Cualquiera de esas tres denominaciones responde a mi
afirmación inicial.
Héroe llegó a mis manos a modo de regalo, por
mi 50 cumpleaños, con el aliciente de que me ayudase a iniciar el viaje del
Héroe, como invita su autora, una vez rebasado el medio siglo, cifra imponente
y rotunda.
Y su lectura comenzó con la suspicacia y el descreimiento de
mi prejuicio hacia este tipo de libros y a esta serie (El secreto, La magia, El
poder, Héroe) que ha sido lanzada al mercado en forma de preciosidad literaria,
cuidando al máximo las ediciones, los detalles de sus páginas y texturas,
llegando a impactar (y quien sabe si a importar) más que el propio texto de los
libros.
Héroe comienza con una frase rotunda: “He
aquí una prueba para saber si tu misión en la Tierra ha concluido. Si estás
vivo es que no”. Pues heme aquí buscando la mía… Luego está dividido en
cuatro partes: El sueño, El héroe, La búsqueda y La victoria, de las que
quizá a la que más chicha le he encontrado es a la tercera. Perlado de testimonios de 12 celebridades que han triunfado en la vida y en los negocios desde
posiciones de partida alejadísimas de la suyas actuales, todas ellas parecen
querer indicar que querer es poder. Desde luego, para ellos así ha sido, aunque
yo estoy convencido de que esa frase habría que adornarla con alguna que otra
aseveración adicional tipo: Querer es poder con una pizca de suerte, un poco de
estar en el momento adecuado en el lugar preciso , por ejemplo. Y sin duda, los
doce testimonios son motivadores y probablemente empoderizantes, aunque en mi
caso personal tiendo a huir de todos los extremos absolutos, tipo: Tener un
sueño y jamás bajo ningún concepto abandonarlo y luchar por él aunque te cueste
la vida, y tal y tal.
En definitiva, el libro, más bien debería decir, el mensaje
del libro, me parece un producto de marketing muy bien vendido, dirigido a la
sociedad actual hipertrofiada por la superficialidad, la comercialidad y el
postureo de las redes sociales, así como por el salvajismo del capitalismo e
individualismo rampantes en que vivimos.
Más allá de ello, y de su lectura, obviamente, yo creo en
mí, sé que tengo algo especial en la medida que no hay ninguna otra persona
exactamente igual a mí (válgame Dios) y por supuesto tengo tenacidad y
paciencia para luchar por aquello en lo que creo y no desfallecer en el camino
si realmente valoro que merece la pena. Postulados obvios de cualquier persona
que quiere tener una vida plena, prosperar, ayudar a los demás y alejarse de
los problemas, y para ello no es necesario que ningún gurú de la India o de “yankilandia”
como yo suelo llamar “cariñosamente” a Estados Unidos nos lo tenga que venir a
decir.
No sé cuál será la siguiente perla en la serie de libros,
después de Héroe, pero no tengo ninguna duda de que habrá unas cuantas más, que
yo desconoceré por completo, para mayor gloria de mi héroe interior.
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