Lágrimas de
nostalgia me acompañan en esta noche quieta e infinita de hospital. Son ésas
que surgen en los momentos de dificultad, cuando la enfermedad de un ser
querido atenaza el alma y comprime la esperanza de ahuyentar la enfermedad,
cruel e inmisericorde. Y descienden constantes, recordándome todos los momentos
en que hurté unos minutos a su compañía, las veces que le di una mala
contestación, incomprensivo con el diálogo repetitivo pero habitual en alguien
de su edad.
La soledad
de la habitación y el silencio de sus rincones me hacen ver el pasado perdido, la
riqueza de matices y sentimientos olvidados por haber elegido placeres más
mundanos y sin duda mucho más superficiales.
Y siento la
tristeza por ese tiempo que pude haber disfrutado con ella, del que hubiese
aprendido, sin duda, experiencias de la vida real, la vivida y la sufrida, de
su esfuerzo por darme a mí la vida.
Sí, noto
discurrir lágrimas hasta mi boca, cargadas de culpabilidad y desasosiego. Su
sabor es intenso, repleto de anhelo por recuperar ese tiempo de vida
compartida, por escuchar de nuevo esa anécdota narrada cientos de veces pero
siempre con la misma intensidad y entusiasmo, como si la contase por primera
vez.
Y es
entonces, en la quietud de la noche, al escuchar su respiración calmada, cuando
me doy cuenta de que eso es lo que le faltaba a mi vida. Eso que andaba
buscando, en rincones equivocados, en esquinas erróneas, lo tenía al alcance de
mi mano. Su mano suave, envejecida por la enfermedad y las dificultades de la
vida en el campo, transmitiéndome su amor de madre, incluso en aquel indigno
estado al que se llega cuando la enfermedad agota al ser humano.
Y descubro, al
fin, que ese suave roce, esa caricia mundana, es la mayor fuente de energía que
jamás podré recibir y decido en un instante solventar mis errores, disfrutar
cada segundo que pueda y cada abrazo que a partir de ese instante, le daré a mi
madre querida, desde ahora, desde este mismo instante cuando mi amor por ella
ha eclosionado en mi corazón e irradia con fuerza para que ella se recupere lo
antes posible.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Aguardo tus comentarios: