Y esta ha sido mi experiencia con la nueva novela de
reciente publicación: Mr. Wilder & Me. Una delicia dedicada a Billy
Wilder, el afamado director de cine y su relación con Calista, una joven compositora
de música para cine que hizo sus pinitos como asesora, traductora, conseguidora
de los más variados pequeños recados hasta terminar dedicándose con éxito a la composición
de bandas sonoras.
Todo lo que había experimentado con la lectura de las
novelas de Coe sigue siendo vigente cuando lo hago en inglés. Además, he comprendido
casi el 100% de lo leído. Quiero decir que cuando se lee en una lengua que no
es la materna siempre hay un porcentaje que se pierde por el salto idiomático,
pero incluso eso ha ido también muy bien.
Jonathan Coe elabora una prosa que camina siempre entre el
costumbrismo de una época, la que esté narrando, la fina ironía de sus
personajes, el cinismo británico y la sutil complacencia de quienes rodean a
los personajes principales.
En Mr. Wilder & Me, por supuesto el centro de la misma
es la figura carismática del director de cine, su rodaje de Fedora en distintos
escenarios entre Atenas, París y Munich, su propia relación y aproximación al
exterminio Nazi y la búsqueda, infructuosa, de su madre en uno de los campos de
concentración. Pero esa simbiosis de cinismo y socarronería británica del autor
sigue estando presente en los pequeños detalles: En las comidas donde se reúne el
staff de la película, en la relación de Wilder con sus asesores, en las
reacciones de la propia Calista y en un sinfín de detalles que hacen de la lectura
un placer mundano y coloquial.
Esta novela me ha despertado la curiosidad sobre esa “mala”
película que parece que fue Fedora, su mal montaje y peor doblaje y ritmo
compositivo. Creo que la voy a visualizar a ver.
Hay también una carta, siempre la aparición de este elemento
en una novela me fascina, porque es algo olvidado que yo practiqué siempre
cuando fui joven, y hay la pasión por el queso, por la charla y por el puro
placer del compartir la compañía de otra persona, incluso aunque sea en
silencio. Placeres que hoy parecen alejados de la inmediatez e hiperrapidez de
las redes sociales.
Mr. Wilder & Me, sea en inglés o su traducción al
castellano es, sin duda, una delicia para paladares calmos, a los que les guste
la cultura “slow”, a quienes decidan dedicar su tiempo sin prisas y sin
multitareas a sumergirse en ella.
Para mí ha sido uno de los mayores placeres de este mes de
mayo.
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