Andrés Rodríguez Domingo
es un ESCRITOR SINGULAR. Escritor catalán con varias novelas ya publicadas, El tiempo de la cebada, Man-hú, La piel de
nadie, La memoria robada y el
último con el que yo me he convertido en su lector incondicional: Diario de un optimista novato, cuya crónica de lectura publiqué en este
mismo blog.
https://loabsolutonoexiste.blogspot.com/2021/01/diario-de-un-optimista-novato-mi.html
Es muy curioso cuando
de forma casi aleatoria (random como diría mi hijo adolescente) conoces
a alguien con quien, poco a poco descubres que tienes tanto en común. Compartes
generación, gustos musicales, posiciones ante la vida, ante el optimismo o
pesimismo. Se parece mucho el sentido del humor o la creatividad. Es sorprendente
y te hace pensar que, en otro momento, en otro escenario, habríamos sido amigos
y que, quizás ahora gracias a la literatura, llegaremos a serlo. Una magia más
de esa gran amiga nuestra que es la Literatura con mayúsculas.
Y la de Andrés es
fantástica. Domina la fluidez en la prosa y posee una cualidad para mí
admirable (por mi absoluta negación para ello) que es el humor literario. Pero
un humor con fundamento, asentado en hechos y sentencias que te hacen darte
cuenta de lo relativo que es todo en la vida, filosofía de la que soy militante
desde hace años, del relativismo.
Las historias de sus
novelas son muy variadas y ante todo, singulares: El relato de cómo podría haber sido el encuentro entre la madre de Judas y la de Jesús, en El tiempo de la cebada. La historia del pueblo hebreo en el
desierto del Sinaí, en Man-Hú. Lujo e intriga en la novela de ficción La piel de nadie, sobre un creativo publicitario reconvertido
a escritor de éxito. O la investigación basada en la biografía de su padre,
pastor protestante; un extenso homenaje a los protestantes que sobrevivieron a
la España que explosionó con la Guerra Civil en La memoria robada.
Andrés tuvo la
enorme generosidad, casi sin conocerme, de regalarme sus libros, otro signo más
que apunta a la gran persona que es, tanto como su creatividad.
En esta ocasión Andrés ha querido compartir el primer párrafo
del capítulo 1 de su última publicación: Diario de un optimista novato. Leedlo
porque es divertido, coherente y muy identificador. Todos nos veremos
reflejados en alguno de sus pasajes.
Y para que conozcáis un poquito más a su autor, una breve
entrevista a continuación.
1.- ¿Cuál es el principal motivo que te empuja a escribir? ¿Recuerdas cuál fue la primera vez que comenzaste algún texto? ¿Lo guardas todavía? ¿Te atreverías a publicarlo a modo de relato?
Escribir
me satisface y divierte a partes iguales. No hay más. Yo no escribo porque
tenga que sacar algo que lleve dentro o necesite expresar mis sentimientos.
Simplemente lo hago para marcarle a mi cabeza en qué tiene que entretenerse.
Pues
no recuerdo mi primer texto, la verdad, por eso no lo conservo. Mis escritos
siempre han ido asociados a mi creatividad, así que sería de jovencito, cuando
imaginaba muchas cosas y hacía teatro... ¡Y claro que lo publicaría! (si
valiese la pena, claro).
2.- Imagina que tuvieras la posibilidad de publicar un libro con una editorial de tirada nacional y tuvieses libertad para elegir el género y la temática. ¿Cuáles serían y por qué?
Supongo
que sería una novela de ficción con una historia real por descubrir.
3.- Te pido que seas tu crítico/a más duro/a. Dinos qué se te da peor a la hora de escribir y cómo intentas resolverlo.
Los
acelerones y las prisas. Intentar llegar al final sin dejarme cosas me pone muy
nervioso y dispara mi ansiedad. Necesito dejarlo todo bien atado. Para
resolverlo echo el freno y lo dejo reposar un tiempo.
4.- ¿Cómo sería tu presentación ideal de un libro? Quiero decir, qué elementos tendría que tener para que resultase interesante, amena y entretenida.
Una presentación debería ser un festón para el autor. Siempre. Lo que pasa es que apremia explicarle a la gente, en poco tiempo, que el libro que van a leer vale la pena. Es por eso que cuando alguien te dice que le has hecho llorar porque se ha conmovido, es muy emocionante. Y a mi me emociona profundamente emocionar. En mis presentaciones uso música, lecturas, opinión, videos... imágenes y sensaciones que el lector pueda llevarse a casa.
5.-
Hoy en día el número de publicaciones es enorme. Tanto digital como en papel,
resulta muy difícil elegir qué leer ya que normalmente nuestro tiempo de
lectura es limitado. En tu caso, ¿cuál es el criterio que sigues para la elección
de una próxima lectura?
Me
considero un lector tardío, una especie de perdedor literario. Estuve
muchísimos años sin disfrutar de la lectura. No supe aprovechar el tiempo. Una
auténtica lástima pues leía poco y mal. Afortunadamente descubrí el mundo de
las emociones escritas a partir de los cuarenta. Ahora leo bastante pero debo
ser certero en la elección de los libros, por eso el criterio que normalmente
sigo es muy interesado. La temática varía dependiendo de lo que me traiga entre
manos. Aunque también leo algunas recomendaciones, claro.
6.- Vivimos en el mundo de la hiper conexión. ¿Utilizas las redes sociales? Cuáles son las que te parecen más interesantes y por qué.
Tengo
Instagran y uso Facebook. Es muy divertido. Interactúo con mucha gente que por
otro medio no haría o que incluso nunca habría llegado a conocer (aunque sean
amistades un poco de mentirijillas). Además, el concepto de «red social» es un
poco loco, y a mi eso ya me va... Sin embargo todavía me resisto a tener twitter,
será porque la sobreinformación y el insulto me alteran el ánimo.
7.- ¿Cómo te calificarías como lector/a? ¿Qué géneros te gustan? Y ¿en qué momentos disfrutas de la lectura?
Como
todo el mundo leo por interés o para pasármelo bien. Es como ir en bicicleta
sin saberlo, disfruto cuando no soy consciente de que estoy leyendo. Sí, ya sé
que en eso reside el placer de la lectura, pero ya he dicho que lo descubrí muy
tarde. Suelo analizar el vocabulario, fijarme en las descripciones, en el uso
de los verbos, etc. Analizo para entender por qué me está gustando y a partir
de ahí imito, adapto... barro para casa, vaya. Es imposible escribir sin leer.
Como
en la música, me gustan casi todos los géneros dependiendo del momento. Me
encanta el ensayo. Leo poca novela negra. Con la novela histórica los viajes
son más lejanos y duraderos. Leer historias narradas en prosa poética también
me gusta una barbaridad, aunque reconozco que soy poco de poesía más clásica.
Me gusta, pero demasiado a menudo tengo que releerla para que me entre.
8.- ¿Cuál es tu secuencia a la hora de estructurar una novela, o el género que escribas? Me refiero a cuál es la cadencia de creación: ¿Primero los personajes, o el conflicto principal, o el final, o cómo lo acometes?
Ando.
Pienso. Leo. Converso. Corro. Miro. Escucho. Meto montones de cosas en mi
cabeza, hasta que sucede y ves venir a la historia de lejos. Supongo que es
parecido a pintar o componer. Primero imaginas en el aire y luego ya entras en
papel. Yo voy haciendo sobre la marcha, aunque obviamente sigo un orden y me
marco un ritmo, si no corres el peligro de perderte o hastiarte. Primero ubico,
localizo la historia, y luego empiezo a empujarla. Una vez encarrilo la acción
central, las tramas paralelas van surgiendo, añadiéndose por caminos laterales.
Y es cuando el escenario se me llena de gente cuando toca discriminar y poner a
cada uno en su sitio. Escribir es un placer estratégico alucinante.
9.- Me gustaría que definieses ese momento en el que das por finalizado un libro. El momento final, cuando recibes las galeradas y les das el último ok.
Por
un lado te oyes decir:”¡Joder, qué bien que ha quedado!". Y por el otro
escuchas voces amigas que empiezan a criticarte desde el cariño. Y es cuando
más coinciden todas esas opiniones que más gustirrinín da... llegado ese punto
sabes que el libro está listo.
10.- Te pido ahora unas respuestas rápidas
a) Recomiéndanos un libro y el motivo por el que tendríamos que leerlo.
Una
vez al año yo me leo “Mientras escribo”, de Stephen King. Algo así como un
manual ligero y animoso para escritores.
b) ¿Cuál es tu escritor/a favorito/a?
Jordi
Sierra i Fabra.
c) ¿Qué opinas de los blogs literarios?
No
tengo una opinión, lo siento, sigo pocos y de uvas a peras.
d) Un libro que no hayas podido terminar de leer.
“El
asedio”, de Arturo Pérez Reverte. Creo que me costaba leerlo en tiempo
presente.
e) Un deseo literario para el próximo año.
Que las personas que ya se han leído mi próxima novela tengan razón y realmente sea tan brutalmente adictiva como me cuentan. Confío en poder publicar «El dolor de la sal» antes del verano.
f) La última cosa que te haya sorprendido tanto que todavía la recuerdes.
Cuando
al acabar una presentación una mujer se acercó para decirme que su padre había
estado preso en el campo de concentración de Buchenwald. Seguro que era una
historia terrible que contar...
g) Una canción o cantante que tenga para ti un significado singular
Siempre
he escuchado a Bunbury. Me gusta ese tipo de artista con aire atormentado y
agitado. Aunque suelen parecer un poco pedantes, escriben con cierta gracia
poética. Dicen cosas como que "las mujeres son metales en estado de
algodón". Aunque últimamente escucho bastante a Sigmund Wilder. Una banda
tremenda con una voz gemela a la de Peter Murphy, mi ídolo musical de juventud.
h) Las 3 características que debe tener para ti un buen editor/a.
Con
que sea educado/a es suficiente. Mi experiencia ha sido mala y escueta. El
último me dijo que le enviase el manuscrito y que ya hablaríamos. Han pasado tres
años de aquello y todavía sigo esperando...
11.- Tu última novela publicada se titula: La memoria robada, de la que prometes tener una segunda estación o continuación de título El susurro de las piedras. ¿Nos podrías contar un poquito cómo se gestionó la novela y tu proyecto de continuación?
Es
una novela de investigación basada en la biografía de mi padre, el pastor Sebastián
Rodríguez Gómez. En el fondo se trata de un extenso y documentado homenaje
a los hombres y mujeres protestantes que sobrevivieron a la España que saltó por
los aires durante y después de la Guerra Civil. Mi padre había crecido
atormentado por la poderosa Iglesia católica por culpa de los pecados mortales
o el purgatorio... Ya de niño fue un lector empedernido. Durante la guerra,
estuvo refugiado en un apeadero de tren en Albacete y dejaba la ventana puesta
de tal modo que los primeros rayos de sol le despertasen para poder leer “Los
episodios nacionales”, de Benito Pérez Galdós. Cuando tendría diecisiete o
dieciocho los protestantes le dieron acceso a su primera Biblia. Se la leyó del
tirón y decidió estudiarla. Se metió de lleno en un catolicismo reformado, un
protestantismo clandestino donde se iba a encontrar con mi madre, Eunice, una
valenciana muy inteligente y muy guapa. Se casaron entonces y se marcharon los
dos juntos a un seminario que estaba en Madrid. Hasta que el régimen de Franco
lo cerró. Allí estudiaron teología, hebreo, exégesis, homilética, griego...
Fueron personas extraordinarias y, aunque ya fallecieron, creo que llegué a
tiempo de devolverles su vida. A Sebastián el Alzhéimer le había arrancado
todos sus recuerdos. Los viernes le leía lo que iba escribiendo y la cara se le
iluminaba. Aquella fue una experiencia impagable, es por eso que siempre animo
a que la gente escriba la historia de sus familias. Es la vida en estado puro.
Cuando
llevaba cerca de dos mil páginas escritas decidí partir la historia en dos
volúmenes. Publiqué entonces “La memoria robada” y sigo corrigiendo “El susurro
de las piedras”. Confío en publicarla en 2022. Tampoco tengo prisa...
12.- Para terminar, me gustaría que definieras una escena lo más cercana posible a tu felicidad.
Mi
escena preferida es un abrazo, cerrado e intenso, a mi madre. Mientras, la
seguiré buscando en la soledad de la montaña. A la felicidad, claro.