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jueves, 11 de febrero de 2021

Descubrimiento musical Febrero-2021: SIGMUND WILDER

Mi descubrimiento musical de febrero llega de la mano de Andrés Rodríguez Domingo, quien me lo dio a conocer y debo decir que nunca un descubrimiento de los que posteo en el blog me ha gustado tanto como SIGMUND WILDER.

Detrás de este proyecto musical, nacido en 2017 está el músico David Martínez que ha publicado en pleno año pandémico su tercer álbum titulado DESORDEN.

El fantasma de Syd Barret

Nada más comenzar su escucha, me traslado a otro lugar y a otra época. Me dejo llevar y me encuentro en El Cairo, o en La Estación del Silencio, de Zaragoza. Corre 1989 y yo tengo un pelazo cardado y visto botas de militar con pantalón acampanado y chaleco sin camisa. Todo se transforma y los sonidos me llevan allí porque son tan característicos de una época de mi vida que me transportan a la vez que me electrizan.

Sigmund Wilder ha publicado un disco rotundo. DESORDEN: 8 temas grabados en los estudios Blind Records de Barcelona bajo la producción de Santos Berrocal y Fluren Ferrer llenos de atmósferas solapadas, melodías en tono menor cargadas de contrapunto con bemol y baterías a medio camino entre las programadas y las rotundamente analógicas. 8 temas largos, en torno a cinco minutos cada uno, como era norma en los discos de la época postsiniestra de finales de los ochenta (si se hubiese publicado en aquel momento sería un LP con 4 canciones en cada cara, como fue el perfecto Pornography), fusionados con una voz muy estimulante, que recuerda por momentos a Peter Murphy con sus dotes de barítono popizado pero también a Robert Smith cuando susurra por ejemplo en Lullaby. Para mí es un acierto haber cambiado en este disco y cantar en castellano. Ojalá sigan por esa senda, me parece que les dota de mucha mayor singularidad.

Para la ocasión, he llevado a cabo el intento de escuchar varias veces el disco entero sin leer nada del grupo, ni de sus influencias, ni su historia, ni con quien han tocado ni nada que pudiese contaminar mis sensaciones personales. Y creo que ha sido un acierto. Sin duda, encuentro muchas referencias: la programación ordenada de algunas baterías con cierto Clash como sonaban en las monorítmicas canciones de Pornography, las melodías de la guitarra en tono menor de algunas canciones de Disintegration, de The Cure, los sonidos atmosféricos envolventes pero electrónicos de bandas más avanzadas como Mogwai o God is an Astronaut, algunas reminiscencias de grupos nítidamente finalochenteros, como El pecho de Andy, la luminosidad del pop en todo su esplendor de Everyday is like Sunday, por ejemplo y por supuesto la fusión de todo ello en un tupido neopreno final que funde y sintetiza algo propio suyo y de nadie más, del modo en que lo consiguen grupos como Editors o Exxasens.

Un sonido característico y único a la vez, que rememora una época muy importante de mi vida (y muy underground seguramente para el resto de público) pero muy singular que ayuda a identificar cualquier canción de SIGMUND WILDER desde que comienzan sus acordes.

Para mí hay 3 singles claros (si se pudieran editar y lanzar singles, claro está): El primero y absoluto es El fantasma de Syd Barret – Una canción simplemente perfecta. El segundo sería Ángeles que me parece más colorista y para terminar la promoción lanzaría una barbaridad literario-musical: Exilio mental. (Ya sé que para los que hayáis escuchado el disco 14 segundos será EL TEMA del disco, pero a mí me parece menos singular, aunque por supuesto un temazo también)

SIGMUND WILDER no es simplemente un descubrimiento musical, es mucho más, una propuesta que me va a acompañar desde ya hacia el futuro, algo de lo que se nutre esta sección del blog, de descubrir músicos y propuestas musicales de futuro y SIGMUND WILDER lo tiene y muy prometedor.

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