viernes, 5 de noviembre de 2021

Antes de los años terribles - mi crónica de lectura

 

Siempre que termino la lectura de una novela y recuerdo todas las emociones que me ha transmitido, si es que así ha sido, pienso en el enorme talento de su autor. En este caso, Antes de los años terribles, de Víctor del Árbol ha conseguido que las lágrimas broten sin posibilidad de detenerlas. Ha sido un viaje a un mundo desconocido para mí (desconocido seguramente para muchos lectores), hacia una realidad que ha existido, que es incómoda, pesarosa y terrible y que, como casi siempre, es ninguneada y seguramente acallada en el primer mundo.

La vida de Isaías Yoweri, su rapto y alistamiento en el ejército de niños terroristas obligados a ejercer el poder del terror y la muerte para sobrevivir, la crueldad de la deshumanización de las huestes de líderes tribales y su continua huida hacia delante ha sido una aventura conmovedora y palpitante para mí como lector.

Pocas veces me ha conmovido tanto un libro como éste. He encontrado las dos caras de una misma moneda en el corazón de África, en Uganda, como dice uno de los protagonistas, esa cosa inventada por los ingleses llamada Uganda que nunca existió: La maravilla y el amor por una tierra, por la naturaleza, por el deleite de las cosas sencillas y de la vida en familia y el miedo a la supervivencia, el terror de las consecuencias de la corrupción y el terrorismo.

Víctor del Árbol teje la trama de forma inteligente porque narra en dos tiempos distintos y uno retroalimenta al otro, a modo de explicación. Es decir, aquello que anticipa lo explica, retrospectivamente, en el capítulo siguiente. Aclara cómo ocurrió y el camino que llevó al protagonista a lo que había anticipado. Y es una forma narrativa muy eficaz porque engancha y mantiene la tensión de forma permanente.

He encontrado en esta novela algunos temas que a mí me parecen muy interesantes y que defiendo siempre: La segunda oportunidad, el hecho de tener derecho a recomenzar, a crear tu propio destino. El buenismo (tan denostado hoy en día). Esa gente que, sin esperar nada a cambio, ofrece su ayuda de forma desinteresada y altruista, por el mero hecho de querer hacerlo, por la simple razón de querer entregar su vida a los demás. Ese sobre con unos dólares y ese móvil con un número de teléfono que le fueron entregados a Isaías fue una llave a otro mundo. Y muchas personas, estoy seguro, necesitarían en un momento de su vida, algo así. Una pequeña ayuda que es, sin dudarlo, el catalizador para una vida mejor.

Hay también una carta. ¡Qué placer leer cartas y qué pena que hayan dejado de existir! Una carta conmovedora y clarificadora.

Y sobre todo la novela destila un sentimiento general de que , a pesar de todo, a pesar de las contrariedades, de los vaivenes de la vida, de lo arbitrario de las circunstancias, cuando se tiene un objetivo claro, una dirección que seguir y una meta que cumplir, se puede conseguir.

Sitúo Antes de los años terribles entre los mejores libros que he leído nunca, en el olimpo de mis lecturas. Me ha conmovido y maravillado a partes iguales y creo que será uno de los pocos que releeré en el futuro.


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