sábado, 14 de agosto de 2021

Independencia - mi crónica de lectura

 

Leer a Javier Cercas se ha convertido en sinónimo de acierto. Viene siendo así desde que leí “Anatomía de un instante” un extraño libro de autoficción sobre el 23F que me resultó tan estimulante como para convertirme en fiel seguidor suyo. Luego vinieron “Las leyes de la frontera”, que está siendo llevada ahora al cine por Daniel Monzón, “El impostor” y “Terra alta”, algunos de ellos comentados en este mismo blog.

Y estas vacaciones he podido disfrutar de “Independencia”, o la continuación de “Terra Alta”. Una magnífica novela en la que seguimos de cerca a Melchor Marín, ese policía oscuro y sensato al mismo tiempo, con quien se empatiza desde el principio, pero que también horroriza en algunos momentos, desconcierta, y siempre, siempre, convence. ES un personaje protagonista complejo. En mi opinión, arriesgado, en absoluto políticamente correcto y, desde luego, con más aristas que un poliedro.

Independencia es una novela mucho más oscura que Terra Alta. En mi opinión, tiene una estructura dirigida muy directamente a la víscera del lector, sin filtro. Para que quien la lea tenga que digerir lo que Javier está contando y aceptarlo, tal cual, sin ambages. Durante mucha de su lectura inicial te olvidas casi totalmente de Terra Alta, salvo en las menciones que se hace a Gandesa y la zona, pero la novela parece transcurrir por una investigación diferente.

Hay una crítica clarísima a los poderosos del dinero, pero sobre todo a las clases políticas catalanas “de siempre”, a los que “siempre” han mandado y han ostentado todos los poderes imaginables, que han resultado (hasta ahora espero) impunes.

Es muy curiosa la mención a Ada Colau en pasado, lo que nos sitúa en un escenario futurible que será interesante analizar dentro de un tiempo.

Si quienes ostentan el poder económico, financiero y político se ven a sí mismos como intocables, aquí está Melchor para demostrar que la impunidad absoluta no existe y que, otra justicia, por difícil de asumir que nos parezca, existe y es posible.

Javier une de forma magistral las dos novelas. Me parece un círculo perfecto y una finalización que hacía tiempo que no leía en una trilogía o en una serie de novelas relacionadas. En esta ocasión Independencia satisface, convence y calma, en cierta forma, esa hambre que todos tenemos por la búsqueda de la justicia, por la necesidad de que quien la hace la pague, de que el poderoso corrupto no quede impune.

Una lectura que me ha enganchado de principio a fin entre mojito y piña colada y que he devorado en apenas tres días de mis vacaciones.

Recomendable 100%. Eso sí, leed primero “Terra Alta”.

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