Fue una presentación sin spoilers, pero en la que sí que se
dieron las claves para entender cómo era el personaje de esta mujer, Valentina
Valdés, fuerte y decidida a luchar por su vida en cada momento, en función de
las circunstancias que le ha tocado vivir y con objetivos claros, sin que los
entornos o las amistades le hagan variar el rumbo de su camino.
Valentina me ha parecido un personaje muy bien construido,
muy creíble, muy empatizable. Es obvio que, como todos nosotros, posee luces y
sombras, que por momentos nos hacen dudar de su estabilidad y su honorabilidad,
aunque el lector se puede posicionar muy claramente frente a ella y
comprenderla.
Sobreviviendo es la reescritura en forma de novela completa
de la que su autora escribió, en forma de 31 capítulos de 3000 caracteres en La
voz de Galicia, por entregas, y con la que ganó un prestigioso premio. Imagino
la intriga y el interés que debió suscitar entre los lectores del periódico en
aquel momento, porque la verdad es que yo me he leído la novela de una sentada.
No he podido dejarla y en una tarde de domingo la he devorado.
Pero esto no es novedad. Soy fan de Portabales desde que
llegó a mis manos su novela Deje su mensaje después de la señal, y en cada una
de sus entregas literarias me rindo más a su calidad como escritora.
Sobreviviendo narra una historia que se adelantó a lo que
sucede hoy en día con tantos realities televisivos, esos en los que se vende la
intimidad al por mayor, sin filtro, sin paños calientes, y que el espectador
mira desde su sofá con la curiosidad del cotilla mientras la cadena televisiva
hace caja.
Pero Sobreviviendo es mucho más que una novela sobre una concursante
de un reality. Es una novela con muchas capas, en la que se habla de la
incomprensión, de la supervivencia, de la búsqueda de la felicidad y por
supuesto de la lucha por conseguir lo que cada uno anhela.
¡Qué buen domingo he pasado!
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