Juanma Velasco es un ESCRITOR SINGULAR. Con catorce novelas ya
publicadas y una larga trayectoria como columnista, ensayista y poeta, este
escritor prolífico y multigénero ha publicado su última novela titulada De
los verbos del olvido. Fue la novela ganadora del Primer Certamen de Novela
de la Asociación de escritores de Castellón y ha sido finalista del certamen
literario Ciudad de Salamanca y del Premio Azorín de Novela.
Colabora con
sus artículos de opinión en el periódico Levante de Castellón, que recomiendo
por su acertada acidez, en los que afila las aristas de la realidad y de los
increíbles contrastes de la sociedad deshumanizada en que vivimos. También
publica regularmente en su blog
(un
espacio sin cortinas de humo) que ya dice mucho sobre su posición ante la
escritura descarnada, real, sin aditamentos ni ambigüedades. Juanma defiende su
profesión de escritor; pone en valor el esfuerzo y la dedicación a la
literatura, que tantas veces es obviado cuando no vilipendiado, y ya solo por
eso merece todo nuestro respeto.
En esta ocasión
y a partir de la frase que le planteé, Juanma ha construido un relato ambivalente,
sobre lo material y lo intangible, muy interesante. Se titula: Entre
dos cimas.
Y para que
conozcáis un poquito más a su autor, una breve entrevista a continuación.
Entre dos cimas
Había alcanzado la
cúspide, cansado y deprimido a la vez, y una vez en ella se apercibió de que no
tenía esa visión de águila que se atribuía, que le costaba abarcar tanto como
se extendía bajo su área de influencia.
Percibió el
estallido silencioso de la soledad resonando en el eco de su vasto despacho de
hombre-cúspide, alfombrado con los centenares de carótidas que tuvo que
pisotear en su itinerario hacia la cima. Podía llamar a dos, a siete, a
seiscientos subordinados, incluso a la vez; podía solicitar lo uno y lo
contrario, podía hacer que combatiesen entre ellos por obtener algunas
prebendas graciables, pero la sensación de pequeñez continuaba.
Llevaba quince
minutos en la cima del Everest, degustando el planeta. El guía lo apremió para
el descenso y le conminó a que no se volviera a desconectar del oxígeno,
provoca alucinaciones, reforzó. Y el CEO de aquella multinacional francesa
obedeció la recomendación y con el suministro recuperado desapareció, de
inmediato, aquella insólita y repugnante sensación de insignificancia.
ENTREVISTA SINGULAR
1.- ¿Cuál es el principal motivo que te empuja a escribir?
¿Recuerdas cuál fue la primera vez que comenzaste algún texto? ¿Lo guardas
todavía? ¿Te atreverías a publicarlo a modo de relato?
La supervivencia económica. Mis únicos ingresos provienen de la palabra
escrita en la doble vertiente de escribir para mí y para otros. El primer
texto, en puridad, lo debí comentar en el colegio, pero no recuerdo cuál y
obviamente no, no lo conservo, y esa ausencia contesta a la pregunta de la
publicación.
2.- Imagina que tuvieras la posibilidad de publicar un libro
con una editorial de tirada nacional y tuvieses libertad para elegir el género
y la temática. ¿Cuáles serían y por qué?
Mis novelas son intergenéricas. Entiendo la literatura como un
entrecruzarse de la vida y mi instinto literario me ha llevado a construir mis
novelas de ese modo, inclasificables en género. Y ya son 14. La temática de la
futura, en este momento, se divide entre África y una obra de corte sexual.
Decidiré en breve por cuál me inclino.
3.- Te pido que seas tu crítico/a más duro/a. Dinos qué se
te da peor a la hora de escribir y cómo intentas resolverlo.
Al ser novelista “brújula” (en contraposición al novelista “mapa”), no
tomo notas. Lo fio todo a mi memoria, a mi jurisprudencia íntima, y en
ocasiones cometo algún desliz, en especial cronológico. Pero como tengo una
correctora personal que me revisa, aprieta, mejora y estimula, solventamos
entre ambos los aludidos deslices.
4.- ¿Cómo sería tu presentación ideal de un libro? Quiero
decir, qué elementos tendría que tener para que resultase interesante, amena y
entretenida.
Aborrezco las presentaciones en que el autor desmenuza su obra. Apenas
suelo hablar de la novela en las mías. Comentamos lo que surja. Improvisar en función del público es la vía
más excitante para mí.
5.- Hoy en día el número de publicaciones es enorme. Tanto
digital como en papel, resulta muy difícil elegir qué leer ya que normalmente
nuestro tiempo de lectura es limitado. En tu caso, ¿cuál es el criterio que
sigues para la elección de una próxima lectura?
Las recomendaciones de quienes me merecen confianza por su afinidad
literaria conmigo. Y mi propio instinto (que alguna vez, en la pág, 30 falla y
abandono)
6.- Vivimos en el mundo de la hiper conexión. ¿Utilizas las
redes sociales? Cuáles son las que te parecen más interesantes y por qué.
Utilizo solo Facebook (si exceptuamos la omnipresente Whatsapp). No soy
muy adicto a ellas y no tiendo a publicar en exceso, apenas para dar cuenta de
mi actividad literaria, aspectos de climatología y de tanto en tanto, cada vez
menos, ideología. Y no esgrimo con mi
militancia en Face que me parezca la más interesante, sino es la que
inercialmente he escogido. Me fatigaría tener que subir fotos a Instagram, o
mostrar lo ocurrente que soy en cada tuit. Escaparates de la mediocridad
tamizada por filtros.
7.- ¿Cómo te calificarías como lector/a? ¿Qué géneros te
gustan? Y ¿en qué momentos disfrutas de la lectura?
Disfruto con el viaje muy por encima del destino. Más que la
elasticidad que la trama (que también ayuda), por encima de la hondura de los
personajes, me tiene que motivar la manera de contarlo, el estilo, la capacidad
del autor para envolverme con su profundidad. Aborrezco la cháchara literaria, ese
blablá vacío que pasa por trepidante y solo es banal, sin peso, olvidable
apenas cerrado el libro. En cuanto a los momentos, no tengo preferencias, leo
sin rutinas.
8.- ¿Cuál es tu secuencia a la hora de estructurar una
novela, o el género que escribas? Me refiero a cuál es la cadencia de creación:
¿Primero los personajes, o el conflicto principal, o el final, o cómo lo
acometes?
He apuntado algo antes. Hay una sopa primigenia que burbujea en mí y
cuando adquiere vida definitiva, escribo. No tengo nada preestablecido, los
capítulos me llevan unos a otros. En el segundo (suelen ser cortos, entre 6-12
páginas) desconozco lo que sucederá el séptimo y en el octavo lo del decimonoveno.
Decía San Agustín “si no me lo preguntas, lo sé; si lo haces, no sé explicarlo”.
Pero las novelas acaban por redondearse, por converger, por encajar y algunas
hasta airosamente.
9.- Me gustaría que definieses ese momento en el que das por
finalizado un libro. El momento final, cuando recibes las galeradas y les das
el último ok.
No. El libro finaliza cuando mi correctora y yo guardamos nuestra última
versión, la resultante de un proceso de revisión continúa, de lecturas y
relecturas, tras haber debatido, en ocasiones discrepado, sobre esto y aquello,
sobre un tiempo verbal o un adverbio terminado en mente. El resto del proceso
es rutina y, ciertamente, me fatiga, aunque entiendo que es necesario atender a
todos los frentes para evitar esas erratas/errores que le estallan en el
entrecejo al autor cuando las ve publicadas en modo irreparable.
10.- Te pido ahora unas respuestas rápidas
a) Recomiéndanos un libro y el
motivo por el que tendríamos que leerlo.
Sapìens. Condensa el
porqué somos como somos. Imprescindible, incluso como sustituto de la
Selectividad en la rama de humanidades.
b) ¿Cuál es tu escritor/a
favorito/a? Paco Umbral
c) ¿Qué opinas de los blogs
literarios?
No sigo demasiados, si me pongo
incorrecto. En esencia, ninguno. Solo
fragmentariamente. Pero me acercaré al tuyo.
fragmentariamente. Pero me acercaré al tuyo.
d) Un libro que no hayas podido
terminar de leer.
Docenas. No me empecino en
concluir lo que no me excita, aquello que me aburre.
e) Un deseo literario para el
próximo año
Ganar algún concurso literario
medianamente dotado (y no, no hablo del Planeta ni similares, concedidos todos
ellos con antelación a autores de la firma editorial que auspicia el certamen).
f) La última cosa que te haya
sorprendido tanto que todavía la recuerdes.
Conocer que el último recuento
del numero de galaxias ha multiplicado por diez la anterior estimación. Ahora
se elevan a dos billones. Ayuda a no dar nada por sentado, a mantener un
escepticismo rayano en el nihilismo.
g) Una canción o cantante que
tenga para ti un significado singular
Granada, de Agustín Lara. La he
cantado en no pocas ocasiones, de ordinario ayudado por espirituosos.
h) Las 3 características que debe
tener para ti un buen editor/a.
Yo soy mi mejor editor. Nadie se
preocupa más que uno mismo por el producto final. Solo he tenido trato con dos
editores y ambos me dejaron a mi suerte. Se infiere pues que prefiero la
autoedición a someterme al economicismo atroz de demasiadas editoriales que ni
siquiera corrigen el texto. Sé, por comentarios de otros colegas, que hay
editores que los miman. Y eso compensa la falta de rendimiento económico de la
actividad literaria.
11.- Acaba de publicarse tu última novela titulada: De
los verbos del olvido. ¿Nos podrías contar un poquito cómo se gestó tu
idea de esta novela?
Parte de un embrión personal. La novela fue escrita en 2002 aunque
remasterizada y actualizada en 2017. Sin embargo, a las pocas páginas lo íntimo
deja paso a lo ficcionado y el texto cobra su propio hálito y evoluciona libre
de corsés personales. Cada una de las
catorce novelas tiene un detonante, en alguna parte de mi vivencia, en otras
no.
12.- Para terminar, me gustaría que definieras una escena lo
más cercana posible a tu felicidad.
Un bosque acabado de nevar con contundencia. Una compañía femenina.
Conexión a Internet. Une cerveza. Arabescos en una chimenea…
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