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domingo, 3 de julio de 2022

Lo que la marea esconde - mi crónica de lectura

Ya había leído en otra ocasión una novela de María Oruña (la primera de su trilogía) y me gustó bastante. Decidí aplazar las otras dos para más adelante y elegí esta novela que está separada de las anteriores, aunque su personaje guarda relación con ellas a través de su personaje principal, Valentina Redondo, una mujer que ha pasado por la experiencia traumática de perder a un hijo y que se encierra en un búnker de hielo sentimental para superar el dolor y en la resolución profesional del caso que nos ocupa.

Lo que la marea esconde rinde un homenaje a las novelas de misterio de principios de siglo  en las que sucede un crimen aparentemente irresoluble en una habitación cerrada, como las de Agatha Christie o Gaston Leroux. Y María lo estructura y desarrolla con mucha inteligencia pues en este tipo de narraciones es fundamental que el lector sea incapaz de atisbar la resolución del mismo.

Es muy interesante la relación que sus compañeros de comisaría mantienen con Valentina y muy especialmente la de Oliver, su pareja a quien ella ha decidido alejar para que el dolor no destruya su amor por él.

En esta novela todo es misterioso. El primer cadáver aparece en el camarote de una goleta, con la puerta cerrada por dentro y sin que aparentemente pueda explicarse cómo sucedió. Un segundo cadáver aparece posteriormente habiendo sucedido en una habitación llena de gente sin que nadie se haya percatado y una tercer muerte termina de dificultar la resolución del caso.

Resulta especialmente imaginativa la resolución del mismo, a través de la historia y del caso que nos cuenta su autora, haciendo un paralelismo sobre la forma en que pudo cometerse.

Por unos días he regresado a ese placer como lector que tengo siempre cuando leo una novela de misterio, cuando releo a Agatha Christie o a cualquier novela de Hércules Poirot. Pero añado al placer que indico la contemporaneidad, o sea, sucediendo los casos en el tiempo que vivimos, lo que dificulta mucho más, por la existencia de la tecnología y por la sobreinformación, su complicación.

Esta novela me ha tenido enganchado a su lectura y me ha hecho disfrutar mucho. Un diez para María Oruña. Ya no tengo excusa para posponer la lectura del resto de la trilogía. ¡A por ella que voy!

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