Carlos Manzano es
un ESCRITOR SINGULAR. Zaragozano licenciado en Ciencias
Políticas y Sociología cuenta con una amplia trayectoria como escritor y ha
publicado ya siete novelas, entre las que destacamos la más reciente, titulada Monstruos
amaestrados (Ediciones Alféizar, 2017), finalista del II Certamen
Alféizar de novela.
También ha publicado dos libros de relatos de títulos muy
sugerentes: Estrategias de supervivencia (ediciones Certeza, 2013) y Lánguidos
sueños (La fragua del trovador, 2016), así como autoediciones y
participaciones en libros colectivos.
Su larga y abundante trayectoria literaria se completa con
varias posiciones finalistas en concursos de relato y novela, la publicación de
colaboraciones en el suplemento cultural Laberinto del diario Milenio-El portal
de Vera (México) y su labor como coordinador de la revista electrónica de
literatura Narrativas
revista digital de narrativa contemporánea en castellano, donde se publican
relatos, entrevistas a autores de interés actual, reseñas de libros y novedades
editoriales.
A continuación comparto con todos vosotros, lectores, un
relato breve, compacto, impactante y orgánico, incluido en su libro Estrategias
de supervivencia.
Leedlo, merece la pena. Y para que conozcáis un poquito más
a su autor, una breve entrevista a continuación.
SADISMO INSOPORTABLE
No me
molestaba que me apretara las muñecas con el empeño de un grumete novato ni que
me colgara de los pezones pinzas cada vez más pesadas y rígidas, ni siquiera
que anudara a mis tobillos unas gastadas cuerdas de liza que ya no valían ni
para empaquetar bultos inservibles. Lo verdaderamente insoportable era que,
tras vendarme los ojos y forzar en mi torso un gesto de absoluto abandono, no
saliera de su boca la más tímida imprecación o el más comedido insulto: su silencio
era todo lo que me regalaba, un silencio que llegaba a mis oídos como el más
violento de los desprecios. Eso era lo que más me dolía, su ausencia de verbo,
sobre todo al pensar que me había conquistado con versos como este: «El dolor
de tu gesto se eterniza en mi boca como el aliento perdido de millones de
noches». Por eso tampoco me permití jamás el menor quejido ni el más leve gesto
de sufrimiento: a la brutalidad de su silencio solo quedaba oponer la ferocidad
de mi indiferencia, la evidencia de la ineptitud de sus actos. Yo también sé
alcanzar los límites de la impudicia.
Relato incluido en el libro
“Estrategias de supervivencia” (Zaragoza: Libros Certeza, 2013).
ENTREVISTA SINGULAR
1.- Aunque eres un autor con una larga trayectoria de
publicaciones, si te dieran la posibilidad de publicar una novela con una gran
editorial ¿sobre qué tema te gustaría escribirla? Y ¿a qué no renunciarías
nunca en aras de la comercialidad a la que supuestamente pudiera dirigirte la
editorial?
Los temas, imagino,
serían similares a los que vengo tratando en mis libros hasta ahora: la manera
en que nos construimos a nosotros mismos, los otros como espejo, la renuncia,
el poder cotidiano e invisible, la represión de los instintos... No renunciaría
al aspecto lúdico de la escritura (que para mí lo tiene, sin duda alguna) ni a
mi propia dignidad como escritor.
2.- Imagino
que como buen escritor que eres serás también un gran lector, ¿en qué momento
del día te gusta más leer?
Debido a que trabajo por las mañanas
(en algo que nada tiene que ver con la literatura, matizo), mi tiempo de
lectura es siempre vespertino. Los fines de semana también me gusta leer por
las mañanas. En general, creo que cualquier hora es buena si el libro lo
merece. No tengo demasiadas manías en ese aspecto.
3.- Como
coordinador de la revista Narrativas tienes contacto
permanente con muchos escritores de relatos. Imagino que recibís una enorme
cantidad de ellos de los que debéis hacer una selección ¿Qué elementos valoráis
para su publicación más allá de la calidad del propio relato?
Que tengan una calidad literaria mínima
y que no adolezcan de excesivos errores gramaticales y ortográficos. La
variedad viene asegurada por la cantidad y por el hecho de que cada autor tiene
sus propios temas de interés. Como revista de descarga gratuita que no puede
retribuir a sus colaboradores, lo único que podemos ofrecer a cambio es rigor
en la selección. También —aunque ahora menos que antes— cursamos invitaciones
personales a algunos autores, y en el apartado Narradores solemos destacar a
algún escritor cuya obra, por diferentes motivos, pero sobre todo literarios,
nos parece reseñable.
4.-
Analizando el contenido de alguna de tus novelas veo que te gusta explorar el
interior de la psique humana, el yo interior. ¿Crees que la psicología humana
es una fuente de ideas para la narrativa en general? Cuando escribes, ¿qué
otros temas o situaciones te inspiran? O sea, ¿Cómo te enfrentas al folio en
blanco?
Los temas de mis libros, imagino,
nacen a raíz de lo que veo, de lo que percibo en la vida diaria, de lo que me
llama la atención, y sobre todo de lo que me repele; me motiva mucho más
escribir sobre lo que me produce rechazo que sobre lo que despierta mi
admiración. Siguiendo lo apuntado por Norbert Elias en su libro “El proceso de
civilización”, pienso que el sistema de valores contemporáneo, al menos en las
sociedades occidentales (respeto al prójimo, tolerancia con las opiniones contrarias,
sentido estricto de la privacidad) se ha conseguido a base de reprimir deseos,
ansias y pasiones individuales, o dicho de otro modo, tras un intenso proceso
de domesticación de las emociones, y que eso ha dado lugar a un tipo de
individuo educado y respetuoso, imprescindible para mantener el orden social,
pero al mismo tiempo lleno de frustraciones y carencias que, de vez en cuando,
le llevan a comportamientos anómicos (a veces fuera del control social, pero
otras incrustado dentro conflictos proclives a ello) que solemos considerar
inadmisibles o incluso aberrantes. Por poner un ejemplo, tal vez sea en Japón
donde existe el orden social más exquisito y respetuoso del mundo, pero, una
vez fuera de la vigilancia de la norma, a menudo se producen comportamientos
individuales que contradicen esa ejemplaridad. Los vagones exclusivos para
mujeres o la pasión por las otaku
nacen, en mi opinión, de ahí.
5.- ¿Qué te
acompaña cuando lees? ¿Y cuando escribes?
Preferiblemente nada. Mi mejor aliado
para ambas actividades es el silencio, aunque tengo que decir que, una vez
metido en faena, poseo una gran capacidad de concentración y no me distraigo
con facilidad.
6.- Hoy en
día el número de publicaciones es enorme. Hay tal marasmo de novelas, libros de
escritores noveles, ediciones digitales y reediciones clásicas que es muy
difícil filtrar y decidir qué es lo que leemos. En tu caso, ¿qué es lo primero
en lo que te fijas para decidir leer un libro?
En general tiendo a dejarme guiar por
opiniones de lectores y críticos en los que confío, bien porque sus criterios
de valoración son parecidos a los míos, bien porque soy consciente de su enorme
bagaje intelectual. (El mundo está poblado de gente que sabe mucho más que tú
sobre cualquier materia; saber reconocerlos es una premisa imprescindible para
el aprendizaje). En contraposición, la opinión de un lector de quien apenas sé
nada o que ensalza libros que yo detesto no me sirve en absoluto. Hay varios
blogs de literatura por la red que uso a menudo como referencia. También leo
bastante a escritores amigos y sigo las recomendaciones de algunos de ellos.
7.- Vivimos
en el mundo de la hiperconexión. ¿Utilizas las redes sociales? Cuáles son las
que te parecen más interesantes y por qué.
Uso fundamentalmente facebook. Twitter
no me interesa por la restricción a 140 caracteres. (Creo que es imposible
decir nada verdaderamente sustancioso con semejante limitación). Abrí la cuenta
en facebook sobre todo para publicitar mis libros y hablar un poco de lo que me
interesa. También he conocido gente interesante gracias a facebook, pero el
motivo fundamental por el que mantengo la cuenta sigue siendo ese: dejarme ver.
Soy un tío solitario que apenas frecuenta ambientes literarios ni culturales.
Facebook es, a día de hoy, un escaparate en el que pongo lo que me apetece y al
mismo tiempo la ventana más grande de mi habitación.
8.- ¿Eres
escritor de día o de noche? Y ¿ello condiciona los temas sobre los que
escribes?
Por la misma razón por la que leo por
las tardes, también escribo por las tardes (las tardes son mi verdadero
territorio de libertad personal), razón por la que apenas acudo a eventos y
saraos. Por las noches me resulta imposible escribir porque me entra sueño muy
pronto y a partir de las diez y media o las once entro en estado
semicatatónico. No creo que el momento de la escritura condicione ni el fondo
ni la forma de mis textos, aunque, si soy sincero, tampoco he reflexionado
demasiado sobre eso.
9.- Aparte
de la literatura, sé que te apasiona la fotografía. ¿Nos puedes contar si de
alguna forma imbricas ambas pasiones, Literatura y fotografía? Y también, ¿qué
otras artes te gustan? Cuéntanos un poquito cuáles y por qué (si es que hay un
porqué).
Empecé a hacer fotografías mucho
antes que a escribir. (Mi primer libro, de hecho, lo publiqué ya con 40 años). Quizá
por haber empezado tan pronto y tan joven a hacer fotos, no sé si he ido
perdiendo interés, pero sí la fotografía ha ido perdiendo relevancia en mi
vida. Ahora apenas hago fotos excepto cuando viajo. Aunque suene un poco a
frase de Coello (si es así, pido disculpas encarecidamente), siempre he pensado
que las buenas fotografías no son las que captan lo que hay delante de nuestra
vista, sino lo que hay dentro de nosotros mismos. Y eso exige unas aptitudes de
las que carezco (o un esfuerzo que ya no estoy con ganas de realizar). En
cualquier caso, no creo que ambas disciplinas hayan influido una en la otra. Al
menos yo las he vivido como actividades independientes que me han aportado
cosas muy distintas. En cambio, cada vez me siento más interesado por la
música, aunque solo como oyente, como receptor, no como creador. La música es
emoción pura, y me resulta enormemente placentero dejarme arrastrar por esas
emociones. En general me interesan todas las artes (excepción hecha de la
danza, a la que por razones que no vienen al caso me siento completamente
ajeno). Pero soy un aprendiz en todo, aunque al mismo tiempo un buen alumno con
ganas de aprender.
10.- Te pido
ahora unas respuestas rápidas
a) ¿Nos recomiendas un libro?
Esta es quizá la
pregunta más complicada de todas. Hoy diré “Los detectives salvajes”, de
Bolaño. Mañana tal vez diría otro.
b) Un personaje literario que sea inspirador para ti.
El escarabajo de “La
metamorfosis” de Kafka.
c) ¿Qué género literario te apasiona más?
Narrativa en general,
tanto novela larga como relato breve o hiperbreve. No soy nada restrictivo en
ese aspecto.
d) ¿Eres de radio o de televisión?
Dedico más tiempo a ver
la tele que a escuchar la radio, aunque soy muy selectivo. Desde luego, no pongo
la tele para ver qué ponen.
e) ¿Mar o
montaña?
Montaña.
f) La última cosa que te haya sorprendido tanto que todavía
la recuerdes.
Me sigue sorprendiendo
el fanatismo en general y la obsesión de algunas personas por no saber, diría
incluso que su pasión por ser ignorantes. También me sorprende la gente que
abraza lo vulgar y lo chabacano y desprecia lo profundo y lo intenso, o que
ridiculizan la inteligencia.
g) Una canción o cantante que tenga para ti un significado
singular
Crecí escuchando a Silvio
Rodríguez y creo que, a día de hoy, es el único rasgo de mi adolescencia que
todavía mantengo.
11.- Me
gustaría que definieras una escena lo más cercana posible a tu felicidad.
Una casa de campo aislada. Una
tumbona o una hamaca. Una cerveza, preferiblemente de trigo o de abadía (no
hace falta que esté muy fría, el frío excesivo mata el sabor). Un buen libro o
un buen aparato reproductor de música. Silencio.
12.- Pregunta extra para un maestro: ¿Me das una recomendación
para mejorar este blog de relatos y literatura en general?
Como he dicho antes, me
considero un buen alumno que tiene que aprender todavía muchísimas cosas y
apenas nada que enseñar. (De verdad que esto no es simple pose, a veces me
piden colaboraciones o pequeños textos para revistas de pensamiento que tengo
que rechazar porque no me considero en absoluto preparado para ello). Creo además
que hay pocas cosas más complicadas que hacer recomendaciones. Por si te sirve,
te diré que en la vida trato de evitar aquellas situaciones que me resultan
molestas o fastidiosas y dedicarme a aquellas que me producen placer, agrado,
satisfacción o bienestar. De ese modo, la respuesta obtenida a ese esfuerzo
pierde importancia. Pero yendo a tu pregunta, imagino que la idea sería algo
así como: haz aquellas cosas que te gustaría que hubiesen hecho los demás; un
blog como el que te gustaría encontrar por ahí, un libro como el que te
gustaría leer. No se me ocurre mucho más.
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