Y por supuesto durante toda la ocupación musulmana y la edad media, Belchite fue un punto neurálgico por su situación estratégica.
En esta visita nocturna nos explicaron cómo era el barrio judío (sí, Belchite fue habitado por una importante población judía que yo ya había leído en algún otro libro), donde estuvo situada la sede de la Santa Inquisición (en la foto, con un misterioso haz de luz roja que sale de la casa y que no era visible mientras la hice, lo que nos da que pensar que el nivel de energía es muy alto en ese preciso lugar. Es como si algo o alguien lanzase ese rayo desde la ventana), y por supuesto muchas historias relacionadas con los asesinatos de habitantes durante la contienda civil, como las hermanas del cruce de las calles que van a San Agustín o al Arco de la villa, que luego se han aparecido en diversas ocasiones. También pude ver lo que queda de la fachada de la casa de mi abuelo paterno, la foto de tres plantas, que era la segunda casa más alta del pueblo, después de la de Dominica Fanlo, la familia más rica (foto con iluminación morada).
Una visita muy interesante, amena, educativa y sorprendente que disfrutamos en este verano atípico, con mascarillas, con cierta distancia de separación pero con enrome interés por la historia de #Belchite. Algunas de las fotos tomadas son inquietantes y dan mucho que pensar en todo lo que allí sucedió.
Recomiendo la visita porque se aleja un poco del tópico y típico tema de la guerra civil y porque el pueblo viejo, por la noche, tiene un encanto especial, alfombrado con las estrellas.
Una noche para recordar.
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