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domingo, 21 de julio de 2019

Wences Rambla - 50 años de abstracción pictórica


¿Qué se puede hacer un sábado de julio por la tarde, en Castellón, con casi cuarenta grados de temperatura? Una visita cultural a una magnífica exposición de arte organizada en el Museu de Belles Arts de Castelló. La magnífica retrospectiva titulada 50 anys d’abstracció pictórica, de Wences Rambla.
Nada más comenzar la visita lo primero que sorprende es descubrir un artista castellonense que optó desde siempre por la modernidad. Resulta muy enriquecedor ver que Wences apostó por la explosión del geometrismo abstracto ya en los primeros setenta, nadando sin duda a contracorriente en un ambiente artístico de la provincia mucho más cauto.

La imbricación de abstracción y geometría, con la explosión cromática es exactamente el tipo de pintura que más disfruto. Es mi estilo. Me parece rompedor, inspirador, crea una corriente de energía y luminosidad que positiviza al espectador y lo transporta al mundo onírico de las sensaciones más primigenias. Y yo siempre disfruto al máximo cualquier exposición que transite por estas coordenadas.

En el caso de la retrospectiva de Wences me gustó mucho la transición cromática, de los verdes trigueños del comienzo a los naranjas y carmines para transitar por las series multicolores y dar paso al rosa palo y los azules.

Wences domina la técnica, combina los relieves con ciertas texturas rugosas y la extrema linealidad de sus diseños geométricos dotándolos de profundidad, de perspectiva, si se miran a la distancia adecuada pero también de extremo detalle si se observan desde muy cerca.

Destaco de toda la serie de 35 cuadros expuestos dos que me conmovieron especialmente. Son los dos de la fotografía adjunta. Adquieren vida propia, ofrecen casi su tacto (aunque no podamos tocarlo), porque tienen esa hiperrealidad abstracta que tu cerebro transforma en el tacto de algunas telas cuando pasas la palma de la mano de forma suave. El lienzo rosa me transportó a un aeropuerto, a los techos de cristal, a la megalópolis de vidrio y acero de un futuro no tan lejano.

La visita de esta exposición de Wences Rambla ha sido una experiencia enriquecedora y casi anónima, pues pudimos contemplarla en un momento de la tarde donde todo el mundo descansa del calor. Y nosotros nos sumergimos en un viaje de colorido y abstracción que nos ha convertido en fans totales de Wences.

¡No os la perdáis, estará hasta octubre!

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