Tengo recuerdos intermitentes. Palabras sueltas en
catalán, citas de alta cultura y críticas al líder de alianza popular. El cerebro
hiper hormonado de mis catorce años
me impedía discernir de qué trataban muchas de las cosas que le escuchaba decir.
A pesar de que mi quehacer se repartía entre los libros y la chica que me tenía
loco, aquellas frases crearon un poso decimal, que con los años ha formado
parte del sustrato y la estructura de mi pensamiento.
Virtudes supuestamente cristianas y calificadas como “de
lo que Dios manda”, eran cotidianeadas
por él, ya fuese hablando de Fidel, criticando al Papa o lamentándose de la
sequía que iba a joder la cosecha del año. Yo no tenía todavía criterio propio
en casi nada y, por ello mismo, me epataba aquella forma de ser y actuar.
Creo que su filosofía no engranaba bien en el motor de
mi familia, donde todo era evidente, previsible y protector. Y, a la vez, todos
lo aceptaban como era. No parecía ser necesario recurrir a la hipocresía o a la
condescendencia. Tan solo se asumía que él era así, sin más.
Sus años de enfermedad fueron duros. Mi habitación
compartía pared con la suya y podía escuchar su sufrimiento, tantas veces
tornado en lamento, en tardes grises donde la soledad se alimentaba de sí misma
creando atmósferas irrespirables. Yo lloraba bajo las sábanas, impotente, al
ser incapaz de aliviarle y porque, en el fondo, me molestaba tener que soportar
ese escenario tan cerca. Tan egoísta es la pubertad…
Cuando comenzó su largo viaje, me prometí que
recurriría a él en los momentos difíciles, y le pediría ayuda. ¡Qué
contradictorio! Un no creyente en la otra vida, solicitando los parabienes de
un alma que supuestamente viaja por ella.
Estoy convencido de que él representó el catalizador
de mi pensamiento relativo y la asunción de las contradicciones. Por ello, defiendo
con igual ahínco la idea de que la vida termina cuando el cuerpo muere que la
de que él me guía y protege desde otra dimensión.
Te quiero abuelo, creo que nunca te lo llegué a decir,
y ahora sí me siento capaz.
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