lunes, 12 de junio de 2017

Del infierno - mi crónica de lectura


Comencé la lectura de esta inquietante novela en Kütahya, en el corazón de Turquía, motivado por mi interés sobre el llamado “doppelgänger”, o doble fantasmagórico de una persona viva. Recibí también comentarios muy positivos de la misma por parte de Juan Peregrina (durante mi visita a la feria del libro de Granada) y una recomendación incondicional de Raul Ariza.

José Abad construye una trama que pudiera parecer un poco inocente al principio. Un estudiante se va con una beca a estudiar italiano a Siena. Retrata esa época estudiantil universitaria que todos hemos vivido y que tan placentera nos ha resultado a la mayoría. Se percibe el amor del autor por esa ciudad italiana, su descripción precisa de los lugares, el laberinto antiguo de calles estrechas y los puntos de encuentro de los estudiantes.

Sin embargo durante toda la lectura acompaña al lector una sombra, una sospecha de que algo desasosegante transcurre, imbricado con la acción central, sin que el autor dé muestras demasiado claras de lo que es.

La novela intriga, seduce, te obliga a continuar pasando páginas (yo la leí de un tirón, sin poder dejarla) porque la necesidad de saber qué es eso, lo que estás seguro de que determina el núcleo de la novela, no termina de asomar hasta el final. Por ello, la tensión narrativa está construida con perfección de maestro. El dilema que plantea José Abad va mucho más allá del “doppelgänger”, te obliga a reflexionar, a replantearte esos recovecos y rincones que tu propia vida posee y que en tantas ocasiones no nos atrevemos a iluminar.

Y lo mejor de todo, el “despuésde” su lectura. No terminas de leerla y ya está. Su mensaje, su “melodía” sigue acompañándote muchas horas después de haberla terminado, y eso es algo que muy pocos escritores consiguen.

He disfrutado con Del infierno, me ha encantado que su protagonista femenina sea Fiona, y que haya una gran historia de amor con ella, como sucede en mi novela ¿Cómo pudiste hacerme esto a mí? Me he asustado, sorprendido, sonreído y reconocido en cierta forma. Enhorabuena, José Abad, prometo coger pronto otro de tus libros, quizá El Vampiro en el espejo, cuyo título ya me ha seducido.

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