
de extensión. Alguno, debidamente corregido, consiguió ver la luz mucho
después.
2.- Imagina que tuvieras la posibilidad de publicar un libro
con una editorial de tirada nacional y tuvieses libertad para elegir el género
y la temática. ¿Cuáles serían y por qué?
Si bien los microrrelatos me han proporcionado (y
espero que me sigan proporcionando) muchas alegrías, me gustaría publicar un
día un libro de cuentos. Los libros de cuentos que he publicado hasta ahora, de
una extensión más o menos estándar, han girado siempre alrededor de un tema tan
concreto como el ajedrez. Querría ir más allá y, por ello, me encantaría poder
publicar un volumen que recopilara algunos de los cuentos que tengo escritos
desde hace un tiempo sobre temas diversos.
3.- Te pido que seas tu crítico/a más duro/a. Dinos qué se
te da peor a la hora de escribir y cómo intentas resolverlo.
Quizás lo que los plastas denominan desnudar el alma.
No es que se me dé mejor o peor, es que, directamente, evito la referencia
personal, el ahondamiento en la experiencia vital propia, porque desconfío en
la escritura como catarsis y todas esas historias. Dejo a los demás el abordar
la entraña. Insisto en mi papel, más racional, más quirúrgico, de paladín de la
literatura como pasatiempo. Más o menos elevado, eso da para una discusión
paralela, pero pasatiempo, al fin.
4.- ¿Cómo sería tu presentación ideal de un libro? Quiero
decir, qué elementos tendría que tener para que resultase interesante, amena y
entretenida.
Para mí, la presentación ideal es aquella en la que se
consigue una total comunión entre presentador, autor y público. Pero sin
artificios. No creo demasiado en las presentaciones con actores representando los
textos, con músicos de apoyo o con máscaras y disfraces. Me ponen, incluso,
nervioso. Esa comunión de la que yo hablo se consigue únicamente con la
palabra: los presentes han de compartir un común sentido del humor, unos
intereses y unos gustos parecidos, una forma similar de entender la literatura.
Deben interrumpirse los unos a los otros, han de saltarse los turnos de
palabra, derivar todo en una charla entre amigos, en una mesa redonda o algo
parecido. Reconozco que es algo difícil de conseguir.
5.- Hoy en día el número de publicaciones es enorme. Tanto
digital como en papel, resulta muy difícil elegir qué leer ya que normalmente
nuestro tiempo de lectura es limitado. En tu caso, ¿cuál es el criterio que
sigues para la elección de una próxima lectura?
Si me gusta un autor, acostumbro a rastrear su obra,
en busca de nuevos títulos que leer. Puedo haber llegado hasta ellos de muy
variadas formas, pero suelo fiarme bastante de las recomendaciones de tres o
cuatro lectores avezados y de confianza, conocedores de mis preferencias, que
acostumbran a sugerirme autores y títulos de manera, por lo general, muy
acertada.
6.- Vivimos en el mundo de la hiper conexión. ¿Utilizas las
redes sociales? Cuáles son las que te parecen más interesantes y por qué.
Soy usuario muy activo de Facebook y actualizo mi
perfil a diario. No me ha interesado conocer el resto de redes sociales y, por
tanto, no puedo opinar sobre ellas, ni siquiera compararlas entre sí. Suficiente
tiempo le dedico a Facebook como para preocuparme por las demás.
7.- ¿Cómo te calificarías como lector/a? ¿Qué géneros te
gustan? Y ¿en qué momentos disfrutas de la lectura?
Yo fui un lector compulsivo, que cruzaba los semáforos
con el libro abierto ante los ojos. La cosa ha cambiado, para bien o para mal, y
los libros me duran bastante más. Leo mucho en el transporte público. Disfruto
sobre todo con la lectura de cuentos y novelas más bien realistas o con evidentes
pinceladas de humor. Tampoco le hago ascos a la novela histórica, siempre que
no haya templarios o Santos Griales de por medio, que ni son históricas, ni son
nada. También leo, cómo no, microrrelatos y toda ficción que caiga en mis manos
y que tenga que ver con el ajedrez. Luego te cuento el porqué.
8.- ¿Cuál es tu secuencia a la hora de estructurar una
novela, o el género que escribas? Me refiero a cuál es la cadencia de creación:
¿Primero los personajes, o el conflicto principal, o el final, o cómo lo
acometes?
Desde luego, yo trabajo siempre con el conflicto
principal, con la peripecia que quiero contar. Esa diferenciación que
estableces (personajes, conflicto, final) funciona muy bien, imagino, con la
novela, pero con los cuentos breves y con el microrrelato… me parece a mí que
no tanto. En el caso del microrrelato, por ejemplo, apenas puedes trabajar los
personajes. De hecho, en muchas ocasiones ni siquiera están presentes, por lo
que ha de ser el lector quien los dote de personalidad. Si quiere, porque
tampoco es imprescindible. En muy raras ocasiones he trabajado a partir de un
final, aunque no me quejo de los resultados obtenidos cuando he tenido que
hacerlo.
9.- Me gustaría que definieses ese momento en el que das por
finalizado un libro. El momento final, cuando recibes las galeradas y les das
el último ok.
No es un momento especialmente emocionante, ni nada
parecido. La revisión de las galeradas, para mí, es una fase más del proceso:
ideas la historia, la escribes, la corriges, la vuelves a corregir, revisas las
sugerencias del editor y corriges de nuevo. Entonces, te llegan las galeradas
y, como dices, le das el último ok después de corregir un poquito más. No tiene
mayor significado. La sensación de plenitud no se alcanza, pienso, con el visto
bueno a las galeradas, sino cuando llega por correo (o por mensajero) una caja
de cartón llena de ejemplares de tu último libro.
10.- Te pido ahora unas respuestas rápidas
a) Recomiéndanos un libro y el
motivo por el que tendríamos que leerlo.
Cualquier novela de John
Fante. Recomiendo empezar por La hermandad de la uva o Llenos de vida. Me
gustan esos personajes golpeados por la vida; la mordacidad de esos
italoamericanos que se mueven entre la tradición siciliana y el deseo de
prosperar en la moderna sociedad norteamericana; la frescura en los diálogos y
en el modo de contar.
b) ¿Cuál es tu escritor/a
favorito/a?
John Fante. Obvio.
c) ¿Qué opinas de los blogs
literarios?
No los sigo tanto como
debiera. Me parece que siguen siendo muy valiosos a la hora de dar a conocer
trabajos interesantes de autores poco conocidos. Los que abordan las novedades
de las grandes editoriales me interesan más bien poco.
d) Un libro que no hayas podido
terminar de leer.
Acostumbro a terminar toda
lectura que comienzo. Por acabar, he acabado hasta Las memorias de Adriano.
Hasta Rayuela, imagina.
e) Un deseo literario para el
próximo año.
El Nobel para Juan Marsé o
para Eduardo Mendoza.
f) La última cosa que te haya
sorprendido tanto que todavía la recuerdes.
El lateral izquierdo del
Júpiter está actuando como monologuista en un teatro de Barcelona, ¿qué te
parece?
g) Una canción o cantante que
tenga para ti un significado singular
The Pogues, en general, y
Shane MacGowan, en particular.
h) Las 3 características que debe
tener para ti un buen editor/a.
Que tenga en cuenta la
opinión del autor en la edición de la obra; que no solo se vuelque en la
edición de un texto sino también en su difusión y distribución; y que responda
a los autores cuyos manuscritos haya rechazado.
11.- Tu último libro de cuentos publicados se titula Veinticuatro
miniaturas rusas. ¿Nos podrías contar un poquito cómo se gestó tu idea
de este libro?
Ya había publicado con anterioridad dos libros de
cuentos de ajedrez: Mate en treinta, en 2004, y Las jugadas intermedias, en
2015. La editorial colombiana Caballito de Acero me planteó la posibilidad de
reunir en un nuevo volumen los cuentos que había ido escribiendo desde la
publicación de Las jugadas intermedias y no me lo pensé dos veces. Hace más de
tres décadas que soy jugador federado y el ajedrez es un tema que conozco en
profundidad y que da para bastante más de lo que, en general, se acostumbra a creer.
Da, incluso, para contar historias muy divertidas.
12.- Para terminar, me gustaría que definieras una escena lo
más cercana posible a tu felicidad.
Estoy en la terraza de mi bar de toda la vida. En
buena compañía y sin ninguna preocupación. Me sirven lo que quiero sin
necesidad de tener que pedirlo. Suena, de fondo, música de gaita. Carlos Núñez,
por ejemplo. Soy feliz.
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