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sábado, 28 de septiembre de 2019

BELLEZA ROJA - mi crónica de lectura


Como decía en mi post de Instagram, Portabales, Portabales, Portabales… lo has vuelto a hacer. Me has vuelto a enganchar en tu red y a enamorar de tu nueva novela, Belleza Roja.

¿Cómo podría calificar mi experiencia de lectura de esta maravilla? Yo diría un palabro, puzzlesca. O sea, el puzle que ha conseguido urdir Arantza en esta historia donde el rojo y la sangre tienen un papel predominante, se puede ir construyendo capítulo a capítulo. Como toda buena novela negra, los primeros acontecimientos te parecen deslavazados, inconexos, hasta un punto desconcertantes. Las alegorías con el mundo del arte, las analogías a la gran dama, la Christie, haciendo siempre mención a los 6 posibles candidatos a asesinos, pareciendo a la vez imposibles, el ritmo de intriga y ofrecimiento de información, dosificada, en pequeñas píldoras que alimentan el entusiasmo por saber más, por inferir en que el asesino puede ser tal o cual otro… todo nos conduce por un laberinto de relaciones ocultas, de sorpresas del pasado y de dependencias tóxicas que el lector no puede imaginar.

Arantza consigue lo que un buen escritor ansía siempre, que el lector no quiera dejar de leer porque “necesita” saber más, entender mejor lo que ocurre en ese escenario y cuál es el engranaje que permite cuadrar la escena y hacer que todas las piezas del puzle encajen.

La corta dimensión de los capítulos y el título representativo que cada uno tiene me parece un acierto y el título lo es desde todos los puntos de vista posible.

No sé si estoy en lo cierto, pero creo que queda un cabo suelto, relacionado con Santi Abad, el inspector de policía, y con su pasado (que no desvelo para no “spoilear”). Pienso que quizá es una pequeña discontinuidad que permita a su creadora, Arantza, cerrarlo o darle curso en una siguiente entrega en la que el inspector vuelva a ser protagonista. Aplaudiría si eso ocurriese así porque el placer con el que he degustado esta novela, en mis desplazamientos entre fábricas en Dhaka, capital del mal tráfico, del caos y de la locura circulatoria en carreteras de mala muerte, ha sido total.

Soy muy fan de Arantza. Me convertí en ello tras terminar la maravillosa “Deje su mensaje después de la señal” cuya crónica ya escribí en este mismo blog.


Voy pues con esta, con mi segunda crónica y espero que no sea la última.

Enhorabuena, Arantza Portabales. Esperamos con ganas tu nueva novela!

miércoles, 25 de septiembre de 2019

Descubrimiento musical de septiembre - MIDLAND

Pues ha sido este un verano diferente, unas semanas en las que he hecho cosas que ni pasaban por mi imaginación hace un tiempo, clases de zumba, hacerme un selfie con un “youtuber” jugador de Fortnite que parece que tiene cientos de miles de seguidores (todo alentado por mi hijo) y que a mí me parecía un simple chaval, y para rematar, mientras miraba vídeos de The voice, ya que me gusta no por los cantantes en sí, sino por las canciones que cantan y que así descubro, pues voy y escucho a un cowboy de 19 años cantando con una guitarra una canción que a mí me pareció que era una perfecta canción pop.

Y gracias a esa casualidad, he llegado a esta banda texana de Dripping Springs, Midland, que debutó en 2016 con el álbum que yo los he descubierto, titulado On the Rocks, y que fue declarado nada menos que el mejor álbum Country por el Washington Post. Y que ganó también el Grammy a mejor canción country del año con este single que cantaba el chico de 19, titulada Drinking Problem.


Los que me conozcáis sabréis que siempre me ha horrorizado el country en general como género musical (en cierto modo por desconocimiento) y creo que nunca he escuchado más de dos canciones de un mismo disco.

En esta ocasión, en On the Rocks ,su primer disco, Midland deshacen ciertos de mis prejuicios, orientados hacia la testosterona de los cowboys y las letras demasiado costumbristas de la América profunda. On the rocks está compuesto en mi opinión por canciones pop. Sí, tienen una melodía sencilla, sin excesivos arreglos vocales ni alargamientos en las notas agudas, batería suave de acompañamiento y ritmo bailable. Drinking Problem me parece una maravilla de canción y estaría muy bien escucharla cantada por una it band inglesa del momento. Estoy seguro de que funcionaría igual.

Otros prejuicios que borra Midland son sobre todo, la estética. Sus ropas, llenas de colorido, flores, abalorios y arreglos de todo tipo y gran variedad de sombreros y botas, no parecen pertenecer al reino testosterónico heterosexual precisamente. Aún más, cuando su siguiente álbum, ya publicado, Leti t Roll destila color rosa y dorado por los cuatro costados, así como poses definitivamente no heterosexuales o al menos no pertenecientes al prototipo de cowboy machirulo de los westerns al uso. Me recuerdan más a la estética de los setenta, con los pantalones acampanados, las poses descaradas y la falta de arreglo en el peinado. Una estética que, si quitásemos la referencia americana y los sombreros de cowboys podría encajar en alguna de las épocas de Bowie, por ejemplo.

Ya sé que algun@ se estará llevando las manos a la cabeza con esto último que he dicho, pero si lo analizáis detenidamente tiene un cierto sentido.

Bueno, no sé si ha sido el exceso de calor veraniego, los 49 que acaban de caer, la necesidad de desdecirme de cosas conforme voy cumpliendo años o simplemente las ganas de buscar cosas y músicas nuevas me han llevado a este punto. No digo que me vaya a adentrar ahora en el country, no creo que tenga tanto recorrido pero sí que he disfrutado de este álbum y os lo recomiendo como descubrimiento musical de septiembre.

sábado, 21 de septiembre de 2019

Marta Rebato - una experiencia onírica

La semana pasada acudimos a la exposición de Marta Rebato en la Sala Belia de Belchite, que destaca por enriquecer la vida cultural de Belchite con sus exposiciones de pintura, presentaciones literarias y actos de todo tipo, variados y entretenidos.

La primera sensación que tuve al escuchar a Marta fue la de estar ante una artista diferente. Enseguida nos explicó su proceso creativo, que me resultó sumamente interesante. Cómo el azar la llevó a partir de unos trazos (o manchas, como ella las llamaba) sobre el lienzo como punto de partida. A partir de esas manchas, ella se dedica a observar el cuadro y esperar que los personajes aparezcan, que “salgan” de él y se comuniquen con ella. Es algo realmente inquietante, porque establece una relación energética e inmaterial que sin duda existe entre ella y sus obras. Y cuando los personajes comienzan a vislumbrarse, es cuando ella comienza a dibujarlos y a elaborar, con distintas técnicas, su pintura. Se trata de cuadros "dirigidos" como ella misma los calificó.

Fue algo francamente novedoso para mí y la forma en que ella nos lo explicó todavía más. Es un lujo poder disfrutar de la obra de un artista explicada por él mismo y en este caso fue así. Marta nos hizo un recorrido explicando cada obra, el proceso que había recorrido para encontrarse con cada personaje, oníricos unos, mitológicos otros y realistas también. Nos explicó cómo observar el dolor en el cuadro rojo, o la alegría de la vida en el jardín del edén y tantas otras emociones que sin duda eran generadas por el mundo en el que uno puede zambullirse cuando observa sus cuadros.

Mi preferido es el de la fotografía primera de mi post. Una maravilla de la técnica donde destacan los distintos mundos, yuxtapuestos, en los que asoman personajes que tan sólo quieren saludar con otros que muestran rotundidad y prestancia. Es un lienzo perfecto en mi opinión. Técnica perfecta, ejecutada para dar vida a personajes atemporales que expresan sentimientos reales. Cuando llevas unos minutos observándolos, sin más, te das cuenta de que estás dentro de su mundo y eso es muy placentero.

Marta nos explicó su nuevo proyecto, que partirá de fotografías de paredes del pueblo viejo de Belchite y, una vez realizadas las manchas que emulen esas paredes, desconchadas y destruidas, esperará a que los personajes aparezcan. Sin duda habrá dolor y rabia, y ella, consciente de ese hecho ya nos adelantó que quizá necesite un tiempo para llevarlo a cabo.

Marta Rebato ha sido sin duda un gran descubrimiento. Una artista diferente a todo lo que he conocido hasta ahora, con un discurso propio y particular, con una historia, con sentimiento y con una técnica depurada. Algo que ayuda a amar la pintura a propios a extraños. Algo que a mí me ha enamorado.

Os recomiendo su exposición. Vale la pena.

martes, 17 de septiembre de 2019

Les grands ballets canadiens de Montréal - Teatre Liceu de Barcelona


Hoy he decidido poner un paréntesis a la vorágine de trabajo, estrés y tensión que genera la vida alocada que vivimos, la acelerada existencia que el capitalismo nos obliga a surfear y la tremenda depresión que nuestros políticos nos generan por no tener los bemoles para entenderse.
Sí, he decidido meterme en una burbuja, y ha sido una pequeña nébula de creación artística atemporal protagonizada por Les grands ballets canadiens de Montréal, una compañía de danza contemporánea con 60 años de experiencia, bajo la dirección artística de Ivan Cavallari que ha ejecutado dos piezas: Por primera vez en España, “Stabat Mater” de Pergolesi, con coreografía de Edward Clug, coreógrafo rumano de talento emergente en Europa, y la Séptima sinfonía de Beethoven, con coreografía de Uwe Scholz.

Han sido dos partes muy distintas, que aglutinan el ADN de esta compañía de danza, compuesto de vanguardia y clasicismo a partes iguales.

Stabat Mater es el llanto por la pérdida de un hijo. Las voces de la soprano Kimy McLaren y la mezzosoprano Maude Brunet nos han acercado al dolor, a la desolación por la pérdida, la mayor tristeza que una persona pueda sufrir y la coreografía ha sido por momentos orgánica, pero compuesta de movimientos geométricos, repetitivos, en algunas ocasiones. Hombres que se hacen líquidos y deben ser mantenidos en pie por las mujeres en tacones, desfile de moda en el que las modelos que desfilan caen de lado pero son apoyadas por los hombres, fluidez humana alternativa entre cuerpos que se apoyan y que se empujan y expresionismo corporal que arropa el dolor que circunvala todo el movimiento y arropa a la música ejecutada de forma magistral por la Orquesta Sinfónica del Liceu. Mi sensación ha sido visceral. He sentido dolor y pena. Me ha trasladado por momentos a una distopía futura. En otros he reconocido la muerte de forma muy clara y me he quedado atónito con las relaciones fluidas establecidas entre cuerpos masculinos y femeninos. De 10.


La séptima sinfonía de Beethoven ha sido ejecutada de forma más clásica. Aunque el escenario ha sido igual de minimalista y el vestuario ha sido clásico actual. La coreografía ha recibido gotas de contemporáneo, transformando los movimientos clásicos de baile en una amalgama de creación atemporal. Quiero destacar la gran calidad de l@s bailarin@s, la impresionante totalidad en el escenario de sus solistas y la visualidad de los cuadros de baile, por momentos con 24 bailarines en el escenario. Beethoven y su música son siempre un clásico, pero cuando lo escuchas y lo miras, vestido de ballet contemporáneo, adquiere un estatus superior. La coreografía montada por la compañía canadiense es rotunda, repetitiva pero amplia y los finales, sin ser rotundos como en las grandes obras levantan el aplauso continuado.

Muchas veces sucede que cuando el adjetivo “contemporáneo” acompaña a cualquier arte, a éste le aparece un interrogante, sobre si lo que vamos a observar es realmente arte o simplemente un producto del marketing actual. Pero en este caso la compañía de danza ha resuelto el interrogante con rotundidad. Mi inmersión en la danza contemporánea da otro paso más, sube mi indicador de gusto por ella y me hace, más con cada representación a la que acudo, un fan absoluto de la misma.


Y además ha sido mi primera vez en El Teatre Liceu de Barcelona que es, en sí misma, ya una contemplación del arte.


sábado, 7 de septiembre de 2019

ESCRITORES SINGULARES-68: JUANMA VELASCO


Juanma Velasco es un ESCRITOR SINGULAR. Con catorce novelas ya publicadas y una larga trayectoria como columnista, ensayista y poeta, este escritor prolífico y multigénero ha publicado su última novela titulada De los verbos del olvido. Fue la novela ganadora del Primer Certamen de Novela de la Asociación de escritores de Castellón y ha sido finalista del certamen literario Ciudad de Salamanca y del Premio Azorín de Novela.
Colabora con sus artículos de opinión en el periódico Levante de Castellón, que recomiendo por su acertada acidez, en los que afila las aristas de la realidad y de los increíbles contrastes de la sociedad deshumanizada en que vivimos. También publica regularmente en su blog
(un espacio sin cortinas de humo) que ya dice mucho sobre su posición ante la escritura descarnada, real, sin aditamentos ni ambigüedades. Juanma defiende su profesión de escritor; pone en valor el esfuerzo y la dedicación a la literatura, que tantas veces es obviado cuando no vilipendiado, y ya solo por eso merece todo nuestro respeto.
En esta ocasión y a partir de la frase que le planteé, Juanma ha construido un relato ambivalente, sobre lo material y lo intangible, muy interesante. Se titula: Entre dos cimas.

Y para que conozcáis un poquito más a su autor, una breve entrevista a continuación.

Entre dos cimas
Había alcanzado la cúspide, cansado y deprimido a la vez, y una vez en ella se apercibió de que no tenía esa visión de águila que se atribuía, que le costaba abarcar tanto como se extendía bajo su área de influencia.
Percibió el estallido silencioso de la soledad resonando en el eco de su vasto despacho de hombre-cúspide, alfombrado con los centenares de carótidas que tuvo que pisotear en su itinerario hacia la cima. Podía llamar a dos, a siete, a seiscientos subordinados, incluso a la vez; podía solicitar lo uno y lo contrario, podía hacer que combatiesen entre ellos por obtener algunas prebendas graciables, pero la sensación de pequeñez continuaba.
Llevaba quince minutos en la cima del Everest, degustando el planeta. El guía lo apremió para el descenso y le conminó a que no se volviera a desconectar del oxígeno, provoca alucinaciones, reforzó. Y el CEO de aquella multinacional francesa obedeció la recomendación y con el suministro recuperado desapareció, de inmediato, aquella insólita y repugnante sensación de insignificancia.

ENTREVISTA SINGULAR


1.- ¿Cuál es el principal motivo que te empuja a escribir? ¿Recuerdas cuál fue la primera vez que comenzaste algún texto? ¿Lo guardas todavía? ¿Te atreverías a publicarlo a modo de relato?
La supervivencia económica. Mis únicos ingresos provienen de la palabra escrita en la doble vertiente de escribir para mí y para otros. El primer texto, en puridad, lo debí comentar en el colegio, pero no recuerdo cuál y obviamente no, no lo conservo, y esa ausencia contesta a la pregunta de la publicación.

2.- Imagina que tuvieras la posibilidad de publicar un libro con una editorial de tirada nacional y tuvieses libertad para elegir el género y la temática. ¿Cuáles serían y por qué?
Mis novelas son intergenéricas. Entiendo la literatura como un entrecruzarse de la vida y mi instinto literario me ha llevado a construir mis novelas de ese modo, inclasificables en género. Y ya son 14. La temática de la futura, en este momento, se divide entre África y una obra de corte sexual. Decidiré en breve por cuál me inclino.

3.- Te pido que seas tu crítico/a más duro/a. Dinos qué se te da peor a la hora de escribir y cómo intentas resolverlo.
Al ser novelista “brújula” (en contraposición al novelista “mapa”), no tomo notas. Lo fio todo a mi memoria, a mi jurisprudencia íntima, y en ocasiones cometo algún desliz, en especial cronológico. Pero como tengo una correctora personal que me revisa, aprieta, mejora y estimula, solventamos entre ambos los aludidos deslices.

4.- ¿Cómo sería tu presentación ideal de un libro? Quiero decir, qué elementos tendría que tener para que resultase interesante, amena y entretenida.
Aborrezco las presentaciones en que el autor desmenuza su obra. Apenas suelo hablar de la novela en las mías. Comentamos lo que surja.  Improvisar en función del público es la vía más excitante para mí.

5.- Hoy en día el número de publicaciones es enorme. Tanto digital como en papel, resulta muy difícil elegir qué leer ya que normalmente nuestro tiempo de lectura es limitado. En tu caso, ¿cuál es el criterio que sigues para la elección de una próxima lectura?
Las recomendaciones de quienes me merecen confianza por su afinidad literaria conmigo. Y mi propio instinto (que alguna vez, en la pág, 30 falla y abandono)

6.- Vivimos en el mundo de la hiper conexión. ¿Utilizas las redes sociales? Cuáles son las que te parecen más interesantes y por qué.
Utilizo solo Facebook (si exceptuamos la omnipresente Whatsapp). No soy muy adicto a ellas y no tiendo a publicar en exceso, apenas para dar cuenta de mi actividad literaria, aspectos de climatología y de tanto en tanto, cada vez menos, ideología.  Y no esgrimo con mi militancia en Face que me parezca la más interesante, sino es la que inercialmente he escogido. Me fatigaría tener que subir fotos a Instagram, o mostrar lo ocurrente que soy en cada tuit. Escaparates de la mediocridad tamizada por filtros.

7.- ¿Cómo te calificarías como lector/a? ¿Qué géneros te gustan? Y ¿en qué momentos disfrutas de la lectura?
Disfruto con el viaje muy por encima del destino. Más que la elasticidad que la trama (que también ayuda), por encima de la hondura de los personajes, me tiene que motivar la manera de contarlo, el estilo, la capacidad del autor para envolverme con su profundidad. Aborrezco la cháchara literaria, ese blablá vacío que pasa por trepidante y solo es banal, sin peso, olvidable apenas cerrado el libro. En cuanto a los momentos, no tengo preferencias, leo sin rutinas.

8.- ¿Cuál es tu secuencia a la hora de estructurar una novela, o el género que escribas? Me refiero a cuál es la cadencia de creación: ¿Primero los personajes, o el conflicto principal, o el final, o cómo lo acometes?
He apuntado algo antes. Hay una sopa primigenia que burbujea en mí y cuando adquiere vida definitiva, escribo. No tengo nada preestablecido, los capítulos me llevan unos a otros. En el segundo (suelen ser cortos, entre 6-12 páginas) desconozco lo que sucederá el séptimo y en el octavo lo del decimonoveno. Decía San Agustín “si no me lo preguntas, lo sé; si lo haces, no sé explicarlo”. Pero las novelas acaban por redondearse, por converger, por encajar y algunas hasta airosamente.

9.- Me gustaría que definieses ese momento en el que das por finalizado un libro. El momento final, cuando recibes las galeradas y les das el último ok.
No. El libro finaliza cuando mi correctora y yo guardamos nuestra última versión, la resultante de un proceso de revisión continúa, de lecturas y relecturas, tras haber debatido, en ocasiones discrepado, sobre esto y aquello, sobre un tiempo verbal o un adverbio terminado en mente. El resto del proceso es rutina y, ciertamente, me fatiga, aunque entiendo que es necesario atender a todos los frentes para evitar esas erratas/errores que le estallan en el entrecejo al autor cuando las ve publicadas en modo irreparable.

10.- Te pido ahora unas respuestas rápidas

a) Recomiéndanos un libro y el motivo por el que tendríamos que leerlo.
   Sapìens. Condensa el porqué somos como somos. Imprescindible, incluso como sustituto       de la Selectividad en la rama de humanidades.

b) ¿Cuál es tu escritor/a favorito/a?  Paco Umbral

c) ¿Qué opinas de los blogs literarios?
    No sigo demasiados, si me pongo incorrecto. En esencia, ninguno. Solo                
   fragmentariamente.    Pero me acercaré al tuyo.

d) Un libro que no hayas podido terminar de leer.
    Docenas. No me empecino en concluir lo que no me excita, aquello que me aburre.

e) Un deseo literario para el próximo año
    Ganar algún concurso literario medianamente dotado (y no, no hablo del Planeta ni similares, concedidos todos ellos con antelación a autores de la firma editorial que auspicia el certamen). 

f) La última cosa que te haya sorprendido tanto que todavía la recuerdes.
    Conocer que el último recuento del numero de galaxias ha multiplicado por diez la anterior estimación. Ahora se elevan a dos billones. Ayuda a no dar nada por sentado, a mantener un escepticismo rayano en el nihilismo.

g) Una canción o cantante que tenga para ti un significado singular
    Granada, de Agustín Lara. La he cantado en no pocas ocasiones, de ordinario ayudado por espirituosos.

h) Las 3 características que debe tener para ti un buen editor/a.
    Yo soy mi mejor editor. Nadie se preocupa más que uno mismo por el producto final. Solo he tenido trato con dos editores y ambos me dejaron a mi suerte. Se infiere pues que prefiero la autoedición a someterme al economicismo atroz de demasiadas editoriales que ni siquiera corrigen el texto. Sé, por comentarios de otros colegas, que hay editores que los miman. Y eso compensa la falta de rendimiento económico de la actividad literaria.

11.- Acaba de publicarse tu última novela titulada: De los verbos del olvido. ¿Nos podrías contar un poquito cómo se gestó tu idea de esta novela?
Parte de un embrión personal. La novela fue escrita en 2002 aunque remasterizada y actualizada en 2017. Sin embargo, a las pocas páginas lo íntimo deja paso a lo ficcionado y el texto cobra su propio hálito y evoluciona libre de corsés personales.  Cada una de las catorce novelas tiene un detonante, en alguna parte de mi vivencia, en otras no.

12.- Para terminar, me gustaría que definieras una escena lo más cercana posible a tu felicidad.
Un bosque acabado de nevar con contundencia. Una compañía femenina. Conexión a Internet. Une cerveza. Arabescos en una chimenea…