Cristian Serrano
es un ESCRITOR SINGULAR. Tuve el placer de conocerle
en la presentación de mi última novela, Gracias por mirarme a los ojos cuando me
hablas, en el
Taller de Escritura creativa de la UJI, al que Rosario Raro, profesora del
mismo, me invitó para charlar con sus alumnos.
Cristian
me ha parecido un huracán literario. Un escritor con las ideas clarísimas que
aplica con determinación su método para escribirlas, para desarrollar todo lo
que su cabeza incansable es capaz de crear. Alguien que crea un nuevo mundo,
literalmente hablando, y toda la cultura que lo rodea, su historia, sus habitantes
y costumbres, sus problemas y sus conflictos, y su creatividad es tan inmensa
que necesita tres volúmenes para desarrollar toda la estructura de la historia
que está en su cabeza como un mapa definido.
Me
siento empequeñecido ante la seguridad y enormidad de lo que Cristian ha llevado
a cabo con su primera novela, Latidos de guerra,
que se convertirá en la
trilogía titulada El juego de la vida.
Es
fácil intuir por las respuestas de la entrevista que Cristian es un hombre de
palabra extensa, de conversación, generoso e incansable en su creatividad y sin
duda de futuro éxito masivo (ya lo dejo aquí escrito, anticipándome a lo que
suceda tiempo después). Os recomiendo, lector@s de las Entrevistas Singulares
que no le perdáis de vista.
En
esta ocasión Cristian ha escrito un relato más largo de lo que es habitual en
este ámbito de la entrevista. Algo consecuente con su torrente imaginativo,
impactante y directo. No os lo perdáis. Os sumerge de inmediato en una escena
de película.
Y para que conozcáis un poquito más a su autor, una breve entrevista a continuación.
Rubia, como la luz
No parecía tan dramática la situación,
una vez dentro. Él, grandullón y con acento ruso, sujetaba a uno de los rehenes
por el cuello, como si de un muñeco de trapo se tratase. Otro de los rehenes yacía
sin vida a pocos pasos de estos. Sangre en el suelo. El cuello mordido por el
metal. Brillaba el cuchillo que rascaba la segunda nuez, todavía palpitante.
Por lo visto, estaba afilado. Al mínimo forcejeo de la víctima, su sangre teñía
el acero en una conjunción de frío y calor nada halagüeña. Poco podría hacer
por aquel desgraciado ante las cámaras, aunque lo intentaría con todo. Apenas
se veían los ojos del secuestrador bajo la máscara, pero ella apreció la
rapidez con la que se movían, consonante con el nerviosismo que se observaba minutos
antes, a través de las cámaras del banco. Y con los pocos datos que tenía
decidió actuar. El diálogo de nada sirvió minutos atrás.
Desde el centro de mando, bajo una
carpa a las afueras del banco, los inspectores de varios cuerpos del estado se
quedaron atónitos ante la repentina oscuridad. Dieron varios golpes a los ordenadores.
La conexión había caído, o eso parecía.
Dentro del banco, una melena rubia
surcó el viento, con la velocidad de la luz que había robado. El rehén cayó de
espaldas tirado por el ruso, ya sin fuerza, quien amortiguó el golpe del
muchacho mientras exhalaba su último aliento, mirando a la nada, atónito. El
chaval se incorporó, tras apartar la mano que aún sostenía el cuchillo, inerte
pero pesada. Notó la humedad en su nuca y, al tiempo que regresaba la luz con
sus primeros titileos, se palpó y humedeció su mano en la viscosidad de la
sangre. Se giró y lo vio en el suelo. La vida se le escapaba por todos los
orificios. «Podría ser yo», pensó él.
—Se ha desmayado sin más —sonó la voz
femenina a su espalda, tranquila, pero fatigada.
Él se giró y la vio alisándose la
camisa, alborotada y tintada de muerte. «Esto no será fácil de explicar»,
pensaba ella mientras sus compañeros llegaban en tromba.
—Cuenta lo que sabes, chaval. Nada
—sentenció ella con una tranquilidad inexplicable—. Déjanos las especulaciones
a los profesionales. Me debes la vida…
Mil preguntas se instalaron en la cara
del joven.
ENTREVISTA SINGULAR
1.- ¿Cuál es el principal motivo que te empuja
a escribir? ¿Recuerdas cuál fue la primera vez que comenzaste algún texto? ¿Lo
guardas todavía? ¿Te atreverías a publicarlo a modo de relato?
La capacidad de abstraerme del mundo y la
relajación que esta trae consigo son dos de los principales motivos por los que
escribo, pero el más importante de todos es la necesidad de contar muchas cosas
que guardo desde siempre. No sabría explicarlo con exactitud, pero es una
adicción que va en aumento. Afecta también a mi estado de ánimo y humor con una
fuerza considerable. Mal será el día que no pueda dedicarle ni un rato a
confesarme conmigo mismo a través de las letras, ese día explotaré.
Recuerdo de forma lejana, ya que esto sucedió
en mi infancia, que lo primero que escribí fueron poemas, algunas rimas que se
me ocurrían y otras confesiones en un diario que mi madre me compró, aunque no
todo lo escribía ante el temor de que lo leyese. Tendría unos siete u ocho años
por entonces. Y así llené dos diarios y sendas libretas también, todavía lo
recuerdo. Es una lástima no conservarlo, se perdió todo mudanza tras mudanza…
2.- Imagina que tuvieras la posibilidad de
publicar un libro con una editorial de tirada nacional y tuvieses libertad para
elegir el género y la temática. ¿Cuáles serían y por qué?
Esa pregunta invita a una extensa respuesta,
pues creo que cada momento de la vida te pide algo diferente, tanto para leer
como para escribir, así como sucede con la forma de vivir y concebir tu entorno
y el mundo que lo rodea. En esto no influyen más factores que tus sentimientos.
La editorial no es determinante, al menos no lo sería para mí.
Yo comienzo con una historia fantástica que resultará
trilogía, y que a su vez me parece un género perfecto para criticar a la
sociedad sin entrar directamente al conflicto. Estoy en una época de mi vida
donde no quiero conflictos, demasiados atravesé en mi pasado…
Pero he de decirte que me apetece muchísimo
escribir sobre varias historias que tengo en mente, y que acometeré una vez
acabada la trilogía. Tengo una novela comenzada sobre la vida de un chaval y el
asesinato de su padre, puede que sea la primera en cerrarse. No soy de dejar
las cosas a medias y, si no acabo lo que empiezo, no duermo tranquilo. Dicen
que el que escribe es porque tiene algo que contar y ese algo también será
novela en un futuro, pero primero he de estar preparado para ello. Cada cosa a
su tiempo.
3.- Te pido que seas tu crítico/a más duro/a.
Dinos qué se te da peor a la hora de escribir y cómo intentas resolverlo.
Creo que lo peor y donde más flojeo es a la
hora de caracterizar a mis personajes, parte fundamental de cualquier historia
donde tuve que batallar al principio. Le daba mucha importancia a la historia y
los mensajes de esta y eso quitaba peso a los personajes. Me costó cambiarlo,
pero lo hice. Aunque admito que todavía requiere más esfuerzo para mí. Creo que
tengo la historia tan clara que la suelto sin pensar y es después, revisión
tras revisión, cuando me preocupo de estos detalles. Todavía tengo mucho que
mejorar, eso desde luego, y pienso aprender hasta mi último aliento, no me
canso de hacerlo.
4.- ¿Cómo sería tu presentación ideal de un
libro? Quiero decir, qué elementos tendría que tener para que resultase
interesante, amena y entretenida.
Es algo que no me planteé hasta hace bien
poco, cuando organicé la presentación de Latidos de guerra, y he de decir que no
hice nada fuera de lo habitual: Presenté la historia, hablé un poco de mí, del
proceso creativo, de cómo y porqué se gestó esta obra, y después de unas pocas
preguntas puse el booktrailer (también autoeditado por mí).
Ahora, a ruta hecha, se me ocurren varias
formas de hacer una presentación, pero esto lo dejaré para la siguiente. Me
gustaría contar con cuatro «actores de casa» que interpretaran a los personajes
más cruciales, y una colaboración necesaria por parte del público en el diálogo.
Como resultado, el que más se acerque a la verdad del misterio (que no sería
nada determinante de la novela), se llevaría un ejemplar firmado de regalo. No
lo sé, algo así me gustaría… Pero, paso a paso. Ahora a por la segunda parte.
5.- Hoy en día el número de publicaciones es
enorme. Tanto digital como en papel, resulta muy difícil elegir qué leer ya que
normalmente nuestro tiempo de lectura es limitado. En tu caso, ¿cuál es el
criterio que sigues para la elección de una próxima lectura?
Me dejo llevar por lo que me gusta, que es
tanto que a veces me veo con cuatro historias a la vez. Me explico:
Soy un lector voraz, pese a mi jornada laboral
de ocho horas, mi familia y mi pasión por la escritura. Disfruto eligiendo
libros, que puede que no sean mi próxima lectura, pues estos se añaden a la
pila «por leer». Así los diferencio, los que dejo tumbados son los pendientes,
y el resto los que ya leí.
Estas navidades, por ejemplo, me regalaron: El
nombre del viento y El temor de un hombre sabio, de Patrick Rothfuss; Patria,
de Aramburu; La trilogía Fundación, de Asimov; La insoportable levedad del ser,
de Kundera; Y alguno más que no recuerdo. Pues bien, yo terminaba por entonces
la trilogía Sombras de magia de V.E. Schwap. Ahora me zambullo en la historia
de Aramburu, que me encanta. Pero entre tanto, me aficioné a los audiolibros y
escuché la bilogía de Javier Castillo; Canción de sangre y oro, de Jorge Molist;
El cerebro que cura, que me pareció muy curioso; Y ahora, en mis huecos libres,
o en la ida y vuelta al trabajo, escucho El silencio de la ciudad blanca, de
Eva García Sáenz de Urturi. Así que, puedo decir que me encanta la novela
histórica, disfruté sobremanera con Posteguillo y sus batallas, al igual que lo
hice con Rosario Raro y sus historias alrededor de Canfranc estación (Volver a
Canfranc), o su viaje a la Cuba colonial, con Desaparecida en Siboney. Me gusta
también la fantasía, el Señor de los anillos, Canción de hielo y fuego. También
me gusta la novela negra, género muy bien representado en Castellón, nuestra
tierra, con autores magníficos y muy interesantes.
Creo que me sucede con la lectura como con la
música, me gusta todo o casi todo y odio poner etiquetas. Aunque de alguna
forma hay que llamar a los distintos géneros, por mucho que hoy en día se
entrelacen y se mezclen, en ocasiones hasta difuminarse unos con otros en una
amalgama indescifrable. Aquel libro que te atrapa, que te conmueve o te llama
desde la mesita noche tras noche, está hecho para ti, sin que el género
importe. Hay tanto por leer… Por cierto, tengo ganas de pillar la tuya por
banda (Gracias por mirarme a los ojos cuando me hablas), aunque he de decirte que
será después de El nombre del viento, que ya me llama desde la mesita.
6.- Vivimos en el mundo de la hiper conexión.
¿Utilizas las redes sociales? Cuáles son las que te parecen más interesantes y
por qué.
Por mal que nos sepa a algunos, sin las redes
sociales no somos nadie, pues nadie nos ve. Y, para ser francos, los que
escribimos queremos que nos lean.
Yo soy el primero que defiendo el tiempo con
los tuyos, disfrutar de la vida y dejar lo superficial a un lado, pero también
reconozco que las redes me quitan bastante de ese tiempo, porque, como he dicho
antes, son un escaparate necesario.
En mi caso, con las que más interactúo son con
Facebook e Instagram, donde hace un año que creé una página dedicada a mi cara
literaria y tengo bastantes seguidores. La que ahora comienzo a mover algo más es
Twitter, que al igual que en Instagram, creé una cuenta en 2015 pero jamás les
di uso. En todas ellas me pueden encontrar como Crisergal.
7.- ¿Cómo te calificarías como lector/a? ¿Qué
géneros te gustan? Y ¿en qué momentos disfrutas de la lectura?
Parte de esto ya lo contesté antes, soy un
devorador de historias, me encanta. Y los géneros me dan igual. Leo todos los
días antes de dormir, y en domingo, después de comer, suelo leer y ver alguna
serie o película.
8.- ¿Cuál es tu secuencia a la hora de
estructurar una novela, o el género que escribas? Me refiero a cuál es la
cadencia de creación: ¿Primero los personajes, o el conflicto principal, o el
final, o cómo lo acometes?
Mi experiencia se limita a mi primera novela y
en esta lo primero que me rondó la mente fue la historia principal, el
conflicto y los mensajes que con ella intento transmitir.
9.- Me gustaría que definieses ese momento en
el que das por finalizado un libro. El momento final, cuando recibes las
galeradas y les das el último ok.
Creo que acabo de vivirlo hace muy poquito,
porque, pese a estar ya publicado, todavía le di un último vistazo y corregí
cositas, aparte del formato, que también lo mejoré un poco. Y he de decirte que
la satisfacción es inmensa. Y aunque respiro algo más tranquilo desde ese
momento, no he tenido tiempo de disfrutar esa sensación, porque ya disfruto a
diario cultivando la segunda parte. De hecho, contesto a tus preguntas mientras
dejo que un capítulo se enfríe. Exactamente el dieciocho: soltar el amarre.
10.- Te pido ahora unas respuestas rápidas
a) Recomiéndanos
un libro y el motivo por el que tendríamos que leerlo.
El que
llevo ahora entre manos: Patria, de Aramburu. Porque, pese a no haberlo
terminado y no tener la visión completa, puedo decir que es necesario en una
sociedad que se cree que enterró el odio cuando esta organización desapareció,
pero que no mira en su día a día. La xenofobia, el racismo, la homofobia, el
sexismo, la misoginia y demás males que caminan entre nosotros, sirven de abono
para el odio entre las personas, y eso, a veces, llega a tal extremo que separa
lo que parecía inseparable. Tenemos que suprimir esos sentimientos de la
sociedad. Puede que el mal sea algo intrínseco al hombre, puede que nos
acompañara desde el principio de los tiempos y que camine por nuestro genoma
como pedro por su casa, aunque yo soy más de pensar que uno es lo que alimenta.
Por eso me encantaría que le diésemos más importancia a la educación. A otro
tipo de educación (no critico a los profesores, sino al planteamiento
tradicional).
b) ¿Cuál
es tu escritor/a favorito/a?
Por el
momento, no tengo escritores favoritos, sino novelas favoritas en el tiempo que
las leí (que tampoco sería igual en otro momento de la vida). Aunque sí diré
que disfruté muchísimo con Santiago Posteguillo, en sus dos trilogías. Yo julia
todavía está tumbado en mi librería. También me apasionan las historias de
Rosario Raro y ese cariz social que imprime en el ADN de todas sus obras, ¡me
encanta! Pero también me atrapó Tolkien con El señor de los anillos. Creo que
cada momento de la vida conlleva unas necesidades vitales y literarias
diferentes. Lo más importante no es tangible y las necesidades que esto crea
son la poesía vital, diferente en cada momento.
c) ¿Qué
opinas de los blogs literarios?
Me parecen
un océano muy interesante, donde hacerse una idea de las lecturas que estas
personas comparten, aunque, como he dicho antes, cada uno tiene su opinión y
esta puede diferir de sí misma dependiendo del momento en la vida del lector.
Algunos, como este, tienen iniciativas muy interesantes, como estas
entrevistas.
d) Un
libro que no hayas podido terminar de leer.
Sinceramente,
y no me importa reconocerlo, no terminé el quijote ninguna de las veces que lo
intenté, y me gustó lo que leí, pero siempre había varios más llamándome en la
mesita de noche y la narrativa de la época lastraba mis ansias de lector.
e) Un
deseo literario para el próximo año
Terminar
con la segunda parte de El juego de la vida y atesorar la paciencia suficiente
para que una editorial apueste por ella. No como con Latidos de guerra, que hubo
dos interesadas, pero ya estaba publicada. Y no digo que sea menos por el hecho
de no contar con el apoyo editorial, sino que la falta de este se nota a la
hora de llegar a los lectores.
f) La
última cosa que te haya sorprendido tanto que todavía la recuerdes.
Un señor
muy importante del mundo audiovisual visitó mi perfil en LinkedIn. Todavía me
dura el susto. Es una red social con la que no interactúo. Tal es así, que esa
es mi única notificación.
g) Una
canción o cantante que tenga para ti un significado singular
Me encanta
la música y todos sus géneros, así que son muchas las canciones en cada momento
de la vida. Valió la pena, de Marc Anthony, me pone los pelos de punta y me
incita a bailar (suele pasarme con la salsa). Amo el flamenco en todas sus
variables, es el género que me gusta cantar en mi lado más íntimo (desde
Camarón hasta El Barrio). Me encanta el rock (ACDC) para salir de fiesta,
también el punk rock (Green day). Y el muy actual Beret retumba en mi corazón
cada vez que escucho sus letras.
Mi mujer
suele decirme que el problema es que me gusta todo, y en ocasiones sí es un
problema. Pues no puedo hacer todo lo que quisiera…
h) Las 3
características que debe tener para ti un buen editor/a.
Compromiso,
apoyo y dedicación (algo así como lo que yo intento a diario con la vida).
11.- Tu primera novela se titula: Latidos de
guerra. ¿Nos podrías contar un poquito cómo se gestó tu idea de esta novela?
Lo primero que rondó mi mente fue una imagen
global de la historia que quería contar y los mensajes que me gustaría
transmitir en ella. Así que me puse a crear fichas «folios» sobre este mundo al
que llamé Nubalión y los que lo habitaban. Después tracé los puentes entre este
planeta y el nuestro. Creé los personajes principales, los secundarios y
comencé a trazar mis hilos de la historia sobre una pizarra «fue así de forma
literal».
Hubo un momento determinante a la hora de
elegir el nombre de la protagonista, fue una coincidencia también. Justo
comencé a escribir el primer capítulo cuando nos notificaron el sexo de nuestra
pequeña, y así decidí llamarla como ella: Alegra.
A partir de ahí se sucedieron los capítulos y
se creó la telaraña alrededor de los hilos que ya tenía fijados con una soltura
que me sorprendió. Así fue como comencé a disfrutar cada vez que me sumergía en
el proceso creativo, me encanta. Puedo decir, con seguridad, que teclear lo que
mi mente imagina y darle cierto orden es ya una adicción.
12.- Para terminar, me gustaría que definieras
una escena lo más cercana posible a tu felicidad.
Una rutina que consista en levantarme pronto
para escribir y desayunar mientras la sonrisa de mi pequeña actúa de espejo
para la mía propia (esto ya lo hago); hacer deporte a media mañana, mientras
ella está en el cole y dedicar un ratito a la escritura; recogerla para comer y
prestarle toda mi atención; volver a mi espacio creativo de nuevo hasta que mamá
y peque lleguen del cole con el alboroto propio de la vida en el hogar y
disfrutar de ellas hasta la cena.
En fin, poder vivir de la literatura, que es
mi pasión. Eso sería, para mí, lo más cercano que imagino a la plena felicidad.
Algo superior a cualquier lotería, un sueño, una utopía…