Hoy he vuelto a Agatha Christie, a mis lecturas de pubertad,
de tardes en la biblioteca de mi pueblo, Belchite, de horas de lectura
interminables en las que me divertía más con el misterio de sus novelas que con
cualquier otra actividad. Y lo he hecho a través del teatro y de la espléndida
obra titulada Y no quedará ninguno, basado en la novela Diez negritos que se
representa estos días en el Teatre Apolo de Barcelona.
El director Ricard Reguant plantea la obra de forma muy
inteligente. Aun a pesar de ser una novela leída por millones de personas y,
sabedores del final que la propia obra anticipa con la canción de las estrofas,
consigue un final sorprendente. El montaje está perlado de pequeñas gotas de
humor, sorpresa, susto y hasta ternura y sus actores, Ferrán Castells, Ivana Miño, Arnau
Puig, Toni Sevilla, Graciela Monterde,
Javier Enguix, Eduard Doncos, Lorena Santiago,
Jaume Fuster y Pol Nubiala atrapan con sus
interpretaciones y te sumergen en el salón de aquella mansión de la Isla del
Pirata.
Me han gustado mucho las argumentaciones de los diálogos
entre ellos (caminando entre la ambivalencia de la hipocresía y de la mentira) y
la adaptación teatral y su escenografía.
Al final, después de muchos aplausos, los actores nos han
invitado a no contar el final, bajo pena de recibir una invitación anónima para
acudir a la isla, cosa que no molaría nada, y a que compartamos en redes
sociales si nos ha gustado y la recomendemos a nuestros amigos, cosa que hago
desde este blog a todos vosotros.
Id al teatro, id a Agatha, id al Apolo, id a Ynoquedaráninguno.
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