Comencé Amado Amati (publicado por Unaria Ediciones) en
el aeropuerto internacional de Dhaka (capital de Bangladesh) en mi camino de
regreso a casa después de una semana intensa de trabajo.
Tenía por delante veintitrés horas de viaje entre aviones,
esperas, y coche hasta mi casa y pensé que el tedio de la rutina de ese viaje
interminable podría combatirlo con la novela de Vi Gascó que tantas ganas tenía
de leer.
La primera atracción de la novela es su textura. Ese suave
tacto a caucho sedoso que te anima a coger el libro y su
formato pequeño, manejable, de viaje. Siempre he pensado que una buena presentación, una
edición cuidada, es la puerta de entrada para que un lector elija un libro.
La novela me había picado ya la curiosidad desde que acudí a
la multitudinaria presentación de Vi Gascó en La Bohemia. Primero por el título, ya que yo desconocía que Amati
fuese un tipo de violín y cuando me enteré de ello cambió totalmente mi
perspectiva.
Aunque Amado Amati está publicado dentro de
la serie Castelló Negre, para mí se trata más de una novela de intriga,
en la que los trazos de la trama se van trenzando en un bucle del que cuesta
imaginar su desenlace. Tiene los elementos indispensables para atrapar la
atención del lector, una línea investigadora juvenil, una vía paralela de
negocios turbios, una muerte, y un descubrimiento que hará dudar de todos.
Vicente escribe una prosa dinámica, que avanza sin demasiadas contemplaciones
en su entorno, sin exacerbar las descripciones ni buscar recovecos ni
florituras. Eso hace que la acción avance y que no quieras dejar de leer.
Sus personajes son identificables. Puedes hasta ponerles
cara, incluso. Es fácil entender cómo piensan, lo que sienten, lo que anhelan
porque Vicente los ha creado en detalle, de manera que puedes imaginarte
hablando con ellos y esperando cuál será su reacción. No hay ambigüedad, salvo
en aquellos que ocultan algo.
Cuando llegué a Estambul, nueve horas después de despegar de
Bangladesh, había terminado Amado Amati y había disfrutado de una historia
auténtica, como las de Agatha Christie, como las de Poirot, tamizadas por el
filtro de Benicàssim y acercadas a nuestra cultura.
Enhorabuena, Vi, creo que tienes talento para sorprendernos
con muchas más novelas, con intriga, con sorpresa, y estoy seguro de que lo
harás.
Ya no me puedo resistir a leer El círculo XY.
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