Después comencé a investigar más acerca de la artista que lo
había realizado, y descubrí a Phoebe Bridgers, que pasó a convertirse de
inmediato en el Descubrimiento Musical de Marzo.
¡Quién me iba a decir a mí, amante de la música electrónica,
de los ritmos mecánicos, del siniestrismo y de la música experimental que me
iba a derretir por una cantautora estadounidense! Ver para creer.
Pero así es, Phoebe Bridgers, con apenas 26 años ha
publicado un discazo desde Los Ángeles en 2020 titulado Punisher recibido con
gran acogida por la crítica musical especializada (que todavía existe). Phoebe
ha colaborado también con otras bandas, como Boygenius o Better Oblivion
Community Center, aunque fue un cantautor desconocido también para mí, Ryan
Adams, el que le dio el impulso definitivo como artista.
Punisher tiene 11 temas delicados y llenos de preciosidad
musical, con melodías tenues y arreglos intimistas, minimals, que en
algunos casos apenas arropan a la voz de la cantante. No hay apenas batería que
marque el ritmo de las canciones ni grandes arreglos electrónicos o de
posproducción, (autotunes y similares) que las magnifiquen, porque no lo necesitan.
Simplemente son once canciones directas, que llegan a la médula sin más. El
enorme atractivo de este disco es sin duda la voz de Phoebe, magnética y
purista, con tintes de clasicismo y con brotes de novedad.
En el disco hay dos joyas:
EL OPTIMISMO: la canción Tokyo, lanzada por Phoebe en
plena pandemia con un video realizado en plan casero con Croma, muy evidente,
pero que desprende buen rollo, diversión y optimismo por los cuatro costados.
Una canción para escuchar cuando se tiene un momento de bajón.
LA CATARSIS: la canción I know the End, la
responsable de que yo esté escribiendo ahora sobre Phoebe, un tema frágil, en
el que nos habla sobre ese final al que todos tememos enfrentarnos, con una
melodía casi en descomposición, de bajo tono para dar protagonismo al mensaje y
a su forma de cantar que finalmente estalla en un apocalipsis de ruido y distorsión,
muy al modo de algunas canciones de los Smashing Pumpking, con su banda (potente
y poderosa) como fantasmas en una pantalla destrozando la belleza de la canción
y con Phoebe extenuada y agónica. Cada vez que la escucho se me pone la piel de
gallina. Es impresionante. Hacía mucho que no me sucedía algo así con una
canción.
Phoebe actuó en el programa Saturday Night Live este año y
en directo, en el momento de mayor apocalipsis del tema, empezó a destrozar su
guitarra golpeándola contra el monitor hasta romperla dejando estupefacto al
público. Un signo más de singularidad que me hace pensar que dentro de Phoebe
como artista hay mucho más por descubrir.
Como colofón, el disco ha recibido 4 nominaciones a los Grammy: Mejor artista nuevo, mejor interpretación rock, mejor canción rock y mejor álbum de música alternativa.
La verdad es que las actuaciones que he podido ver de Phoebe
en directo, demuestran una fuerza enorme, con una banda de rock más que potente
y que seguramente aportarán al intimismo del álbum Punisher otra fuerza mucho
más rockera.
Espero poder verla en directo por estas tierras más pronto
que tarde porque creo que he descubierto a una estrella, y a las estrellas del
rock siempre hay que verlas en directo.
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