viernes, 16 de agosto de 2019

Game Boy - mi crónica de lectura


Pocas veces he tenido una sorpresa tan refrescante como la experimentada con la lectura de Game Boy, el primer libro escrito por el crítico Víctor Parkas.

La experiencia ha tenido el mismo efecto que el que produce una ducha pulverizada de agua fría después de haber estado trabajando a la intemperie veraniega durante horas: refrescante, divertida, singular y alejada de cualquier convencionalismo.
Es pura esencia narrativa pop caramelizada con acidez de crítico literario.

¿Buscas alguien que diserte sobre un tema desde un punto de vista imposible? ¿Tienes opinión sobre un tema controvertido pero jamás la has contrastado con alguien que la replantee de principio a fin? ¿Te gusta poco la corrección política? ¿Crees que el nuevo lenguaje literario diáfano, sin ambages ni florituras estridentes pueda ser considerado como excelso, como una forma de crear literatura para perdurar? ¿Puede coexistir la fugacidad de la inmediatez con la profundidad del clasicismo, triturado todo con la herramienta de la acidez narrativa?
Todo ello me plantea Game Boy: opiniones y reflexiones sobre las que él denomina “nuevas masculinidades” pasando por el terrorismo islamista, la radicalidad antisocial o la presunta pederastia neocon de Woody Allen.

Game Boy es un batido de frutas imposibles que no puedes dejar de beber, enfriado con hielos de resistencia infinita y aderezado con sabores sintéticos y plastificados.

Una delicia, vamos. Un placer para el aburrimiento literario sesudo y convencional.

Una lectura de verano.

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