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sábado, 11 de febrero de 2023

Los misterios de Pittsburgh - mi crónica de lectura 35 años después

Recuerdo que leí esta novela de Michael Chabon (su primera novela y gran éxito para él) allá por 1986,  cuando estaba yo en plena adolescencia. Es curioso cómo guardamos ciertos recuerdos en nuestra memoria, en algunos casos sin tener una explicación muy concreta, podemos recrearnos en detalles de lo más específico y olvidar por completo tantas otras cosas. En mi haber, siempre he guardado como una experiencia muy placentera la lectura de este libro que por algún motivo me atrapó siendo yo adolescente y buscando mi propia identidad.

Eran las lecturas que podía conseguir yo de forma fácil en aquella época, viviendo en un pueblo en el que no había ninguna librería, comprando a través del Círculo de Lectores, que tantos libros trajo a mi casa de adolescente.

Los misterios de Pittsburgh nos habla del tránsito de la adolescencia a la madurez de tres protagonistas, Art, narrador en primera persona que cabalga entre dos amores, uno hacia Artur, su amigo incidental y otro hacia Phlox, la chica perfecta. Es muy interesante cómo el autor, Michael Chabon instala esta historia de relaciones personales, amorosas, celos y demás en el ambiente de Pittsburgh más cercano a la camorra, a las pequeñas mafias de la época y lo circunscribe en un marco familiar nada halagüeño para Artur.

Chabon utiliza un lenguaje muy desprejuiciado, muy de la época en que fue escrito. ¡Quién nos iba a decir a nosotros que retrocederíamos tanto en el siglo XXI hacia esta hipercorrección política que nos rodea…! Art y Arthur viven su relación con naturalidad, con cordialidad y con una sexualidad sin límites, y lo mismo le ocurre a Arthur cuando está con Phlox. La forma en que describe su sensualidad es naif a la par que precisa y es quizá la relación hetero entre ellos la que presenta más aristas y complejidad.

Leer esta misma novela 35 años después me ha hecho confrontar el recuerdo que guardaba de ella con mi experiencia actual, de 2023. Debo decir que no me ha defraudado. Pequeñas esencias de lo que mi memoria guarda, de esa búsqueda de identidad que siempre buscamos se han encontrado con el texto y han hecho “match”. Así que creo que su lectura se va a convertir en un recuerdo ya imborrable.

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