¿QUÉ ES EL ÉXITO?
Qué se considera como éxito es relativo y depende del tiempo como ejemplifico a continuación.
El éxito es:
A los 3 años,... no mearse.
A los 6 años,... recordar lo que hiciste en el día.
A los 12 años,... tener muchos amigos.
A los 18 años,....tener carnet de conducir.
A los 20 años,... tener relaciones sexuales.
A los 35 años,... tener mucho dinero.
A los 50 años,... tener muchísimo dinero.
A los 65 años,... tener relaciones sexuales.
A los 70 años,... tener carnet de conducir.
A los 75 años,... tener muchos amigos.
A los 80 años,... recordar lo que hiciste en el día.
A los 85 años,... no mearse.
Las vueltas que da la vida!
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domingo, 26 de mayo de 2013
sábado, 25 de mayo de 2013
Repulsa Carnal
Repulsa Carnal
Arturo, cavilaba y le daba vueltas a su problema mientras leía la noticia en El País de que el disco se iba a editar de nuevo en versión digital remasterizada. Acompañaba a la noticia una reseña hecha por el mismo redactor que parió semejante título en su momento, eso sí, añadiendo que se trataba de la reedición de una de las obras maestras del pop español.
¿Cómo puede ser que el tiempo cambie tanto la percepción de algunas cosas?, se preguntaba
Eso es lo que llevaba trajinando por su cabeza Arturo, desde hacía más de un mes, cuando fue humillado en el instituto por 3 cafres, supuestos amigos, que habían jodido su autoestima.
Escribía poesías desde que recordaba ser capaz de ligar varias palabras en un mensaje. Siempre en secreto. Siempre poesías de amor, reflexiones sobre la belleza y la armonía de las cosas: Eran temas supuestamente incompatibles con un adolescente de 16 años que vivía en un pequeño pueblo de la España interior. De haberse sabido en el pueblo, hubiese sido inmediatamente catalogado y marginado por esa sensibilidad, de modo que él siempre lo había ocultado.
Sus amigos ni lo sospechaban. Antes bien, solían hacer continuas bromas con la poca cabeza que tenía Arturo y lo torpe que era con los estudios.
De manera que cuando los 3 cabrones publicaron en la web del colegio la copia escaneada de su versión de puño y letra de la poesía “Esplendor de primavera” perdió la noción de sí mismo y su mundo, como había sido hasta entonces, terminó.
En realidad, visto con distancia, era algo trivial. Al fin y al cabo, ni había hecho daño a nadie, ni había traicionado la confianza de ninguno de ellos, pero se había hecho público un hecho sumamente íntimo, desconocido incluso para su familia. Eso le hizo sentirse ultrajado, pues mucha gente había llegado (tras la publicación) hasta lo más profundo de su pensamiento sin que él le hubiese dado su permiso. Por eso se sentía hundido.
Las burlas fueron continuas desde entonces. Siempre se acompañaban de una risa y un comentario cruel que le hicieron sumirse en una pequeña depresión.
Ya no salía con la pandilla. Se encerraba en su cuarto al salir del instituto y pasaba las horas leyendo.
Pero él estaba ya relativizándolo. De hecho, fue, al toparse con la noticia de El País cuando supo que aquello terminaría siendo un mero recuerdo de adolescente inseguro.
lunes, 13 de mayo de 2013
Lo absoluto no existe
Lo absoluto no existe.
Esta puede parecer una frase muy pretenciosa que encierra sin embargo una gran verdad. Cada día me encuentro más cercano al pensamiento relativista en el que todo depende de todo. Nada es absoluto.
Hay muchos ejemplos:
En nuestro entorno más cercano nos puede parecer que vivir en pareja un hombre y una mujer sin estar casados es lo más natural, y eso mismo puede verse como un ultraje a las buenas costumbres en otro país y/o época. Llamar a gritos a un conocido a quien vemos por la calle puede parecer algo gracioso, normal o incluso inaceptable según las costumbres del país donde nos encontremos.
Tocar a una persona, el modo de saludarle, besarle o no, todo ello puede ir del 0 al 100 en una escala de valoración, dependiendo del modo de vida y los valores que cada cultura defienda.
Seguramente encontraremos habitual y lógico matar a una vaca para comernos su carne, cuando en la India se tomará como un sacrilegio. Lo mismo con cerdos, perros y cualesquiera otros animales.
El relativismo se torna extremo cuando se acerca al mundo de las religiones. Hablar de Dios abiertamente y criticarle puede tornarse en una condena a muerte en ciertos países cuando es materia de debate incluso en programas de televisión en el primer mundo.
Ciertamente, es muy difícil, casi imposible, encontrar un valor universal transversal que sea evaluado como un "activo fijo". Algo que se esté donde se esté, y en el momento en que se esté sea siempre considerado igual.
Ni siquiera el derecho a la vida. Sí, algo tan brutalmente obvio, puede pisotearse bajo el denigrante argumento de "salvar el honor de una familia", hecho acaecido este mismo mes en Iran. Ejemplos como ese, pueden entrar en el mismo barbarismo que los países donde existe la pena de muerte o épocas de nuestra civilización donde se ha matado por razón de raza, sexo, religión o condición social.
Así pues, debemos abrir nuestra mente. Nada es lo que nos parece o, al menos, tanto como nos pueda parecer (sea en un sentido o en otro) y, es seguro que si, tras crearnos una opinión sobre un hecho concreto, lo filtramos con la mirada de una persona de otra civilización u época, perderá un alto porcentaje de la misma, tornándose mejor o peor según cuál haya sido el filtro.
Esta puede parecer una frase muy pretenciosa que encierra sin embargo una gran verdad. Cada día me encuentro más cercano al pensamiento relativista en el que todo depende de todo. Nada es absoluto.
Hay muchos ejemplos:
En nuestro entorno más cercano nos puede parecer que vivir en pareja un hombre y una mujer sin estar casados es lo más natural, y eso mismo puede verse como un ultraje a las buenas costumbres en otro país y/o época. Llamar a gritos a un conocido a quien vemos por la calle puede parecer algo gracioso, normal o incluso inaceptable según las costumbres del país donde nos encontremos.
Tocar a una persona, el modo de saludarle, besarle o no, todo ello puede ir del 0 al 100 en una escala de valoración, dependiendo del modo de vida y los valores que cada cultura defienda.
Seguramente encontraremos habitual y lógico matar a una vaca para comernos su carne, cuando en la India se tomará como un sacrilegio. Lo mismo con cerdos, perros y cualesquiera otros animales.
El relativismo se torna extremo cuando se acerca al mundo de las religiones. Hablar de Dios abiertamente y criticarle puede tornarse en una condena a muerte en ciertos países cuando es materia de debate incluso en programas de televisión en el primer mundo.
Ciertamente, es muy difícil, casi imposible, encontrar un valor universal transversal que sea evaluado como un "activo fijo". Algo que se esté donde se esté, y en el momento en que se esté sea siempre considerado igual.
Ni siquiera el derecho a la vida. Sí, algo tan brutalmente obvio, puede pisotearse bajo el denigrante argumento de "salvar el honor de una familia", hecho acaecido este mismo mes en Iran. Ejemplos como ese, pueden entrar en el mismo barbarismo que los países donde existe la pena de muerte o épocas de nuestra civilización donde se ha matado por razón de raza, sexo, religión o condición social.
Así pues, debemos abrir nuestra mente. Nada es lo que nos parece o, al menos, tanto como nos pueda parecer (sea en un sentido o en otro) y, es seguro que si, tras crearnos una opinión sobre un hecho concreto, lo filtramos con la mirada de una persona de otra civilización u época, perderá un alto porcentaje de la misma, tornándose mejor o peor según cuál haya sido el filtro.