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miércoles, 8 de julio de 2020

La cara norte del corazón - Mi crónica de lectura


Dolores Redondo es una de las escritoras a las que sigo con más interés. Su trilogía del Baztán me encantó y nos animó a toda la familia a visitar Elizondo en un viaje estupendo en el que pudimos descubrir sitios como las cuevas de Zugarramurdi o el Pirineo Navarro. Todo ello ya me parece un logro importante porque es algo que la literatura ha conseguido más allá de la propia obra de la autora.

Todo esto te daré, premiada con el Planeta también me gustó.

Pero me toca hablar de la última novela, La cara norte del corazón, en la que he encontrado luces y sombras. Las luces, son claras: la impecable narración de la investigación de un asesino múltiple con las aportaciones singulares y certeras de Amaia Salazar, los pequeños flashbacks a la infancia de Amaia, cuando se perdió en el bosque o cuando estuvo a punto de morir en una arqueta de harina y el ritmo narrativo dentro de una ambientación, la del huracán Katrina de 2005 que te hace padecer y sufrir por la enorme tragedia que ocurrió. Todo ello me parece logrado y ejecutado con factura de novela negra que atrapa, que te acerca a la trilogía que tanto éxito tuvo y que une las historias de esta novela con las otras tres. Y me parece un logro.

Pero también encuentro algunas sombras, para mí dos fundamentales: La primera, el metraje. Encuentro la novela demasiado larga. Creo que la primera parte es perfecta, pero a la segunda le sobran muchas páginas que, en mi opinión, no aportan tanto a la historia. Y la segunda sombra es el peso o el desarrollo de los personajes norteamericanos. Los inspectores y policías que investigan con Amaia (excluyendo a Dupree) me resultan “poco reales”. Quizá sea porque situar a Amaia, a la que tan intensamente identifico con Elizondo y el paisaje navarro, en Nueva Orleans, me chirría un poco. Quizá porque la autora parece querer hacer un paralelismo entre figuras de la tradición contada navarra como el Basajaún, con el misterio de las religiones ancestrales del sur de Estados Unidos, de la cultura del vudú y de los espíritus en Nueva Orleans. No sabría definirlo de forma concreta, pero hay en ello un pequeño velo de ficción que me aleja de la veracidad de la trama.

Termino mi crónica de lectura indicando que La cara norte del corazón me parece una novela mucho más compleja de escribir que las anteriores de Dolores Redondo, y eso también le otorga mucho mérito, por la descripción de los lugares, por hacerlo en un momento trágico como fue el huracán Katrina y por el salto temporal en las investigaciones.

La resolución del caso… lo dejo a vuestra lectura. No puedo comentar el final que merecería una crónica propia.


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