Tú me mataste
Con tu mirada azul
Con tu sonrisa eterna
Con tu elegante pose y tu obsesiva entrega.
Prisionero de ti
De tu subyugante estela
Deshago mi margarita mientras mi avatar despierta.
Seguro de tu olvido
De tu malestar y afrenta
Te fuiste pronto
Te marchaste entera.
Aunque para mí estuviste muy cerca de mi arboleda
Y cuando te recuerdo firme
Cuando te dibujo escueta
Pinto tu mirada suave, inquieta.
La pinto porque te anhelo
Porque te recuerdo, enhiesta
Rodeada de estrellitas
De amor repleta
Y aunque sé que marchaste
Sin pudor ni espera
No puedo más que sentirlo
Que tú me mataste, eterna.
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