Dolores Redondo es una de las escritoras a las que sigo con
más interés. Su trilogía del Baztán me encantó y nos animó a toda la familia a
visitar Elizondo en un viaje estupendo en el que pudimos descubrir sitios como
las cuevas de Zugarramurdi o el Pirineo Navarro. Todo ello ya me parece un
logro importante porque es algo que la literatura ha conseguido más allá de la
propia obra de la autora.
Todo esto te daré, premiada con el Planeta también me
gustó.
Pero me toca hablar de la última novela, La cara norte
del corazón, en la que he encontrado luces y sombras. Las luces, son claras:
la impecable narración de la investigación de un asesino múltiple con las aportaciones
singulares y certeras de Amaia Salazar, los pequeños flashbacks a la infancia
de Amaia, cuando se perdió en el bosque o cuando estuvo a punto de morir en una
arqueta de harina y el ritmo narrativo dentro de una ambientación, la del
huracán Katrina de 2005 que te hace padecer y sufrir por la enorme tragedia que
ocurrió. Todo ello me parece logrado y ejecutado con factura de novela negra
que atrapa, que te acerca a la trilogía que tanto éxito tuvo y que une las
historias de esta novela con las otras tres. Y me parece un logro.
Pero también encuentro algunas sombras, para mí dos
fundamentales: La primera, el metraje. Encuentro la novela demasiado larga.
Creo que la primera parte es perfecta, pero a la segunda le sobran muchas
páginas que, en mi opinión, no aportan tanto a la historia. Y la segunda sombra
es el peso o el desarrollo de los personajes norteamericanos. Los inspectores y
policías que investigan con Amaia (excluyendo a Dupree) me resultan “poco
reales”. Quizá sea porque situar a Amaia, a la que tan intensamente identifico
con Elizondo y el paisaje navarro, en Nueva Orleans, me chirría un poco. Quizá
porque la autora parece querer hacer un paralelismo entre figuras de la
tradición contada navarra como el Basajaún, con el misterio de las religiones
ancestrales del sur de Estados Unidos, de la cultura del vudú y de los
espíritus en Nueva Orleans. No sabría definirlo de forma concreta, pero hay en ello
un pequeño velo de ficción que me aleja de la veracidad de la trama.
Termino mi crónica de lectura indicando que La cara norte
del corazón me parece una novela mucho más compleja de escribir que las
anteriores de Dolores Redondo, y eso también le otorga mucho mérito, por la
descripción de los lugares, por hacerlo en un momento trágico como fue el
huracán Katrina y por el salto temporal en las investigaciones.
La resolución del caso… lo dejo a vuestra lectura. No puedo
comentar el final que merecería una crónica propia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Aguardo tus comentarios: