Pedro Almodóvar
me ha dejado con su última película un sabor agridulce. Dulce por la poderosa
transmisión de sentimientos que ha conseguido, agria por la intersección de dos
historias, en mi opinión, inconexas y de innecesaria unión.
La película, de impecable
factura como siempre, me gana por Penélope y su gran labor actoral y por
Aitana, que para mí es la mejor de la película. También defiendo a Ismael Errejalde,
a quien algunos críticos han definido como totalmente prescindible en la película.
En mi opinión está bastante bien y me ha gustado su aportación. Milena Smit me
parece un poco sobreactuada en general, aunque reconozco que tiene un resultado
efectista para sus fans.
En mi opinión la
película tiene tres partes importantes que no he entendido, o sea, no he
hallado su porqué:
1)
La
idea de mezclar la historia de las fosas de la guerra civil con la historia de
las dos madres. Realmente, una no aporta nada a la otra. No tienen vasos
comunicantes y, por ello, tanto hubiera dado que la primera fuese otro tema
completamente distinto. O sea, la suma de las dos historias, en conjunto,
resta.
2)
Faltan
transiciones. Quiero decir, que, sobre todo al principio de la película, el
tiempo avanza tan rápido (creo que Almodóvar ha querido crear un mínimo de prólogo
narrativo) que descoloca un poco. O sea, de una escena a otra pasa mucho tiempo
sin que se explique o matice qué ha transcurrido en ese tiempo.
3)
La
relación entre las dos madres hacia el final. Sin hacer espóiler, no entiendo
cómo evoluciona. Sinceramente, me sobra y me parece artificial.
Como he intentado
explicar, cada una de las historias, por sí mismas, si se hubiesen narrado o
filmado por separado son intensas, emotivas y llegan al corazón del espectador.
Pero el hecho de mezclarlas enfría el cóctel y te deja un poco perplejo. O al
menos es lo que me ha pasado a mí.
Aún así, he
disfrutado de la peli. No me parece que sea de las mejores de Almodóvar (para
mí Volver, Todo sobre mi madre y ¿Qué he hecho yo para merecer esto?) pero sí
está muy alejada de las peores (Los amantes pasajeros), lo cual es positivo.
La conciencia
histórica y su reivindicación están siempre bien, pero yo me he preguntado como
espectador ¿A fin de qué viene Almodóvar con esto en este momento? El
tratamiento de los sentimientos y la historia de las dos madres, soberbio.
Como comenzaba mi
texto, sabor agridulce con más luces que sombras, pero sin la rotundidad que ha
conseguido en mí como espectador en otras ocasiones.
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