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miércoles, 28 de marzo de 2018

Adiós a Berlín - mi crónica de lectura


Decidí leer este libro tras visitar la espléndida retrospectiva sobre David Bowie que el Victoria & Albert Museum de Londres organizó el año pasado en el Museu del Disseny de Barcelona en la que pude descubrir que durante su época de expresionismo alemán en la que vivió en Berlín varios años éste fue uno de sus libros favoritos.


Y ha sido para mí una experiencia acompañar a Cristopher en su quehacer diario con los personajes variopintos que pueblan su libro. Me gusta el estilo de Cristopher al narrar su propia epopeya en la Alemania pre-nazi. Rebosa frescura, descaro, desinhibición, matices contrapuestos al oscurantismo que llegaría unos años después y que arrasaría con Europa.

La lectura de este libro de 6 relatos me ha hecho regresar también a Cabaret, el film en el que Lisa Minelli brilla llena de esa frescura y descaro de los que hablaba antes.

No sé si la sociedad alemana era tan así en los años treinta, si responde a una visión muy particular de Cristopher Isherwood o si es simplemente una ficción pero creo que tiene aspectos comunes a lo que vivió la España de principios de los ochenta, ese afán por el puro placer, por el momento singular que cada uno vivía, sin pretender trascender ni categorizar en exceso los comportamientos, con absoluta libertad.


Leí el libro íntegro durante mis trayectos de trabajo entre el hotel y las fábricas que visito regularmente en Dhaka (Bangladesh) donde el tráfico puede detenerte horas dentro del coche, así que la lectura se hizo todavía más extraña. Me sentí tan aislado de lo que me rodeaba que ello me ayudó a meterme mucho más en el Berlín de los treinta, pero cuando terminaba de leer un capítulo o llegaba a mi destino la cruda realidad Bengalí me devolvía a mi presente y al siglo XXI. 

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