jueves, 16 de diciembre de 2021

EXPO 58 - mi crónica de lectura

 

Volver a leer una novela de Jonathan Coe, esta es la tercera que leo, es como respirar aire puro en una montaña. Quiero decir que la historia entra dentro de uno como lector de forma tan natural que es una delicia sensorial y se aleja del acto físico de leer.

Expo 58 es una novela fantástica, costumbrista, natural, sobre las relaciones de varios personajes que conviven en el pabellón británico que construyó Reino Unido para conmemorar la Expo 58 en Bruselas. En el pub Britannia transcurren buena parte de los acontecimientos importantes que nos llevan desde las escenas de una familia tradicional de los años 50 a los actos más imaginativos de los espías en plena guerra fría.

En un marco inusitado, el de la Expo 58 de Bruselas, con el recién inaugurado Atomium, caído después en desuso, la naturalidad con que Jonathan Coe narra la vida y describe los caracteres de los personajes ingleses es deliciosa.

Hay en buena parte cierta ironía ácida también a cómo se desenvolvía el mundo del contraespionaje, la forma sorprendente de comunicación y transmisión de información de un bando a otro, y la aparente normalidad con que sus espías llevan una vida de lo más simple y poco ortodoxa, en cuanto a lo que un espía pudiera parecer.

Son también muy interesantes las sesiones rotundas de lógica y sentido común que la madre del protagonista intenta inculcar en su hijo, deslumbrado por el glamour de una Expo llena de brillantina, fiestas, cócteles y azafatas, que lo alejan del mundanal ruido de la vida familiar Londinense.

Una vez más he acertado con elegir a Jonathan Coe para mi viaje de regreso de Bangladesh, que, gracias a él, se ha hecho mucho más corto.

Recomiendo su lectura. Es una lectura pacificadora y balsámica.


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