A veces lo hago. Elijo un libro simplemente por su título o por su portada. Porque creo que es algo fundamental, además (obviamente) de su contenido. Cut and Roll. Track 0 >play. No es Michael Jackson, es una canción de Prince… me sedujo desde que lo leí en su portada.
Entonces leí también que su autor era Óscar Gual, a quien
había entrevistado para las Entrevistas Singulares y que la editorial se llamaba
DVD Ediciones narrativa. Ese libro estaba escrito para un lector como yo.
Y entonces comenzó una aventura sorprendente. Primero no
entendí muy bien su estructura. Llegué a creer que era un libro de relatos. Su
lenguaje es rico, inteligente, motivador e inspirador. Óscar establece
comparaciones, elabora argumentos y realiza descripciones que me dejan perplejo
con su mezcla de maestría y originalidad. La historia por supuesto es más que original.
Yo diría que es singular. Y es que el hecho de que cada capítulo dedicado a la
recolección de un órgano por parte de su protagonista Joel hable de un tema de
la vida, transcendente en unos casos, insustancial en otros, creativo en los
más, es de una genialidad envidiable.
Cut and Roll me pareció, ya adentrado en su lectura como ese
comentario que tan fácilmente se regala sin pensar lo que se está diciendo… “es
como una película de Tarantino” (justamente que hoy ha ganado el Globo de oro
por una película que a mí no me gustó nada…) pero es que a mí Tarantino no me
gusta nada… y entonces seguí leyendo y me di cuenta de que no, de que Cut and
Roll es mucho más. Es una mezcla de costumbrismo con misterio, actitud gore y
fascinación musical. Es un algo inclasificable que tiene estructura de DVD
musical, que tiene como eje la genialidad de su autor y que me ha parecido un
enorme descubrimiento en este comienzo de mis crónicas de lectura de 2020.
Enhorabuena, Óscar, me has dejado ojiplático con tu primera
novela.
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